A las dos semanas, su amigo le llamó por teléfono para decirle que ya tenía la pistola. Quedaron en su buhardilla. Él cogió el coche y se fue para allá.
El arma no parecía gran cosa, era una Sig-Sauer P220 en bastante mal estado. De hecho, algunas partes estaban oxidadas y otras tenían una especie de moho azul verdoso.
- ¿Qué te parece? - le preguntó su amigo con esa maldita sonrisa que tenía.
- Parece muy vieja.
- Es lo único que he podido conseguir. Falta limpiarla bien y engrasarla, por lo demás, está en perfectas condiciones… Por cierto, me ha costado una pasta.
- Por el dinero no te preocupes, te lo reembolsaré.
- Es que últimamente ando algo flojo…
- ¿Estás seguro de que esto dispara? - dijo apuntando directamente a su mejor amigo.
- Tío, ten cuidado que está cargada.
Él bajó la pistola. Se quedó con ganas de apretar el gatillo, pero aquel no era el momento adecuado. Mejor esperar y matar dos pájaros de un tiro.
- Entonces ¿no me vas a decir para qué la quieres?
- Ya te enteraras.
Su mejor amigo se le quedó mirando con aquella maldita sonrisa que le sacaba de quicio. Cuánto le hubiera gustado borrársela de un tiro.
Continuará.
® pepe pereza
El arma no parecía gran cosa, era una Sig-Sauer P220 en bastante mal estado. De hecho, algunas partes estaban oxidadas y otras tenían una especie de moho azul verdoso.
- ¿Qué te parece? - le preguntó su amigo con esa maldita sonrisa que tenía.
- Parece muy vieja.
- Es lo único que he podido conseguir. Falta limpiarla bien y engrasarla, por lo demás, está en perfectas condiciones… Por cierto, me ha costado una pasta.
- Por el dinero no te preocupes, te lo reembolsaré.
- Es que últimamente ando algo flojo…
- ¿Estás seguro de que esto dispara? - dijo apuntando directamente a su mejor amigo.
- Tío, ten cuidado que está cargada.
Él bajó la pistola. Se quedó con ganas de apretar el gatillo, pero aquel no era el momento adecuado. Mejor esperar y matar dos pájaros de un tiro.
- Entonces ¿no me vas a decir para qué la quieres?
- Ya te enteraras.
Su mejor amigo se le quedó mirando con aquella maldita sonrisa que le sacaba de quicio. Cuánto le hubiera gustado borrársela de un tiro.
Continuará.
® pepe pereza
en vilo, que lo sepas
ResponderEliminarHay me dio escalofrios... buen blog he visitado de casualidad me gusto...
ResponderEliminarLEDESKA
Lo había dejado en el 4º capítulo, una vez puesta al día me quedo enganchada a estos recuerdos que preconizan tragedia, ay. Me gusta.
ResponderEliminarBuenas noches.