jueves, 1 de marzo de 2012

LA POLLA de ALFONSO XEN RABANAL en BORRASKA

uno puede estar hasta la polla de ciertas y manidas (a dos manos) cuestiones...
y de eso va el tema de los cojones... de la polla...

recuerdo que con catorce años organizaba en queli unas sesiones de películas porno todos los domingos... durante la semana tenía mis redes que se ganaban a pulso un chivas de los que pasaba mi padre por debajo de la cinta de la aduana en algeciras, un fly, esas natillas de mi madre que entraban de lujo después de un porro... el resultado es que la mejor colección de películas x de león estaba en mi casa... no veas cómo choraba películas f con su plumas de tres capas de equis.

de aquellas no existían supermercados, y la compra de papel higiénico la realizaba en una droguería... todos nos conocíamos en el barrio y un día, al comprar papel, oí comentar al droguero algo sobre lo bien que se comía en mi casa... debíamos ser los mejores clientes de papel pal bul.

cada cual se buscaba la vida como podía... tocar una teta era un milagro que implicaba la excomunión... los sms eran palabras que morían en el tartamudeo propio de la lejanía del cerebro en la polla con la boca... los pocos que lograban meter un dedo ahora tienen la nariz tan fina que se dan de ostias en guijuelo por su olfato... pero los demás nos buscábamos todo tipo de artilugios caseros para simular, había que echarle imaginación... no sé, recuerdo uno que adaptó una caja de galletas maría pal evento... un precursor del abdominator ese... las leyendas de las alas de una mosca... frutas... almohadas... los sados, los guarros... una vez hicimos una colecta pa pillar una muñeca hinchable que anunciaba una triple equis, pero no nos pusimos de acuerdo en quién la iba a estrenar y nos gastamos el dinero en mistela en una bodeguilla... odio los ciegos de mistela... con internet hemos ganado en porno gratis y solitario... pero sigo prefiriendo la pera mordida del lib a la manzana del jobs corporeision.

todo servía pa comentar la jugada en el previo de las películas, con un baileys casero y unos porros uñeros... cuando todos estábamos colocados y situados, a un movimiento del mando con cable del video, nos poníamos de pie y nos bajábamos pantalones y gallumbos... joder el día que estábamos en casa de un colega y llegó su hermana mayor con su novio del opus y nos pillo presentando armas... y nos apalacábamos a una distancia prudencial unos de otros por si el gotelé... y hacíamos acopio del papel higiénico que estaba sobre la mesilla.

renegábamos de las historias, lo que ahora añoramos, tardaban demasiado en llegar al asunto y no estábamos para florituras estilísticas... aunque las fotonovelas porno nos hacían soñar con coches y playas y una tía siempre dispuesta a chupárnosla... recuerdo el estribillo de una peli de dibujos que acabamos cantando todos a una cuando el periscopio de nuestra polla divisaba un objetivo apto para cascárnosla: por delante, por detrás, por la boca, por las tetas... y felices en la comunión de los pajeadores, nos emborrachábamos por ese barrio húmedo que todavía era zona peligrosa para la gente que diseña el exterminio de este pueblo.

cada uno tenía sus gustos y era ley democrática repetir ciertas escenas... las querencias futuras estaban latentes, palpitantes en nuestras manos... recuerdo uno que iba de machote y cachitas que insistió en ver esa escena donde dos tíos se daban por ver cómo era el tema... ya ves, años después siguió con la curiosidad aunque está casado y tiene hijos... a mí me molaba lo que menos había y es que antes era un extra y pocas actrices se dejaban dar por el culo... yo estaba fascinado por ver cómo se agarraban de los labios y los separaban para que no le quedase ninguna duda al pajero mirón de que la estaban reventando el culo... una escena que repetimos mil veces fue la de una tía en una mesa de billar que se abría el coño y la bola, la negra 8, cómo no, desaparecía en él... si la dejan se traga también el palo y la tiza y hasta el apuntador... joder...

y allí estábamos todos con la polla tiesa, dispuestos a cascárnosla las veces que hiciese falta, sin que nadie se amedrentarse por el tamaño ni tonterías, pues todos estábamos igual de dotados y, sinceramente, en las pelis porno de aquellos tiempos (salva sean las excepciones), ni el tamaño difería mucho del nuestro ni las corridas eran más copiosas que las nuestras.

todos excepto mi buen amigo r que arrastró un trauma que le impidió follar hasta bien entrados los treinta.

r se metía siempre debajo de una mesa camilla y de él sólo asomaba la nariz y esos ojos de pillo vicioso que aún tiene... y allí bregaba en silencio y seguía bregando cuando los demás hacía tiempo que habíamos agotado las reservas... todos sabíamos que R tenía un problema, especulábamos mucho sobre ello, pero era un colega y nadie se iba del mirlo.

hace unos años... con veintimuchos, totalmente mamaos, una tía le recriminó que quién era él para andar de escogido, que los tíos teníamos que pensar en qué ofrecíamos... que se mirase al espejo: medio calvo, feo... entonces fue la primera vez que le oí decir a una tía: "acompáñame al servicio"... al regresar supimos por la cara de ella que, efectivamente, tenía una polla de treinta centímetros.

y no folló hasta pasados los treinta... pues arrastró el trauma de los treinta desde la adolescencia, se sentía monstruoso... y en esos tiempos, las tías sólo buscaban en esta ciudad casarse con un pijo del aero club y salir a buscar el pijo que las follase fuera de león... eso sí... todas aquí católicamente castas y ahora civilmente divorciadas.

los demás fuimos aprendiendo a trozos, conociendo y reconociendo cada parte del cuerpo de una mujer, la gran mayoría de las veces por separado, es decir: un día aprendías todo lo que había que saber sobre un muslo con hostia al llegar a las bragas... otro día sobre una teta (la derecha)... y aprendimos a dibujar con nuestros dedos los perfiles de los coños sobre los pantalones, más tarde bragas marianas de las que absorbían todo tipo de humedades... hasta que, al llegar a meterla, estábamos tan duchos en el cuerpo femenino que aprendimos que lo más importante no era precisamente eso... y quizá, algunos todavía añoramos las pajas mutuas en los parques y portales, ese mordisco en los labios cuando tu dedo se iba a tantearle el agujero del culo, después de ser rechazado en el coño... buscando profundizar en la relación.

joder qué poco follamos.

pero lo intentábamos.

r nunca necesitó ese aprendizaje... ha recuperado el tiempo con creces sin menguantes... pero no le cambio nada.

creo que si pillamos de aquella una generación de libertad sexual como la de ahora estaríamos mucho más sanos de todo (empezando por el hígado)... pero bueno... tenía su encanto.

el que no se consuela es porque no quiere... ya.

de todas formas, a los cuarenta, las tías con las que más me relaciono son hijas de las que se casaron pronto y ahora compiten con sus vástagas en cada centímetro de lo poco que nos queda.

ya ves... gran invento la levitra.

a lo que voy: que estoy hasta los cojones de esa moda norteamericana de meapilas que me inunda los correos todos los putos días prometiendo el oro de una great dick enlarge your penis hierbas pa que crezca la polla etc., etc. (...)

primero hay que ver dónde meterla
después saber meterla...

... haber sufrido en la conquista de un territorio...

saber bailar como un orangután que se pajea...

Watcha! xenvinalia
become a tireless lover with your new big and hard cock

antes, el spam en papel servía, al menos, pa limpiarse el culo y si llevaba alguna lágrima o gota de perfume eso ganabas... ya que todo el papel higiénico se iba en pajas


ALFONSO XEN RABANAL
BLOG DEL AUTOR: CRÓNICAS PARA DECORAR UN VACÍO

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