113 INTERIOR / HABITACIÓN DE HOSPITAL / AMANECIENDO.
Daniel está tumbado en una cama de un hospital. Ocupa una habitación individual. Le han vendado la cabeza y luce cortes repartidos por casi todo el rostro, alguno de ellos con puntos. Tiene los ojos cerrados, el derecho, además, está hinchado y recubierto de un color malva oscuro. Al rato, recupera el sentido y abre los ojos. Cuando consigue enfocar la mirada ve a Ana durmiendo en el sillón que está a los pies de la cama. Las primeras luces del día se cuelan por la ventana y caen sobre ella, embelleciéndola. Daniel sonríe, pero le causa dolor y deja de hacerlo. Simplemente se queda observando a su mujer, feliz por tenerla en la misma habitación. Poco a poco se va quedando dormido. Oscuro.
CORTE / MISMO SITIO / UNAS HORAS DESPUÉS.
Daniel abre los ojos. Ve a Ana que sigue sentada en el sillón que está a los pies de la cama. Está despierta, con la cabeza girada hacia la ventana. Está pensativa y con la mirada perdida.
DANIEL
Hola mi amor.
Ana al escuchar la voz de su marido tiene uno de sus desvanecimientos y se queda dormida.
DANIEL
Mierda.
Daniel se queda mirando a Ana y poco a poco se va quedando dormido. Oscuro.
CORTE BIS / MISMO SITIO / UNA HORA DESPUÉS.
Daniel abre los ojos y se encuentra con la mirada de Ana, que está sentada en el borde de la cama.
ANA
Hola mi amor.
DANIEL
Hola mi amor.
ANA
Te he echado de menos.
DANIEL
Y yo a ti.
ANA
¿Cómo te sientes?
DANIEL
Dolorido.
ANA
No me extraña.
DANIEL
¿Sabes qué?... Creo que me quedé dormido.
Daniel se ríe, a pesar del dolor que le produce hacerlo.
ANA
Daniel, yo no le veo la gracia.
DANIEL
Pues yo sí.
ANA
Pues yo no. Has estado a punto de matarte.
DANIEL
Al menos, el accidente ha servido para que regreses a mi lado. Solo por eso merece la pena.
Ana rompe a llorar.
DANIEL
Perdóname.
ANA
No. Perdóname tú a mí.
DANIEL
Cariño, yo no tengo nada que perdonarte.
ANA
Te engañé... Durante los últimos meses estuve manipulando los condones para quedarme embarazada.
DANIEL
¿Qué hiciste qué?
ANA
Hice todo lo posible por quedarme embarazada. Fui una egoísta y obré sin pensar en nadie más que en mí.
DANIEL
(Sin saber muy bien qué decir)
¡Joder, cariño!
ANA
Lo siento… Lo siento mucho… Pero ya no tienes que preocuparte de nada.
DANIEL
¿Qué quieres decir?
Ana calla y sigue llorando. De repente sufre una de sus ausencias y se queda dormida a los pies de Daniel.
Al rato entra Rosa. Ve a su hija dormida y se dirige hacia ella, de camino aprovecha para interesarse por el estado de su yerno.
ROSA
¿Qué tal te encuentras?
DANIEL
Bien.
ROSA
Me alegra saberlo…
Al llegar al lado de Ana comprueba que está bien y sigue la conversación con Daniel.
ROSA
…Nos has dado un susto de muerte.
DANIEL
Lo siento.
ROSA
La próxima vez ten más cuidado.
DANIEL
Lo tendré.
ROSA
¿Te lo ha dicho ya?
DANIEL
¿El qué?
ROSA
Lo de la interrupción de su embarazo.
DANIEL
Lo ha intentado.
ROSA
¿Y qué opinas?
DANIEL
Me ha pillado por sorpresa.
ROSA
¿Y?
DANIEL
Sinceramente, creo que ha hecho lo que tenía que hacer… ¿Qué piensas tú?
ROSA
Yo aborté a los diecisiete años. Así que no soy quién para juzgar a nadie y menos a mi hija.
DANIEL
¿Abortaste?
ROSA
Era demasiado joven para tener un hijo.
DANIEL
Ana nunca me contó nada.
ROSA
Quizá porque no lo sabe.
DANIEL
Comprendo…
CONTINUARÁ…
Daniel está tumbado en una cama de un hospital. Ocupa una habitación individual. Le han vendado la cabeza y luce cortes repartidos por casi todo el rostro, alguno de ellos con puntos. Tiene los ojos cerrados, el derecho, además, está hinchado y recubierto de un color malva oscuro. Al rato, recupera el sentido y abre los ojos. Cuando consigue enfocar la mirada ve a Ana durmiendo en el sillón que está a los pies de la cama. Las primeras luces del día se cuelan por la ventana y caen sobre ella, embelleciéndola. Daniel sonríe, pero le causa dolor y deja de hacerlo. Simplemente se queda observando a su mujer, feliz por tenerla en la misma habitación. Poco a poco se va quedando dormido. Oscuro.
CORTE / MISMO SITIO / UNAS HORAS DESPUÉS.
Daniel abre los ojos. Ve a Ana que sigue sentada en el sillón que está a los pies de la cama. Está despierta, con la cabeza girada hacia la ventana. Está pensativa y con la mirada perdida.
DANIEL
Hola mi amor.
Ana al escuchar la voz de su marido tiene uno de sus desvanecimientos y se queda dormida.
DANIEL
Mierda.
Daniel se queda mirando a Ana y poco a poco se va quedando dormido. Oscuro.
CORTE BIS / MISMO SITIO / UNA HORA DESPUÉS.
Daniel abre los ojos y se encuentra con la mirada de Ana, que está sentada en el borde de la cama.
ANA
Hola mi amor.
DANIEL
Hola mi amor.
ANA
Te he echado de menos.
DANIEL
Y yo a ti.
ANA
¿Cómo te sientes?
DANIEL
Dolorido.
ANA
No me extraña.
DANIEL
¿Sabes qué?... Creo que me quedé dormido.
Daniel se ríe, a pesar del dolor que le produce hacerlo.
ANA
Daniel, yo no le veo la gracia.
DANIEL
Pues yo sí.
ANA
Pues yo no. Has estado a punto de matarte.
DANIEL
Al menos, el accidente ha servido para que regreses a mi lado. Solo por eso merece la pena.
Ana rompe a llorar.
DANIEL
Perdóname.
ANA
No. Perdóname tú a mí.
DANIEL
Cariño, yo no tengo nada que perdonarte.
ANA
Te engañé... Durante los últimos meses estuve manipulando los condones para quedarme embarazada.
DANIEL
¿Qué hiciste qué?
ANA
Hice todo lo posible por quedarme embarazada. Fui una egoísta y obré sin pensar en nadie más que en mí.
DANIEL
(Sin saber muy bien qué decir)
¡Joder, cariño!
ANA
Lo siento… Lo siento mucho… Pero ya no tienes que preocuparte de nada.
DANIEL
¿Qué quieres decir?
Ana calla y sigue llorando. De repente sufre una de sus ausencias y se queda dormida a los pies de Daniel.
Al rato entra Rosa. Ve a su hija dormida y se dirige hacia ella, de camino aprovecha para interesarse por el estado de su yerno.
ROSA
¿Qué tal te encuentras?
DANIEL
Bien.
ROSA
Me alegra saberlo…
Al llegar al lado de Ana comprueba que está bien y sigue la conversación con Daniel.
ROSA
…Nos has dado un susto de muerte.
DANIEL
Lo siento.
ROSA
La próxima vez ten más cuidado.
DANIEL
Lo tendré.
ROSA
¿Te lo ha dicho ya?
DANIEL
¿El qué?
ROSA
Lo de la interrupción de su embarazo.
DANIEL
Lo ha intentado.
ROSA
¿Y qué opinas?
DANIEL
Me ha pillado por sorpresa.
ROSA
¿Y?
DANIEL
Sinceramente, creo que ha hecho lo que tenía que hacer… ¿Qué piensas tú?
ROSA
Yo aborté a los diecisiete años. Así que no soy quién para juzgar a nadie y menos a mi hija.
DANIEL
¿Abortaste?
ROSA
Era demasiado joven para tener un hijo.
DANIEL
Ana nunca me contó nada.
ROSA
Quizá porque no lo sabe.
DANIEL
Comprendo…
CONTINUARÁ…
Hay cosas que me flipan de esta historia, pero esta escena es más propia de telefilme en antena 3 que de Pepe Pereza.
ResponderEliminarLa disculpa de Ana queda bastante patética y la confesión de Rosa... pfff... no sé, si yo fuera Daniel, a Ana la hubiera hecho abortar de una paliza.
Me saca de quicio Daniel. Seguro que en fondo a quien se quiere follar es a Rosa. La verdad que le pega más que Ana, a los calzonazos les viene bien estar con tías fuertes y Rosa tiene pinta de molarle el látex.
Un beso
No puedo creérmelo, pero ¿por que? No debió interrumpir el embarazo, no por Daniel ni por nadie. Debió ponerse en manos de los especialista y cuidarse hasta el final. En fin, veremos cómo lleva Ana este tema del aborto.
ResponderEliminarHasta la próxima entrega.
Ay, qué coño. ¿Por qué darse cuenta de los errores tarde? Ana se había podido ahorrar un buen trauma si lo hubiese pensado antes. Pero así somos los humanos. Imagino que Daniel la perdonará (cómo no hacerlo). Y si quieres que te diga la verdad, pensé que Ana no lo haría, que seguiría con su embarazo hasta el final. En fin, ha visto la luz. Y Daniel, maltrecho, tendrá que ver los Goya desde la cama del hospital. Lo único bueno es que ha vencido el amor (de momento).
ResponderEliminarUn beso, Pepe (aquí no gana una pá disgustos).