Como Ulises en una cacharrería de Ángel Muñoz Rodríguez
Ángel ha optado por no maquillar sus palabras, y hay en su desnudez un punto de crueldad con el lector. Ángel no se hace el héroe, algo que hay también que agradecerle es que no se hace el poeta. Hay en este libro una naturalidad que no se imita. No hay afectaciones líricas pero tampoco imposturas de otra índole. El libro está plagado de coloquialismos y tacos, que resultan normales cuando descubrimos que quien habla es un chaval de barrio que se dirige al chaval de barrio que fuimos. Aquí las madres (o la vida) no dan golpes, sino hostias. Las cosas son, o se ponen, feas de cojones. Esto es Aluche, y Leganés, y el Pozo. Esto es el puto mundo real.
La presencia por la ausencia
Sofía Serra Giráldez
“La presencia por la ausencia es el retrato de un hueco......Si somos perceptores de todo lo que nos rodea por la impronta que la simple presencia física o anímica de lo “ajeno” deja en nosotros, cuando en esa realidad, ya aprehendida y aprendida, algún elemento deja de estar presente, nuestras células espejo se negarán a desatender el hueco que lo sustituye, de tal forma que, emocionalmente, nace el sentimiento comúnmente conocido como “echar de menos”, mientras que, racional e instintivamente, el resto de lo que nos conforma como seres humanos trabajará hábil y tenazmente por no someter a una parte de nuestro cerebro a un esfuerzo sin sentido (atender lo que no existe). Esto es La presencia por la ausencia, la fotografía en verso (la autora también es fotógrafa) de una, o muchas, ausencia, quizás la fotografía de un negativo, y la voluntad por dotar de significado, a través del significante de la metáfora, a una realidad difícilmente asumible, al no existir constancia tangible de ella. El paso, al ritmo de una suerte poética, por un duelo sin cadáver presente, y el intento por embellecer la negatividad ontológica que implica la existencia, ésta sí, de cualquier vacío.”
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