Fotografía de Mari Luz Arregui
MALOS HÁBITOS
Ya está.
Se acabó.
La noche se abate
mientras despuntan los primeros rayos del Sol
y de repente
no sé qué hacer con este humo;
dónde esconderlo
de las miradas rancias que lo enjuician todo.
Quiero pensar que esos haces de luz
alumbrarán un nuevo amanecer
y que los hombres no estarán cansados
para presidir los nuevos tiempos.
Quiero y deseo imaginar todo eso
aunque, por otra parte, me tema lo peor.
Esto es un horrible hervidero de alambres
donde la más políticamente correcta
de todas las cárceles
imprime temor con su sello de caucho.
Y te digo, ya a salvo, que sé cuál es mi reino
y que en él todavía me dejan fumar.
Y ESO QUE ANTES O LO ERAN
Amarán la futilidad del barro
igual que antes lo hicieran con
el exilio o la histeria colectiva.
Sudarán despojos de chatarra
en carros tirados por bueyes,
que ambicionan seamos tú,
yo y algunos más.
Antes decían que no lo eran;
antes de conocerlo,
porque ahora dicen que no
se van a dejar tocar los
cojones otra vez más.
Unos se la venden cortada
a los otros y todos crédulos
no buscan otras vacaciones
que el tachón por el tachón
y ya está.
Es preocupante que este tipo
de rocas porosas y maleables
arrastren alguna bandera
en honor tuyo, mío y de algunos otros.
Tarde o temprano van a querer más
..., otro tocón más grande
para que arda bien el fuego.
Y ahí volvemos a estar nosotros
(tú, yo y algunos más)
quemados por dentro.
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