Queridos amigos:
Es una gozada poder anunciaros la presentación de este libro de poemas llamado
Ardimiento. Y lo es porque nunca pensé que llegaría el momento de ver publicado
algo de mi poesía y, desde luego, nunca en un formato tan bonito, tan esférico
y con tantas manos dedicándose a darle valor añadido.
Porque Ardimiento contiene una selección de mi poesía y abarca desde aquel
primer poema titulado “Cosas que de verdad importan” (2001) hasta la
actualidad. Ardimiento más que un poemario es una breve antología poética. Y mi
aportación al libro concluye en donar una cuarta parte de vaciamiento para este
proyecto literario.
Luego llegó Gsús Bonilla, que se encontró con un cuaderno llamado No te cortes
y, con los mismos ladrillos, construyó una casa, con sólidos muros y ventanas
que miraban hacia dentro, hacia el calor y la luz que nos anima a vivir, y hacia
el rugido de tripas que nos fuerza a protestar, y hacia el ano dolorido de
tanta mala follá que nos están dando.
Y todo lo vistió de imágenes Quino Romero, con sus collages imposibles que
fomentan la imaginación, como los juegos surrealistas de los atraídos por el
sueño. Y la llama, moradísima, del pebetero de la ira, y la misma llama violeta
en la antorcha del amor y la amistad, y la misma y poderosa llama en el pecho
del ser errante que deambula por el bosque o vaga por las atestadas calles de
la ciudad.
Y aquello, que ya es algo sólido, palpable, lo ordena Rodrigo Córdoba, lo
da sentido, lo mira antes siquiera de poder ser visto para transformarlo en
libro, con sus hojas numeradas y su aspecto de pájaro de fuego. Y, en el taller
de Peña Ubiña en Vallekas, monta portadas y contras de basto cartón,
tinta los sellos y humedece las vistas con una buena dosis de felicidad. Eso
sí, con crudos remaches de acero que nos anclan en la realidad.
Así que no se presenta un poemario, se presenta una esfera, algo que no tiene
comienzo, ni final, y ni a uno y ni a otro se les busca. Algo difuso producto
de muchos corazones, llamémosle energía, llamémosle vida, llamémosle esperanza,
llamémosle fuego.
Porque en Ardimiento un ser llamado Bacø, que me posee y hace feliz a ratos,
escribe sobre el papel retazos de su alma, tan oscura y atormentada como la de
cualquiera, y tan inquieta, tan vehemente y visceral, tan sumamente humana, que
es posible que la lectura transmita el calor del alma.
Ojala se extienda la llama. Ojala
me puedas acompañar.
Baco
Jueves 20 de marzo
21:00 horas
Presentación de ARDIMIENTO
Antología poética de Bacø
En LA INQUILINA
calle Ave María, 39 (Metro Antón
Martín)
Poetas invitados:
Gsús Bonilla, Aranxta Oteo, José
Naveiras, Quino Romero, Diego Lebedinsky
Gracias, Pepe, a ver si nos vemos pronto.
ResponderEliminarUn abrazo,
e.