ilustración de Max
"Desde
su atalaya observó a sus congéneres. La gente iba y venía. Se convulsionaban
como abscesos tumorales de un organismo gigantesco. Un bebe gigantesco
pataleando en mitad de la oscura inmensidad astral. Hubo miradas furtivas a las
chicas, algunas eran correspondidas chocándose y muriendo como chispazos.
Cayeron copas y viajes al baño. Disparos cerebrales alocados. Gritos apagados y
el oleaje contra las rocas. El caos y la embriaguez se fueron instalando en su
realidad, deformándola, transformándola en algo irresponsable. La dulzura del
caos. La ventana sin filos. La aceptación de la pérdida. El abrazo al abandono
generado por la insignificancia. La tormenta sin fin de la que todos eran
presa. Gritos y más gritos."
Los
Cuadernos Negros. Carlos Salcedo Odklas
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