martes, 29 de julio de 2014
miércoles, 23 de julio de 2014
domingo, 20 de julio de 2014
ENTREVISTA CAPOTIANA A PEPE PEREZA POR TONI MONTESINOS – BLOG: ALMA EN LAS PALABRAS
En 1972, Truman Capote publicó un
original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló
«Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se
entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que
sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora,
extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la
que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Pepe Pereza.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir
jamás de él, ¿cuál elegiría?
Ya vivo en un
lugar del que no puedo salir, se llama: Planeta Tierra.
¿Prefiere los animales a la gente?
Me prefiero a mí
mismo.
¿Es usted cruel?
Solo cuando debo
serlo.
¿Tiene muchos amigos?
Los menos
posibles.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que me dejen en
paz.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Sí, igual que yo
a ellos.
¿Es usted una persona sincera?
Según el momento
y quien tenga delante.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Escribiendo.
¿Qué le da más miedo?
La muerte de mis
seres queridos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice?
La política
actual.
Si no hubiera decidido ser escritor,
llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Seguramente ser
operario en alguna fábrica.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
La masturbación.
¿Sabe cocinar?
Por supuesto.
Si el Reader’s Digest le
encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a
quién elegiría?
A mi madre.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la
palabra más llena de esperanza?
Dinero.
¿Y la más peligrosa?
Religión.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Por supuesto.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
La izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le
gustaría ser?
Millonario.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La soledad y el
hachís.
¿Y sus virtudes?
Pocas.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro
del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Un flotador, una
lancha, un equipo salvavidas…
¿Tiene muchos amigos?
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
¿Es usted una persona sincera?
¿Qué le da más miedo?
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
¿Y la más peligrosa?
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
miércoles, 16 de julio de 2014
ENTREVISTA A IVÁN ROJO POR CARLOS SALCEDO ODKLAS
Iván Rojo es un joven escritor afincado en
Valencia que acaba de publicar su primer libro, Pantano (Editorial Sven Jorgensen),
un compendio de relatos enmarcados dentro del llamado Realismo Sucio.
Carlos Salcedo Odklas se mete en el fango y charla con él sobre su libro en
particular y sobre literatura y escritura en general.
Hola Iván, encantado de charlar contigo. Lo
primero agradecerte que me hayas concedido este rato.
“El agradecido soy yo. Es un placer, Carlos.”
Has sacado hace unos meses tu primer libro, Pantano, coméntanos lo que se
va a encontrar el lector dentro de sus páginas.
“En Pantano el lector encontrará una treintena de relatos cortos, desde unos de
tan solo media página hasta otros de unas diez, en los que se refleja, en mi
opinión, la estrecha línea que separa la grandeza de la miseria en la vida de
la gente corriente. Vamos, treinta ejemplos de realismo sucio.”
¿Es el realismo sucio el ámbito en el que te sientes más a gusto? ¿Qué
significa esa etiqueta para ti?
“Para empezar, como bien dices, es una etiqueta como tantas otras. Pero, al
menos en el sentido en que yo lo entiendo, sí que considero que mis textos
reúnen los rasgos de estilo característicos de este género. El estilo directo,
abrupto, frases cortas, adjetivación escasa, sin alardes, sin parafernalia. Y
también la temática y estructura de las narraciones propias del realismo sucio.
Se trata de historias de gente de la calle, en las que se percibe la ausencia
de héroe, e incluso la ausencia de la tradicional moraleja. Se refleja,
asépticamente, un fragmento de vida, y el lector queda legitimado para
interpretarlo a su antojo.”
Me he fijado en que tienes predilección por escribir tus historias en
primera persona. ¿Te resulta más sencillo así? ¿Cuánto hay de autobiográfico en
tus historias?
“La primera persona me parece un recurso muy potente, la verdad. Siempre he
pensado que el hecho de que la voz que soporta la narración sea la del
protagonista, o uno de ellos, imprime mucha fuerza al relato, sea para fomentar
la empatía del lector o incluso el rechazo. Sí, uso mucho la primera persona al
escribir, pero no todo lo que cuento, ni mucho menos, se basa en vivencias
personales. En resumen, que la voz que cuenta mis historias no es un alter ego.
No del todo, al menos.”
Es cierto lo que dices de la primera persona como recurso, pero eso también
limita la historia a un único punto de vista, ¿no crees?
“Bueno, supongo que sí. Hace que la historia tienda a la percepción personal
del protagonista principal. Sin embargo pienso que esa interpretación subjetiva
de los acontecimientos narrados pone de manifiesto otra de las características
principales de este tipo de relatos realistas sucios: la visión de las cosas,
incluso de aquellas de las que uno puede estar en principio más seguro, suele
pender de un hilo. Por eso creo que la primera persona no le da un carácter
aleccionador ni arbitrario ni excesivamente intransigente a la historia; por el
contrario, habitualmente es el entorno el que acaba imponiendo sus normas,
vamos, el mundo de ahí afuera, y los personajes de mis historias, con todas sus
peculiaridades, no hacen más que intentar adaptarse si pueden, o sobrevivir en
muchos casos, a lo que les viene dado desde fuera.”
Te lo comento porque, en mi caso, me resulta complicado escribir en primera
persona si no es autobiográfico, supongo que requiere más implicación con el
personaje. Sería como la diferencia entre un actor y un director. Teniendo en
cuenta esa implicación que se te exige y que escribes sobre personajes al
límite, ¿eres consciente de que puedes acabar tocado de la cabeza?
“¿Más? No, en serio, no lo creo. De hecho nunca soy más cuerdo que cuando
escribo. Entonces me siento dueño de mi mismo. El resto del tiempo, rara vez.”
Supongo que tu inspiración vendrá principalmente de observar el mundo que te
rodea ¿no?
“Absolutamente. La observación siempre es el detonante de mis historias. Me parece
que este mundo, y estos tiempos ("Malos Tiempos", como tú bien sabes,
Carlos) guardan multitud de historias de esas que la gente prefiere obviar
mirando hacia otra parte y que a mí, y diría que a ti también, nos parecen las
más interesantes, apasionadas, duras, bonitas. Dignas de ser contadas, en
definitiva.”
Completamente de acuerdo.
Merodeando por tu blog he visto que tienes mucho material y suele estar
actualizado, pareces un escritor metódico y comprometido, ¿es así?
“Uff... Comprometido con lo que me gusta, que es sencillamente escribir. En ese
sentido sí. Escribo a diario. Me es necesario y, a la vez, placentero. Así que
perfecto. Pero metódico, por desgracia no. Escribo cuando puedo y donde puedo.
Si el día me lo permite lo hago desde casa, sentado al ordenador. Pero de un
tiempo a esta parte, por razones de supervivencia, el curro me obliga a
escribir a ratos sueltos, anotar en libretas, guardar borradores en gmail desde
el móvil. Ese tipo de mierda, ya sabes. Así que no, el método, el gran método,
me viene impuesto. Yo intento burlarlo para arañar ratillos y escribir. Por
suerte, hasta la fecha, siempre lo consigo.”
Pero tienes ese compromiso ya que, como bien dices, escribes a diario, incluso
con todo en contra, y te aseguro que no es fácil ni todos (yo el primero)
pueden decir lo mismo. ¿Crees que es imprescindible esa constancia?
“Nunca he tenido clara la respuesta a esa pregunta. La constancia es necesaria.
Hay que trabajar, hay que escribir y escribir sencillamente para escribir cada
vez mejor. Pero también es necesario leer, y observar, y tomarse cierto tiempo
y distancia para madurar las ideas, para encontrar la manera de plasmarlas.
Esto de escribir puede ser muy obsesivo. Quiero decir, vas por ahí, observas
algo, te viene una idea, y todo tu cuerpo te pide ponerla por escrito, ¿no?
Bueno, pues a veces conviene dejar pasar algunos trenes, para acertar con una
bueno y potente.”
Entre tanto material, ¿qué criterio has seguido para dar forma a Pantano? ¿Hay
algún hilo conductor? ¿Es simplemente lo que considerabas mejor?
“Intenté basarme en esa imagen que Marcos Ferror, gran amigo y escritor, apunta
en el prólogo a mi libro: la ciudad como un pantano. El peligro de
estancamiento, de ahogamiento, de muerte. Y, sin embargo, al mismo tiempo toda
esa vida ahí, bajo la superficie.”
¿Y tardaste mucho en dar forma al libro?
“No demasiado, la verdad. Escribo mucho, como decías, y tengo una gran cantidad
de material acumulado, sea prosa o poesía. Solo tuve que escoger relatos que,
en mi opinión, mantuvieran una línea argumental coherente, si bien con ciertas
excepciones (dos o tres relatos más ligeros, alguno directamente humorístico,
para relajar un poco la tensión de los otros)”
¿Estás satisfecho con el resultado?
“Sí. Es mi primer libro. El primero a nivel profesional y exclusivamente mío.
Espero que vengan más y mejores, y confío en que así será. Pero Pantano es un
libro muy importante para mí, y estoy orgulloso de él.”
Te entiendo, me encuentro en la misma situación como sabes. También me pasó
otra cosa, una enorme sensación de vacío y la frase en la cabeza "bueno,
¿y ahora qué?". ¿Te ha pasado lo mismo?
“Jajaja. Sí, tío, un poco. Digamos que para alguien que sueña con ver sus
textos impresos y a la venta, lograr que una editorial decida a postar por uno
es la materialización del sueño. Te sientes realizado, como dicen los managers
de personal, coachs y demás gentes, pero solo dura un momento. Al cabo de muy
poco empiezas a sentir, no sé cómo decirlo, cierta perplejidad ante tu logro. Y
no te queda otra que seguir escribiendo, seguir soñando con un poquito más de
lo que has conseguido hasta ahora. Solo estamos empezando, tío.”
¿Y qué proyectos tienes en mente? ¿Te angustia repetirte?
“Angustia ninguna, aunque no tuviera proyectos. Pero mágicamente los tengo. Si
todo va bien dentro de poco participaré en el próximo número de Vinalia
Trippers, y también en una antología de relatos en homenaje a John Fante
seleccionada por Francesco Spinoglio. Además estoy en tratos con un par de
editoriales, con vistas a nuevos libros, que, espero, sean híbridos de relatos
y poesía.”
Te he preguntado si te angustiaba repetirte, lo digo por la formula de sacar
libros de relatos, ¿no te llama de momento la novela?
“Sí, claro, tengo un borrador a medio hacer, como todo hijo de vecino, jajaja.
Me gustaría tener el tiempo y la paz mental necesarios para acabarla. Pero de
momento me conformo con retocar de tanto en tanto lo que llevo escrito, añadir,
quitar, más que nada para no olvidarme de ella. Pero, bueno, de todas maneras
el relato corto es el formato en el que me encuentro más cómodo, y también el
que más me gusta. Así que me estaré más que contento si puedo ir sacando más
libros de relatos.”
¿Cómo es tu relación con la poesía? ¿Y cómo la abordas en comparación con la
prosa?
“Mi relación con la poesía es cada vez más estrecha. De hecho de un tiempo a
esta parte constituye el grueso de mi producción. Lo cual, creo, es algo
bastante habitual entre quienes escribimos relato corto. Acostumbrados a podar
las historias, me parece normal acabar explorando la poesía. La capacidad
sintetizadora de un poema es insuperable. Y además, al menos en mi caso, los
escribo de una manera más intuitiva que los relatos. Así que en temporadas como
esta, en las que dispongo de escaso tiempo para escribir, la poesía me sirve de
válvula de escape inmediata. Tengo un poemario terminado, Grandes Lagos, que
sacaré a la luz de un modo u otro.”
Creo que presentaste Pantano hace unos días. ¿Qué tal fue? ¿Y qué tal está
siendo la acogida en general?
“La presentación estuvo muy bien. Fue en Librería Bartleby, aquí en Valencia.
Muchos familiares y amigos y vinitos. Una vez pasados los nervios, fue hasta
divertido. Así que de puta madre. Y el libro está funcionando bien. Ricard
Millàs, el cerebro de mi editorial, Sven Jorgensen, se lo ha currado moviendo a
sus autores. Estoy muy contento con él.”
Parece un tipo majo Ricard, espero que le vaya bien.
“Lo es. Seguro que sí. Como editor y como escritor.”
Está claro que la escritura no da para vivir, ni siquiera para beber. ¿Qué
haces tú para sobrevivir?
“Para beber barato sí, vente a visitarme y lo comprobarás. Pero no, de escribir
es difícil vivir. Ahora mismo trabajo como auxiliar de sala en un museo. Antes
hice cosas incluso más raras. Espero que en el futuro las circunstancias sean
más favorables, en el sentido de al menor poder disponer de más tiempo para
hacer esto que nos gusta.”
Tengo pendiente la visita, pero me pillas bastante lejos.
¿Qué opinas de las nuevas tecnologías aplicadas a la escritura? Los blogs,
redes sociales... También me gustaría saber tu opinión sobre los libros
electrónicos y la piratería.
“Creo que las redes sociales son un instrumento indispensable hoy en día para
todo el que pretenda que su escritura tenga cierta repercusión, aunque sea a
pequeña escala. En mi caso concreto fue muy importante acceder a determinados
foros literarios, grupos cerrados en Facebook, especialmente el de Escritores
Sucios, para conocer y que me conociera gente con mis mismas inquietudes. Hacer
contactos. Sentirse un poco menos solo en la patera. Respecto a los libros
electrónicos pienso que, en líneas generales, son el futuro de este mundillo, y
creo que más pronto que tarde gozarán una regulación sólida. La piratería me
parece, hoy por hoy, una realidad ineludible en un sector poco cuidadoso con su
propio valor. No me considero, obviamente, alguien que pueda verse perjudicado
por esta práctica. Pero considero que el autor debe ver protegidos sus
derechos, el valor de su trabajo, siempre y cuando este valor se corresponda
con un precio de mercado razonable.”
¿Qué me puedes decir sobre tus gustos e influencias? ¿Algún libro de cabecera?
“Mis gustos los tengo claro, dependen de mí. Las influencias son las mismas.
Los escritores de eso que antes hemos denominado Realismo Sucio. Bukowski a la
cabeza, por su lucidez y su capacidad de pegada. Pero también el gran John
Fante, o Raymond Carver, o Richard Ford. Y más contemporáneos, Donald ray
Pollock o Palahniuk. Y, bueno, otros que he descubierto un poco más tarde,
también norteamericanos, claro, como Charles Baxter o el canadiense Alistair
Mcload. Y por supuesto, al mismo nivel, Michel Houellebecq. Si tuviera que
decir por qué menciono a todos ellos, diría que por su incorrección política y
su implicación con la sociedad, con su propia verdad y con el arte. Así que ese
es el nexo de unión. ¿Libros de cabecera? Muchos. Hoy te digo Ampliación del
Campo de batalla, de Houellebecq. Guerra sin cesar, poemario de Bukowski. Y
Catedral, ese grandioso libro de relatos de Carver. Mañana supongo que serían
otros. Por ejemplo, alguna antología de cuentos de Buzzati.”
En cualquier caso es una selección con mucho gusto. ¿Te viene a la mente alguna
perla que hayas encontrado últimamente o algún autor más desconocido?
“Últimamente me impresionó El Adversario, de Emmanuel Carrere. Y vidas de
Hojalata, de Paul Harding”
Bueno Iván, ha sido un placer charlar contigo. Te deseo lo mejor con Pantano y
con los que vendrán después, creo que tienes bastante mano para esto y que lo
mereces. ¿Quieres añadir algo más?
“Claro que quiero. Añado que el placer ha sido mío y que yo también espero que
te vaya de lo mejor. Y que yo lo vea. Muchas gracias, Carlos.”
Gracias a ti.
Puedes comprar tu copia de Pantano
aquí: http://www.svenbooks.com/
Puedes leer un estupendo relato de Iván Rojo aquí:
Información sacada de aquí:
sábado, 12 de julio de 2014
sábado, 5 de julio de 2014
RESEÑA DE MALOS TIEMPOS EN MONDO SONORO
"Desde
que Ediciones Lupercalia la anunciara en su página web, la opera prima de
Odklas se hacía de rogar y durante el mes de junio, por fin, todos aquellos que
estábamos ansiosos pudimos tenerlo en nuestras manos. No cabe duda, para
todos los que amamos la obra literaria de Bukowski , que estamos de
enhorabuena, está más vivo que nunca, y su legado ya no trasciende aquellos
escritores snobs, que dan una falsa imagen de vivir en un mundo que roza lo
marginal y se sumerge en el underground, e incluso aparentar lo que no son.
Para ello, Odklas lo deja muy claro, Malos Tiempos es un libro crudo, sí,
incluso sus páginas pueden hacernos sacar una sonrisa. Pero más allá de todo,
el autor nos muestra parte de su vida, real como la vida misma, dejando poco
espacio al libre albedrío y a la ficción. No está mal que, de vez en cuando,
alguien nos abofetee la conciencia y nos haga parar para coger una buena
bocanada de aire, y murmurar hacia nuestros adentros, "quizá mañana ese
pueda ser yo". Un libro sucio donde los haya, pero que seguro ocupará las
mejores posiciones en los estantes de vuestra biblioteca."
Santos Perandones.
Lee el Mondo Sonoro de Julio-Agosto aquí: http://issuu.com/mondosonoro-gal_cyl/docs/219msogal
MALOS TIEMPOS está a la venta en mi casa, a través de la web de la editorial http://www.edicioneslupercalia.com/
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viernes, 4 de julio de 2014
REVISTA NARRATIVAS Nº 34
Ya está
disponible para su descarga el número 34 de NARRATIVAS. Revista de Narrativa
contemporánea en castellano, en dos formatos distintos: PDF, para
posibilitar su impresión en papel, y EPUB, para facilitar su lectura en la
mayor parte de los dispositivos digitales. La revista puede descargarse en la
siguiente dirección:
http://www.revistanarrativas.com
Este número consta de los siguientes contenidos:
● Ensayo
http://www.revistanarrativas.com
Este número consta de los siguientes contenidos:
● Ensayo
El imaginario
perruno en ‘La ciudad y los perros’ de Mario Vargas Llosa, por Cristian Montes
Espacios femeninos en ‘Posesas de La Habana’: un caso de llaves desaparecidas, por Olympia B. González López
● Relato
Espacios femeninos en ‘Posesas de La Habana’: un caso de llaves desaparecidas, por Olympia B. González López
● Relato
El plano de
Londres, por Maite Núñez
La ventana, por Elena Casero
La jaula se ha vuelto pájaro, por Laura Bordonaba Plou
Un recuerdo, por Álex Marín Canals
Tres relatos macabros, por Félix Terrones
Mi tío Kennedy, por Luis Miguel Rubio Domingo
La sirena en silencio, por César Contreras
Microrrelatos, por Atilano Sevillano
La rigidez, por Jesús Greus
La extraña pareja, por Javier Lidya
Mal de muchos, por Patricia Nasello
slaveofthevampire.myblog.com, por Gabriel González Núñez
Turismo, por Topogenario
Lambrusco Song, por Sparky Jones
Las mil formas del agua, por Javier Úbeda Ibáñez
El caballo de la luna, por José Antonio Prades
¿Qué hora es?, por José Vaccaro Ruiz
El libro viejo, por Ramón Araiza Quiroz
Gritos, por Carlos Aymí Romero
El ruido, por Michael Sitka
● Novela
La ventana, por Elena Casero
La jaula se ha vuelto pájaro, por Laura Bordonaba Plou
Un recuerdo, por Álex Marín Canals
Tres relatos macabros, por Félix Terrones
Mi tío Kennedy, por Luis Miguel Rubio Domingo
La sirena en silencio, por César Contreras
Microrrelatos, por Atilano Sevillano
La rigidez, por Jesús Greus
La extraña pareja, por Javier Lidya
Mal de muchos, por Patricia Nasello
slaveofthevampire.myblog.com, por Gabriel González Núñez
Turismo, por Topogenario
Lambrusco Song, por Sparky Jones
Las mil formas del agua, por Javier Úbeda Ibáñez
El caballo de la luna, por José Antonio Prades
¿Qué hora es?, por José Vaccaro Ruiz
El libro viejo, por Ramón Araiza Quiroz
Gritos, por Carlos Aymí Romero
El ruido, por Michael Sitka
● Novela
La distancia
entre dos puntos (Capítulo 1), por Fernando García Maroto
● Narradores
Miguel Baquero
● Estudios
Rebuscar
entre las nubes. (Anécdotas, tormentos y manías de los grandes escritores) -
Entrega 3, por Jesús Greus● Narradores
Miguel Baquero
● Estudios
● Aniversarios
Juan Goytisolo y el desarraigo: 60 años de ‘Juegos de manos’, por Pedro M. Domene
● Reseñas
“Muerto el perro” de Carlos Salem, por José Luis Muñoz
“La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero, por Eva Contreras López
“La sal en los labios”, de José Antonio Leal Canales, por José Luis Muñoz
“Un año de mi vida” de María Dubón, por José Mª López Viguri
“Alfil blanco, peón negro” de Alonso Holguín F.J., por José Vaccaro Ruiz
“Beatriz” de Anabel Consejo, por José Antonio Prades
“Vergüenza” de Patricia de Souza, por María Dubón
“Umbría” de Santiago Eximeno, por José Luis Muñoz
“Letrados en tiempos de rosas” de Rosalía Baltar, por Fernanda Mugica
“Nombre de mujer” de Arnoldo Rosas, por María Dubón
“Yonqui” de Paco Gómez Escribano, por José Luis Muñoz
“Negro sobre blanco” de Esteban Quirós, por Joaquín Correa
“López López” de Juan Aparicio Belmonte, por Erasmo Hernández González
“Todo irá bien” de Matías Candeira, por José Cruz Cabrerizo
“Avalancha” de José Giménez Corbatón, por María Dubón
“Paraíso inhabitado” de Ana María Matute, por Mari Carmen Moreno Mozo
“El jardín del eterno presente” de Daniel Alejandro Sánchez-Rodas Navarro, por Rafael Núñez Rodríguez
“La pasión de la reina era más grande que el cuadro” de Margarita García Alonso, por Mª Eugenia Caseiro
“Ya no estoy entre vosotros” de Ramón Acín, por María Dubón
“Lo que me queda por vivir” de Elvira Lindo, por María Dubón
“El lector” de Bernhard Schlink, por Javier Úbeda
● Novedades editoriales
http://www.revistanarrativas.com
martes, 1 de julio de 2014
ESQUINAS en LA TORMENTA EN UN VASO
Miguel Baquero
Dicen que es el oficio más antiguo del mundo, pero lo que es seguro es que
se trata del oficio más literario. Porque desde que corre la pluma sobre un
papiro, la prostitución, que es a lo que nos referimos, ha dado siempre mucho
juego en los libros, y rara es la historia en cuyo paisaje no aparece una
hetaira (o meretriz, o ramera, o moza de partido, o mujer de la vida, o chica
de compañía, o lumi, o…) tratada unas veces con desprecio, otros con
conmiseración, otras con miedo, en ocasiones como el mismo diablo y otras como
figura venerable… Del mismo modo, este mundo, ahora y siempre, parece englobar
dentro de sí todo el universo: desde la yonqui tirada o la anciana felatriz, a
la belleza escort de chalet privado. Y aunque se intuye un mundo casi inabarcable
de millones de matices, el escritor Pepe Pereza (Guijuelo, 1964) ha
decidido sumergirse en él; sin ánimo de ceñirlo todo, que, como se ha dicho, es
imposible, pero sin miedo a lo que se pueda encontrar (a lo que pueda imaginar
para el lector) y, sobre todo, y lo que es más importante, sin ese ánimo
moralizante con que muchas veces se introducen los escritores en este ambiente
y que acaba estropeando gran número de relatos. Porque llevarán razón,
seguramente, en la mayoría de los casos, pero Pepe Pereza ni entra ni
parece querer entrar en moralinas ni en historias efectistas; se limita a
recorrer la noche e imaginar la historia de las mujeres que se ofrecen.
Así, nos encontramos con el proxeneta que está vigilando a su hermana pero
la historia no trata sobre esa turbia relación, sino cómo se enfrenta a un
cliente que no quiere pagar; nos encontramos con una anciana que en su
juventud, y por necesidad, hizo la calle, pero el tema es su desamparo ante el
Alzheimer; o con una joven que es golpeada por un chulo pero la historia
gravita sobre quien lo ve y se queda paralizado de miedo, sin poder reaccionar.
Toda la turbiedad, en fin, que pueda acumularse sobre las historias no aparta
al autor, ni al lector, del asunto principal, y es que se trata de historias
humanas, que suceden con la misma crueldad que todas, y a veces con la misma
amabilidad y educación que si ocurrieran en un despacho o en una oficina.
Un valor importante de Pepe Pereza, además de esta “naturalidad” con
que arma sus historias en torno al mundo de la prostitución, es la “sorpresa”
con que de pronto hace que se quiebre una historia, sin preparar al lector, sin
servirse de puntos y apartes, por ejemplo, sin crear un “suspense” previo o
algo parecido. Como la vida misma, que no avisa de lo que quiere hacer, ni lo
enfatiza previamente; simplemente, lo hace. «Ella se giró y desconectó el
aparato. Él quiso volver a encenderlo pero Elena lo cogió por el escroto y
apretó con fuerza…». «Así se lo dijo a los chicos. De pronto, uno de los
chavales que iba en el asiento trasero apuntó con un envase de plástico, lo
presionó y un chorro salió disparado hacia el rostro de la puta…». O el caso de
esa prostituta drogadicta que se refugia en un callejón y se encuentra un bebé.
No hay previo aviso, no hay palabrería en torno, mucho menos, como se ha
dicho, afán moralizador, y curiosamente toda esta falta de subterfugios
literarios es lo que le da gran valor a estos relatos y lo que certifica que
nos hallamos ante un autor con voz propia, que no se sirve de juegos de manos y
que gusta de la crudeza y la verdad por delante (es decir, la ficción como él
la entiende, sin concesiones) para armar sus historias. Pocos valores
literarios se me ocurren más importantes que este de la autenticidad.