Un tetrapléjico que escribía poemas de amor (sin vuvuzela)
ADAGIO 331
El afilador picaba
a las ventanas del buen tiempo
y se cubría el rostro
con saúcos.
Pasó la edad de despertar
sin ropa y sin nadie al lado
que querer. Hoy
el quejumbroso, el inservible,
abraza a la deriva
a quien lo abraza,
se sumerge en su mundo
imperfecto
y vive de su paciencia
que es ventajosa
y amargamente aturde.
Todo lo demás
se llama de otra forma
cruel.
Robado directamente del blog del genial poeta LUIS MIGUEL RABANAL http://luismiguelrabanal.spaces.live.com/
ADAGIO 331
El afilador picaba
a las ventanas del buen tiempo
y se cubría el rostro
con saúcos.
Pasó la edad de despertar
sin ropa y sin nadie al lado
que querer. Hoy
el quejumbroso, el inservible,
abraza a la deriva
a quien lo abraza,
se sumerge en su mundo
imperfecto
y vive de su paciencia
que es ventajosa
y amargamente aturde.
Todo lo demás
se llama de otra forma
cruel.
Robado directamente del blog del genial poeta LUIS MIGUEL RABANAL http://luismiguelrabanal.spaces.live.com/
Se agradece, Pepín. Por cierto, "mi filador" estaba un poco más anticuado que el tuyo parece ser...
ResponderEliminarL M.
Arreglaó lo del tu "filador"
ResponderEliminarabrazo
Este está un poco mejor. El mío venía en bicicleta. Joder con el afilador. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarL M.