Eran las nueve de la mañana cuando Julia llamó al timbre. Pepe estaba acostado y que le despertasen a esas horas no le gustaba nada. Enfurecido, se levantó de la cama. Su cabreo se incrementó al abrir la puerta. Hacía un par de semanas que había cortado con ella y no comprendía qué hacía ahora en el umbral de su puerta. La miró con desdén y sin dirigirle la palabra, regresó a la cama. Julia cerró la puerta y le siguió hasta el dormitorio. Cuando entró, él yacía de espaldas en la cama. Julia extendió el brazo y le ofreció un sobre abierto con un simple y entrecortado: “Toma”. Pepe se volvió hacia ella y cogió el sobre con enfado. Extrajo aquel folio escrito a maquina y lo leyó. No entendía muy bien el contenido de aquel escrito. Julia le aclaró que era un test de embarazo y recalcó que además era positivo. Jamás en su vida se había sentido tan confundido como entonces. Nunca antes había sufrido un despertar tan amargo y desconcertante. Miró directamente a los ojos de Julia buscando la clave, la pista que revelase la pesada broma. Al contrario, ella sólo le devolvió miedo y confusión. Aquello era suficiente, no necesitaba más pruebas.
- ¿Qué vamos hacer? - preguntó Pepe.
- Abortar. – respondió Julia.
- ¿Un aborto?... Me parece bien y seguramente sea lo más sensato. – añadió Pepe ligeramente aliviado.
Luego hubo un silencio muy largo. Tan denso, que se hacía difícil respirar…
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
…Pepe no pudo aguantar la presión y decidió acabar con aquel mutismo sepulcral, pero las palabras se negaban a salir de su boca.
SILENCIO…
Al final fue ella la que habló:
- Ya he hablado con una clínica de Madrid y me han dado cita para mañana, a las diez de la mañana. ¿Me acompañas?
- Sí, claro… Entonces, habrá que mirar los horarios de trenes o autobuses.
- Nos lleva una amiga en su coche, si no te importa.
- No, todo lo contrario. Odio viajar en tren o autobús, prefiero coche mil veces…
Una pregunta le golpeó y sin pensar, la dejó caer.
- ¿Y sabes ya cuánto nos va a costar…? – “…la broma”, estuvo a punto de añadir.
- Aún no… pero lo pagaremos a medias.
- Me parece justo. – asintió Pepe.
Silencio… Los dos intentaron no cruzar miradas.
…SILENCIO…
- ¿Hablamos esta tarde y quedamos para mañana? – preguntó Julia acosada por el denso silencio.
- Vale. Te paso a buscar a eso de las seis.
- ¿Me das un beso de despedida?
Pepe se inclinó para besarla en la mejilla pero ella puso la boca. Él se apartó y finalmente se hicieron un lío. Los dos se rieron sin ganas, sintiéndose avergonzados como dos torpes adolescentes. Julia se fue y Pepe intentó dormir un poco más, pero le fue imposible.
SILENCIO.
- ¿Qué vamos hacer? - preguntó Pepe.
- Abortar. – respondió Julia.
- ¿Un aborto?... Me parece bien y seguramente sea lo más sensato. – añadió Pepe ligeramente aliviado.
Luego hubo un silencio muy largo. Tan denso, que se hacía difícil respirar…
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
Silencio
…Pepe no pudo aguantar la presión y decidió acabar con aquel mutismo sepulcral, pero las palabras se negaban a salir de su boca.
SILENCIO…
Al final fue ella la que habló:
- Ya he hablado con una clínica de Madrid y me han dado cita para mañana, a las diez de la mañana. ¿Me acompañas?
- Sí, claro… Entonces, habrá que mirar los horarios de trenes o autobuses.
- Nos lleva una amiga en su coche, si no te importa.
- No, todo lo contrario. Odio viajar en tren o autobús, prefiero coche mil veces…
Una pregunta le golpeó y sin pensar, la dejó caer.
- ¿Y sabes ya cuánto nos va a costar…? – “…la broma”, estuvo a punto de añadir.
- Aún no… pero lo pagaremos a medias.
- Me parece justo. – asintió Pepe.
Silencio… Los dos intentaron no cruzar miradas.
…SILENCIO…
- ¿Hablamos esta tarde y quedamos para mañana? – preguntó Julia acosada por el denso silencio.
- Vale. Te paso a buscar a eso de las seis.
- ¿Me das un beso de despedida?
Pepe se inclinó para besarla en la mejilla pero ella puso la boca. Él se apartó y finalmente se hicieron un lío. Los dos se rieron sin ganas, sintiéndose avergonzados como dos torpes adolescentes. Julia se fue y Pepe intentó dormir un poco más, pero le fue imposible.
SILENCIO.
Que gran silencio, pepe, que gran silencio.
ResponderEliminarole!
Estoy con ángel. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tema complejo que desarrollas con delicadeza y el realismo que te carcteriza...¿ Qué te parece si en vez de sugerir el tema en el título se llamase SILENCIO? Es un idea sin más, por mantener la incogónita unos párrafos...
ResponderEliminarcomo últimamente ando romantica, tierna y ñoña, optimista y asquerosamente flower power, ¿sabes qué creo? que al final no van a abortar y van a volver, y el mundo sonreir´a.
ResponderEliminarMuy duro Pepe, muy duro ese silencio...
ResponderEliminarMe encanta como escribes hasta el mas macabro de los momentos.Sigo leyendote.Un abrazo
me esta doliendo ese Silencio, como si fuera real, como si lo estuviera viviendo.
bien narrado, real, directo, y reflejo, sin duda, del silencio que provoca el título del artículo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y me pasa como a Adriana, en ese conato de acercamiento con el lío del beso, me queda la esperanza.
ResponderEliminarArrumacos de café con leche.
yo no creo que acabe como piensa Begoña ni Awixumayita. me ha gustado mucho.
ResponderEliminarPor cierto, en el cuento de la niña que le pone mata-ratas a su madre, yo ya había entendido el cuento, tal y como lo explicaste en los comentarios. Pensé que te gustaría saberlo, a mi me gusta que se entiendan mis cuentos.
GRACIAS A TODOS POR LOS COMENTARIOS Y, SOBRE TODO POR LA VISITA.
ResponderEliminarAdriana y Begoña, lo siento, está es una historia de no ficción y el viaje a Madrid se hizo.
Ico, aquí los relatos de "Momentos extraños” los he ido publicando sin un orden, pero en el libro (aun sin publicar) lo llevan y un relato te lleva a otro. Este relato lleva a uno que se titula: Silencio.
Pero gracias por la sugerencia.
Javier, Velpister, Ángel, Calipso y Lebasi, os digo lo de siempre: Esta es vuestra casa.
Besos y abrazos a partes iguales.