A pesar del frío no hay nada
más acogedor que la lectura de estos relatos de Pepe Pereza. A pesar del frío es el título de su cuarto
libro en prosa publicado -sin contar una docena de colaboraciones en diversas
antologías- tras su primera y excelente novela Se ruega silencio.
Pepe Pereza es un hombre de
múltiples recursos artísticos, los cuales ha desarrollado con éxito a lo largo
de su trayectoria en el panorama nacional. Sobre sus otras facetas artísticas
ya se ha glosado profusamente.
Libro bien editado por Canalla
Ediciones, con excelente ilustración de portada que representa a Estela
Plateada/Silver Surfer de Pedro Espinosa, contiene veintiséis relatos breves de
entretenida lectura cuyo aglutinador común es la meteorología. El tiempo, el
mal tiempo en este caso, ambienta todos los relatos. Y fundamentalmente lluvia,
nieve y niebla, identifican las vidas de los personajes.
Un libro de relatos que se
lee de un tirón, que se disfruta, donde siempre tiene uno la sensación de
conocer a los personajes e incluso los lugares que habitan. Personajes con
conflictos interiores, con dudas, muchas dudas, que los hacen cercanos a
nosotros. En sus miserias vitales podemos identificarnos fácilmente. Son personajes,
en su aparente simplicidad, ricos por sus matices e incertidumbres. Y, de una u
otra manera, están pasando momentos duros en sus vidas: una separación, una
decisión trascendente, una preocupación…
Por la obra se deslizan
diferentes tipos de relatos: ‘costumbristas’ como “La Florida”, otros que desarrollan
conflictos interpersonales, fundamentalmente conversaciones entre parejas; por
cierto, ambos tipos de relatos muy visuales y cinematográficos. Y aquellos
otros donde encontramos a un personaje, preferentemente masculino, inmerso en
sus conflictos internos. Como sabemos, este tipo de conflicto interno es muy
literario, pero Pepe Pereza introduce hábilmente en cada narración una
situación externa, aparentemente alejada de la realidad del protagonista, que arrebata
visualmente al lector. Y esa misma situación supone un detonante para el
protagonista, porque a partir de ella
toma decisiones, se replantea las cosas. El efecto conseguido no es otro que sacar
al personaje de su soledad, de su ensimismamiento vital, mostrarle lo que hay
alrededor –y en algunos casos que se mire, que se observe, a través de otros
personajes-, y que reaccione, que le sirva de estímulo o impulso para actuar.
Hay una importancia,
también, de las figuras maternas y paternas en los relatos. Diríamos que
generan una preocupación, por su salud principalmente. Además, son ellos siempre
quienes dan consejos sabios, razonables, que nuestros protagonistas parecen no
ver, ofuscados como están en su sobrevivir diario. Y para más INRI, la muerte gravita
en el pensamiento de los personajes.
Uno de mis relatos favoritos
es “Viaje al Norte”, la historia de un engaño
y un descubrimiento final donde confluyen las relaciones de pareja y su
ausencia, donde está presente la muerte, y donde en esta tragicomedia que es
este pasaje vital, detecto otra de las características -en estos relatos
aparentemente solapadas- de Pepe Pereza: el humor. Lo siento, pero sigo
riéndome en la resolución de esta historia: un momento surrealista y lo
oportuno de la resolución son todo un acierto del narrador. Me río
porque la sucesión de fatalidades para el protagonista hacen que me pueda
distanciar lo suficiente y decir ‘esto no puedo ser verdad, es increíble’.
Todo ello narrado con un
lenguaje sencillo, sobrio, sin adornos que nos da una prosa realista, algo
sucia si se quiere, pero enormemente sugerente y cercana. Nada pretencioso, A pesar del frío narra historias
cotidianas, de personajes que sufren y viven unos infiernos cotidianos en los
que podemos reconocernos.
Obviamente, es una literatura
ya formada. Pepe Pereza es un hombre que escribe desde siempre, aunque haya
publicado su obra literaria en esta última década. Y, en estos relatos, esa
madurez literaria, ese reconocimiento de una voz propia, lo observamos en una
cierta templanza y contención a la hora de describir sus personajes, en una
libertad de prejuicios, de miradas, en un estilo narrativo muy personal. Se
empieza a notar el peso del oficio. Con estos elementos, y distanciándome de
sus personajes, yo no tengo duda de que Pepe Pereza llegará donde le apetezca
como escritor.
Luis A. Cabezón