viernes, 27 de abril de 2012

GSÚS BONILLA HABLA DE "RELATOS DEL HUMO (y hachís)"


Me preocupa que un libro de relatos como el que Pepe Pereza (Logroño, 1964) hace pocos meses engendró, para regocijo de mi mundo literario, pase desapercibido una vez alumbrado. Y lo que más temo, es que se obvie por el otro mundo retórico y externo, que a veces dudo, si literario o qué. Y me preocupa básicamente, por un motivo: porque "RELATOS DEL HUMO (y hachís)" es un libro importante. Diría, que muy importante. No es que sea mejor que otros, que lo es; tampoco, es que sea peor que algunos, que también lo es, pero esos algunos no son muchos y los pocos que hay son muy grandes, y esos tamaños sólo les corresponden a los maestros; y como en todo, cada cual tiene sus propios sabios de cabecera. Pero eso es otro cuento.

En mi opinión serena y particular expongo, que la importancia de esta propuesta reside, o, mejor dicho, consiste: en que Pepe Pereza con su modo narrativo o manera de narrar, atraviesa suavemente la literatura realista convencional, de una manera tan afilada, casi aséptica, que a su lado las ficciones de moda tienen que andar pidiendo perdón ante el corte, que conforma la herida de quien concibe las cosas tal como son. Sobra decir que todo escritor cuchilla que decida obrar, en un solo relato, con esta herramienta, al menos, debe haber vivido antes el hecho narrado, y luego, en el papel, tratar de convencernos de lo contrario, si lo consigue, es que es un puto crack: Pepe Pereza lo consigue; pero es que, ese mismo Pepe cuando coge por los huevos la ficción como una nueva herramienta concisa y necesaria para la historia que decida exponer, lo hace de un modo tan directo, que el imaginario absorbe todos los sentidos que atañen a la dimensión más desdichada o dramática de la experiencia humana; es decir, la escritura es salvaje con la complacencia, y, a la vez tierna y cómplice con la realidad, con el hecho expuesto. El relato entonces adquiere la excelencia en la ambigüedad, surge la duda, nada es lo que parece, pero todo ocurre de verdad. Convencerte de ello, es todo un logro; atraparte, fascinarte, también es un acierto del autor. Yo no le pido otro aliño a la lectura.

Aunque no muy definidas, pequeñas pinceladas de estos tonos de ficción y otras realidades se pueden encontrar en PUTAS (Edición digital, Groenlandia 2010), su anterior trabajo, libro menor en comparación, a mi juicio, con RELATOS DEL HUMO (y hachís), y si sumo, además, sus colaboraciones en revistas, fanzines, libros colectivos, blogs, etc, etc, me sirve para ver la brega y el manejo de la palabra, el volumen y el tono de la voz, en definitiva, el crecimiento narrativo de Pepe Pereza hasta hoy; no obstante he tenido la fortuna de vivirle en primera persona cuando coordinaba la revista Al Otro Lado del Espejo, así como cuando opté por uno de sus textos para el libro colectivo NARRANDO CONTRACORRIENTE (Ed.Escalera, 2011), donde recuerdo su disconformidad una y otra vez con su propio relato, hasta última hora, donde cualquier detalle por mínimo que fuese, y del que él mismo no estuviese convencido, había de ser solucionado; ofrecer lo mejor de sí al lector, entra dentro del ideario de este autor. Desde entonces hasta hoy, afortunadamente, no ha dejado de sorprenderme. Lo celebro.

Pasa, y me preocupa de igual manera, aunque me inquieta un poco menos, que “la importancia” se devalúe según nos toque los cojones quien convenga. No me convence y me preocupa, digo, lo estupendos que se ponen algunos cuando un autor, en general americano (esto no es óbice para que sea del norte o del centro o del sur) y en particular muerto, acaba de ser descubierto por tal o cual editorial, en particular muy cool y en general cuasifriki (tampoco esto tiene porqué ser así, pero entiéndeme, estaba deseando escribirlo), y, es que es de un tamaño el absurdo, que se agilizan de tal modo todas las piezas, habidas y por haber, para poner en marcha la maquinaria triturante del consumo cultural y literario; y se los ve, más estupendos todavía, sacando el pecho como palomos esperando el alfiler de la medalla de turno, y, los honores del después. Púes bien, no me molesta, dije; pero para ser honesto, me preocupa...un poco, más de lo habitual. Porque en mi nube sueño con alguna vez cercana en el tiempo, para que estas aves adineradas se calcen las zapatillas suficientes de la humildad y se pateen esta dichosa tierra que nos encoge; vamos, quiero decir, que propongo que se den un rulo por los polvorosos caminos del fanzine, los libros de autor, las editoriales caninas (de money, no de perros), el papel letrina (por suerte cada vez es menos áspero) de los libros colectivos de las pequeñas editoriales y otros sitios más insospechados, en busca de Pepe’s Pereza’s como grandes dioses de las pequeñas letras que son...coño, que no será por medios en el siglo que nos acoge, que está plagado de cables y antenas y no hace falta mover el puto culo del asiento de la silla de casa, para saber lo que hay más allá de tus narices contemporáneas; claro que, uno es iluso hasta cierto punto, y sabe, cuando no, sospecha, que saben de sobra lo que se cuece por estos lares; que no difiere mucho de lo mismo que se cuece allá, independientemente de que mole más decir, se me ocurre, que en Oklahoma, por ejemplo, hay un tipo con el hígado hecho fográs o paté o como pollas se diga, que escribe, aunque como dios, unas novelas, relatos, poemas y otros etcéteras de la hostia puta, y que además, le quedan dos telediarios y encima, o, debajo, qué se yo, su próxima viuda nos ha ofrecido de extranjis no sé cuántos inéditos...en fin, que allá cada cuál, como decía, me preocupa lo justo, y, cada uno con su pedo. Así pues, quiero salvar esta parte de mi monólogo en voz alta retomando RELATOS DEL HUMO (y hachís), el libro que me ocupa ahora, aludiendo a las emociones que ofrece el mismo y que puedes experimentar tú también en sus historias; el buen rato de lectura que he pasado; siendo esto así la preocupación no es tanta cuando lo mismo es una suerte que tenemos unos cuantos, los justos yo diría, para disfrutar la narrativa de Pepe Pereza...y qué coño, si se trata de fortuna, esta pequeña editorial andaluza (Origami) y a mi entender, les ha tocado la lotería, aunque esto lo sabremos dentro, como suele suceder con estas cosas de los genios, de un tiempo; supongo que lejano, cuando estemos criando malvas, digo yo por decir, pero mi deseo es otro, si acaso más cercano en el tiempo para la fortuna de todos; así que amigos origamienses sean diligentes con este caramelo, que merece la atención necesaria, distribución, publicidad y esas cosas que están a vuestro alcance; porque a mí me parece un libro bueno, rozando lo cojonudo, o, como poco, y la lo dije: IMPORTANTE; simplemente por esto. Nada más. O, sí, y parafraseando al autor en uno de sus relatos: que la luna es una pandereta, entonces que cada uno baile en libertad o como le salga de ahí mismo, el villancico. Esto es todo, que ya es bastante.

Gsús Bonilla.

5 comentarios:

  1. Relatos de Humo anda de mano en mano aqui en Argentina, los cordobeses nos atamos a la emoción de sus relatos, felicitaciones querido Pepe por participarnos de tu obra.
    te abrazo querido amigo

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  2. Suscribo y más todo lo escrito por G.Bonilla. El libro es bueno,muy bueno, y Origami ha tenido 'buen olfato y mejor vista'.
    Un abrao.

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  3. Amigo,

    “Relatos de humo y hachís” Pues sí, quiero leerlo al completo. A mí sólo me han llegado retales de aquí y de allá por la madre matrix internet… Por qué, porque soy una puta parada de larga duración que no tengo dinero ni para bragas.

    Así que, con el culo al aire y mis tejanos roídos, ando de uno a otro lado con la esperanza-desesperanza de que mi vida –en este aspecto- no va a cambiar y escuchando cosas -de tus coetáneos- que nos sujetan a Tele5 -frikis que AJJJJJ!!!!! ¡Qué asco dan!

    Seguiré alabando lo que he leído y leyendo a los que alabáis lo no leído… Y –algún remoto día- puede que llegue el ansiado libro a mis ajadas manos con “pintauñas” a lo Morticia y arterias a lo Jagger.

    A mandar. Buen artículo amigo,

    Ann@ Genovés

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