MUJERES EN LA ESQUINA.
RELATOS DESGARRADORES
Pepe Pereza nos deja un conjunto de relatos cortos que duelen. En Esquinas, podemos ver la realidad que muchas veces preferimos ignorar cuando vemos a mujeres que no tienen más remedio que ganarse la vida vendiendo su cuerpo. Un libro sobre sexo, dinero y desesperación que nos hace abrir los ojos ante un mundo gris.
RELATOS DESGARRADORES
Pepe Pereza nos deja un conjunto de relatos cortos que duelen. En Esquinas, podemos ver la realidad que muchas veces preferimos ignorar cuando vemos a mujeres que no tienen más remedio que ganarse la vida vendiendo su cuerpo. Un libro sobre sexo, dinero y desesperación que nos hace abrir los ojos ante un mundo gris.
Esquinas recoge
diferentes puntos de vista sobre la prostitución, aunque no están todos. El lenguaje es duro,
con fragmentos que llegan a rasgarnos hasta dejar una marca profunda. Las
ilustraciones son como una nube oscura que aparece para mostrarnos las palabras
de Pepe Pereza de un modo tan auténtico que casi podemos tocarlas en el aire.
Un padre que descubre
que su hija se prostituye, una chica que necesita conseguir algo sin más ayuda
que la de su cuerpo, una mujer que tiene que cuidar a un bebé anciano, un
hombre con una clientela peculiar… Dinero como arma, armas como último recurso,
el recurso principal es de carne y hueso.
Relatos pensados para tocarnos la conciencia y
cuestionar nuestra moral. Este mes que nos dedicamos a explorar el mundo femenino, me gustaría abordarlo en un sentido distinto al que podríamos plantear.
No todos los libros hablan de mujeres fuertes, feministas o independientes.
Algunas veces debemos mirar más allá. Quizá no sea justo que en el libro de Pepe Pereza nos encontremos solo a personas con un dolor profundo o unos
momentos caóticos. ¿Por qué no hablar de esas otras mujeres que eligen
voluntaria y legalmente esta profesión en otros países sin miedo? ¿Por qué en
España si eliges este camino eres una paria? ¿Por qué tenemos que sentirnos
esclavas, infravaloradas o desprotegidas en tantos empleos?
No es solo una cuestión de
tener un salario inferior al de un hombre por el mismo trabajo, de soportar
acoso por parte de compañeros o jefes, de escuchar cómo podemos o no vestir,
qué podemos o no hacer. No vale solo con mirar para otro lado cuando pasamos por la carretera de camino a la playa y vemos a una
persona, bajo el sol a 40 grados, esperando a que salgan los trabajadores de un
polígono para poder llevar dinero a quien amenaza a su familia. Un feminista debe luchar, sea hombre o mujer, para que la ley proteja en
igualdad de condiciones a ambos sexos en todos los aspectos. ¿Por qué somos
feministas si nadie se levanta y da un golpe en la mesa por este tipo de
situaciones?
Quizá estos relatos sean tan
cortantes porque en nuestra sociedad es un tabú y una mafia. La prostitución es un arma de
explotación, en lugar de ser una profesión como otra cualquiera. Después de
todo… ¿no es un servicio? Podemos cuidar, ayudar, cocinar, servir y proteger.
Enfermeros, cuidadores, cocineros, policías o amas de casa. Pero, cuidado, el
sexo no puede ser un servicio y precisamente por eso es una fuente de personas
con malas intenciones que abusan de su poder y del miedo que provocan.
Leyendo Esquinas me he dado cuenta de lo deprimente que es también ser cliente.
Tampoco estás protegido. No hay lugares legales donde puedas pagar por mantener
relaciones de mutuo acuerdo, como una transacción en un banco. Muchos se ven
empujados a acudir a profesionales que están fuera del sistema, un sistema que
se ha dado la vuelta para no mirar. ¿Traerían a mujeres de otros países con
mentiras para obligarlas a prostituirse si aquí fuera algo natural donde poder
elegir?
En España no es ilegal ejercer la prostitución, pero no es un
empleo reconocido. Esto quiere decir que no se
cotiza a la Seguridad Social, no se tiene derecho a vacaciones, no hay
posibilidad de jubilarse con una pensión, no hay impuestos, no pueden
sindicarse ni hacer huelga. En 2015 se estimaba que el 80% de quienes ejercen la prostitución
lo hacen contra su voluntad.
Hay mujeres y hombres en
ambas caras de la moneda: prostitución y clientela. Toda la moneda necesita
estar incluida en el sistema y ser reconocida por la sociedad. Debemos ser
conscientes de que el poder del feminismo debe ejecutarse en las dos direcciones. Si la igualdad se logra
debe ser gracias a una balanza equitativa.
Feministas, Pepe Pereza nos enseña las Esquinas que
a veces no vemos. Debemos abrir los ojos a una
realidad dura, desagradable y preocupante. Os recomiendo esta lectura porque
aunque pueda herir la sensibilidad de algunos… nadie ha dicho que la vida sea
fácil. No es un libro que se lea con gusto o por puro entretenimiento, no es
una poesía de Neruda ni un bestseller de Dan Brown. Son palabras que conectan nuestros ojos con nervios
directos a la conciencia. Tal vez, no todos estemos hechos para leerlo, pero sí
para afrontar que el problema existe.
Ángela Pacheco