Caminaba por el parque de la mano de María, su nieta de ocho años. Hacía un día estupendo. Daba gusto pasear por la sombra. Guiados por la pequeña, habían encaminado sus pasos hasta los columpios. Allí había varios niños más y María pronto se sumó al grupo. El abuelo se quedó fuera, al otro lado de la verja, atento a cada uno de sus movimientos. María se había puesto a la cola para subir al tobogán y por delante, era el turno de dos niños mayores que ella. Después de que ellos se tirasen, María llegó al último de los escalones y antes de sentarse, llamó la atención de su abuelo para que la viese deslizarse. El abuelo la saludó agitando la mano y sonrió. Ella descendió y acabó aterrizando con el culo en el montoncito de arena dispuesto a tal efecto. Siguió jugando. El abuelo sonreía al verla, pero su mente en realidad estaba en otro sitio, ocupada en inquietantes y oscuras preocupaciones. Al día siguiente, entorno a esa misma hora, le estarían operando…. Porque además de viejos, sus pulmones estaban rotos. Aquel podría ser el último paseo con su nieta. Pese a todo, siguió sonriendo y jaleando cada uno de los inocentes gestos.
PEPE PEREZA, MIS ANIMOS DESDE AQUI
ResponderEliminarVOY A ESCRIBIR UN POST EN MI BLOG HABLANDO DEL TEMA
EL KEBRAN
Me has hecho extrañar al abuelo que no tuve.
ResponderEliminarTiene algo de cine este texto...
Me pareció ver la escena.
Un abrazo, Pepe1
Precioso, enternecedor, el principio y final de la vida tan unidos. Me encantó.
ResponderEliminarMe gusta pepe.
ResponderEliminarAbrazos.
Soy la ignorante que plagio tu texto.
ResponderEliminarTe pido mil disculpas, lo he pasado fatal, no era consciente del delito que cometía, utilizé ese relato para llamar la atención de mi pareja olvidando que estaba en un medio público con lo que acentuo mi ignorancia.
Me autocensure borrando todo mi blog pero no controlo lo del caché ¿como puedo hacerlo?
Espero, me perdones.
Mitocondria no creo que seas una ignorante. Pedir disculpas te honra y por supuesto que te disculpo. En ningún momento he pretendido que cerrases tu blog, sólo que quitases mi relato de él, o que lo publicases con mi nombre, tan sólo eso. Siento muchísimo el mal rato que has pasado, pero sinceramente creo que te lo has buscado. Desde ahora, por mí, está todo olvidado. Te deseo lo mejor, y esto también lo digo con sinceridad.
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy emocionada, tan emocionada que las lágrimas empañan mis palabras. Querido Pepe acabas de retratar a mi padre y a mi niña.
ResponderEliminarGracias por la ternura, gracias por la dureza, gracias por plasmar tanta vida.
Gran abrazo con achuchón.
Mitocondria,
ResponderEliminarel blog es recuperable, recupéralo si te interesa,
elimina solo la entrada de ese cuento, aparecerá durante un tiempo en las búsquedas de google pero luego ya no.
Y sigue con tu blog como siempre.
El hecho de rectificar y pedir disculpas es un hecho que te honra, y así debería entenderlo tu pareja.
Disculpame, Pepe,por esta intromisión.
Enternecedor, me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo