viernes, 24 de noviembre de 2017
miércoles, 22 de noviembre de 2017
lunes, 20 de noviembre de 2017
GARDENJUNKIES - GSÚS BONILLA
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Aunque, a decir verdad, la
inmediatez fue la característica principal en el cuaderno de notas que se fue
generando desde, y entre, mediados de septiembre de 2016 y la primera semana de
julio de 2017, bajo la tiranía del like en la red social Facebook, con el
nombre de VIVEROS Y JARDINES… Y JUNKIES, habría de ser justo conmigo mismo para
poder serlo con los demás y apuntar aquí algunas consideraciones que han sido
indispensables para conformar la estructura del libro que ahora tienes en tus
manos, lector. En los tiempos que corren nada es espontaneo y nada se deja al
azar, aunque pueda parecer lo contrario
Parecería oportuno, que el grosso
de este libro: Cuaderno de notas y Junkies, tuviese un frontispicio, un
algo con el que dar comienzo a una historia, o bien, un cómo he llegado hasta
aquí. De manera que, obviamente, era necesario empezar por un principio e idear
un planteamiento que conectara con el nudo y desenlace de este híbrido alejado,
muy alejado, del cuento: Garden, el primer apartado del libro. Se trata de
un solo poema, fragmentado, y pensado en prosa, el cual abre y da inicio a un
ejercicio de escritura que dio comienzo en el mes de febrero del año 2013, el
cual, también, di por finalizado a últimos de septiembre de 2016. Esto es, más
de tres años y medio, en los que, mes a mes, y por diferentes trámites, tuve
que personarme en una Oficina de Empleo. Esto es, desde la traumática
finalización del último empleo remunerado que tuve hasta el siguiente, es
decir, el primer contrato laboral, más de tres años después, con la Agencia de
Empleo del Ayuntamiento de Madrid. Quisiera también, hacer mención al texto de
cierre a este apartado: La transición 2.0, concebido en este mismo espacio
temporal, y que en este intervalo fue publicado por Ediciones Liliputienses,
recogido en el cuaderno de poemas VIGA (enero 2016).
Sobre el apartado Cuaderno de
notas poco o nada más que añadir, que lo que ya de por sí en él aparece.
Lo escrito, escrito está. Aunque me gustaría referir su fragmentación, la
manera en que están establecidos sus capítulos, basados igualmente en la
obviedad del espacio-tiempo, sin embargo, dividido todo él según el Calendario
Revolucionario o Republicano Francés (octubre de 1793 hasta septiembre de
1805), donde el año empezaba a las 12 de la noche del día que se producía el
equinoccio de otoño, el cual el poeta Fabre d’Eglantiene puso toque literario
al nombre de los meses. A saber: 1, Vendemiaire (el mes de la
vendimia; recordemos que empiezan el año en nuestro septiembre); 2, Brumaire (el
mes de las brumas); 3, Frimaire (el de la escarcha); 4. Nivose (el
de la nieve); 5, Pluviose (lluvioso); 6, Ventose (ventoso);
7, Germinal (brotar); 8, Floreal (adornar, florecer); 9 Prairial (el
de las praderas); 10 Messidor (el de las mieses); 11, Thermidor (el
del calor); 12, Fructidor (el de los frutos). Los días de la semana,
obviados en el cuaderno de notas puesto que se dividían en décadas (semanas de
diez días), eran: Primidi, duodi, tridi, quartidi, quintidi, sextidi,
septidi, octidi, nonidi y decadi. Aunque en este libro, la
nomenclatura aparece castellanizada. La curiosidad del asunto me pareció
original y una manera distinta de fraccionar un diario. Nada más. Por otro
lado, el tercer apartado: Junkies, llevando el mismo proceso temporal de
escritura lleva incorporado un fraccionado más personalista, referido a las
personas que me acompañaron a lo largo de todos estos meses, he hicieron que
mis pies sintieran de nuevo la dureza del suelo, que comprendiera que la
realidad podía confundirse con la ficción en el momento en el que vivimos y que
nos tocó en suerte. Algo más que justo es dedicarles a todos ellos este libro.
Además, el cuaderno de notas va
acompañado, de un glosario fuera de contexto, el cual cierra cada capítulo del
mismo. Organizado alfabéticamente, descontextualizado decía, si lo que en él
traté fue descifrar, y de paso adjetivar, algunos aspectos del covénticulo
literario contemporáneo en el que habito. Si bien, y al margen de mi diversión,
mejor hubiera estado el haberlo dejado en su estadio concreto, tal y como
otros, expertos en todo caso, habían concebido muchos de estos conceptos y
términos que aquí recojo. Aunque, prácticamente en su totalidad, el significado
es el que es. De cualquier modo, y en todo caso, se trata de palabras. Palabras
que me acompañaron y quise asimilar durante el transcurso de este diario y que
fui recogiendo por boca de otros, en los talleres y charlas que presencié, y en
mis propias lecturas, en torno al mundo vegetal. Acaso me sirvieron para la
curiosidad y el aprendizaje, y, por qué no, de mero entretenimiento.
Me hubiera gustado escribir sobre
el amor, la felicidad y todas esas cosas de las que tratan los libros
magníficos, de historias importantes; pero este es un libro de mierda, de un
jardinero de mierda. En él cada mierda tiene su historia y cada historia su
mierda. La mierda a pocos importa, solo a cerdos y moscas. Es decir, a los
impertinentes y a los que hozan en ella. Tampoco es un libro de crítica, o
denuncia. Se trata, en todo caso, de un libro que documenta una situación
concreta en un tiempo determinado. Prosa, poesía, anotaciones diarias... la
impronta textual de una experiencia vital propia, como vómito literario. Esto
es lo que yo creo que es GardenJunkies, aunque quizá esté equivocado.
El autor
Valle
del Kas. Septiembre de 2017. Un año después de casi todo.
Gsús Bonilla. GardenJunkies (Tigres de papel, 2017).
http://www.tigresdepapel.es/producto/gardenjunkies/
Gsús Bonilla. GardenJunkies (Tigres de papel, 2017).
http://www.tigresdepapel.es/producto/gardenjunkies/
https://www.facebook.com/events/150176115600650
viernes, 17 de noviembre de 2017
lunes, 13 de noviembre de 2017
miércoles, 8 de noviembre de 2017
FURTIVOS - TOM FRANKLIN
DIRTY WORKS se complace en presentarles el primer
libro de relatos de TOM FRANKLIN, FURTIVOS, un viaje a los condados boscosos
que se extienden entre los ríos Alabama y Tombigbee, la zona baja de Alabama,
frondosa, verde y llena de muerte.
«Con esta colección de maridos lamentables, colegas inútiles y matrimonios desgastados, es como si el autor hubiese secuestrado a los personajes de RAYMOND CARVER y los hubiese dejado a su suerte en el Sur Profundo.»
NEW YORK TIMES BOOK REVIEW
«Con esta colección de maridos lamentables, colegas inútiles y matrimonios desgastados, es como si el autor hubiese secuestrado a los personajes de RAYMOND CARVER y los hubiese dejado a su suerte en el Sur Profundo.»
NEW YORK TIMES BOOK REVIEW
miércoles, 1 de noviembre de 2017
SE RUEGA SILENCIO - CAPÍTULO 7
En la sala
aguardan otras cuatro personas. No hay aire acondicionado y el bochorno es
insoportable. Compruebo la hora en mi reloj y observo cómo gira el segundero.
Sé que va sincronizado con el del despertador que está en mi dormitorio. Eso me
hace sentir bien. En cierto modo, es como estar allí, mirando el paso del
tiempo desde la cama. Me gusta esa sensación. Alguien grita mi nombre por el
altavoz y anuncia que se requiere mi presencia en la oficina número cinco. El
despacho está al fondo del pasillo. Llamo a la puerta y entro. Un fulano que
tiene cara de saberle todo amargo me invita a sentarme. Confirma mi identidad
repasando los datos en el ordenador. Luego añade que tiene un trabajo para mí.
-Es en la
fábrica de embotellado que está en el polígono de Agoncillo. El turno es de
seis de la mañana a dos de la tarde. ¿Te interesa?
Claro que me interesa, capullo.
Llevo días alimentándome de lo que siso en los supermercados. Cogería cualquier
trabajo por cutre que sea.
-Bien. Pues,
el próximo lunes, a las cinco y media de la madrugada tienes que presentarte en
la calle Vara del Rey, junto al pasaje del estanco. Allí te recogerá un autobús
que te llevará a las instalaciones.
Hecho el
papeleo, salgo de la agencia. Pasaré quince días a prueba y si les gusta cómo
lo hago me harán un contrato de tres meses. Lo suficiente para pagar deudas y
ahorrar algo. Joder, me muero de hambre. Debería acercarme a ver a mi madre.
Con la excusa de mi nuevo trabajo podría hacer las paces con ella y comer algo decente.
Tarda en
contestar pero al final lo hace. Le digo quién soy. Se produce un incómodo
silencio. Se nota que sigue enfadada. Finalmente abre.
Está en su mecedora viendo la
televisión. No me mira. Tomo asiento en el sofá.
-¿Dicen algo
interesante en las noticias?
-Las mismas barbaridades
de siempre.
Durante un par de minutos
guardamos silencio y fingimos atender a las palabras de la presentadora.
-El lunes
empiezo a trabajar en una fábrica de refrescos.
Me mira por primera vez.
-Me alegra
saberlo.
Continuamos atentos al
noticiario. Al rato, hace la pregunta que estaba esperando.
-¿Tienes
hambre?
Me comería una ballena entera,
pero el orgullo me obliga a mentir.
-No mucha.
-¿Has comido?
-Lo haré
cuando llegue a casa.
-¿Estás
seguro?
-Sí.
-Mira que no
me cuesta nada prepararte unos huevos fritos con tocino y jamón.
Joder, mataría por un plato así.
-No, déjalo.
-Tú te lo
pierdes.
Pensaba que iba a seguir
insistiendo. Busco su mirada para insinuarle con la mía que no deje el regateo.
Pero está centrada en el noticiario. Definitivamente, se ha olvidado del
ofrecimiento. He perdido mi oportunidad. Le digo que me voy. Me acompaña hasta la puerta y nos
despedimos con un beso. Según bajo las escaleras, en cada planta, me van
llegando los aromas de los distintos guisos. Mis tripas gorjean blasfemias y claman
al cielo por mi estupidez.