martes, 2 de noviembre de 2010

RELATO

EL APÓSTOL COBARDE
Si a Pepe hubiese que describirlo con dos palabras, las más adecuadas serían: “hombre aburrido”. Por eso le sorprendió tanto que de entre todos los seres humanos del planeta, el elegido fuera él. Todo empezó así: Un día que Pepe estaba durmiendo la siesta Dios se presentó en su salón y con voz ronca y abovedada dijo:

- Despierta.

Pepe se incorporó del sofá sobresaltado y con el corazón a punto de salírsele del cuerpo. Cuando le vio pensó que seguía soñando y que aquella visión era producto de una pesadilla, de otra forma no podía explicarse por qué un viejo con melena y barba blanca y una especie de aureola brillante alrededor de su cabeza estuviera en medio del salón. Antes de que pudiera pensar en otras alternativas, Dios le habló:

- Te he elegido para que seas uno de mis nuevos apóstoles.

Pepe se dio cuenta de que aquello no era un sueño, de que el viejo que vestía con una túnica blanca era real. Inmediatamente se puso a la defensiva.

- ¿Quién coño eres tú? ¿Cómo has entrado aquí?
- Escucha lo que te digo, quiero que seas…
- Si no te largas ahora mismo llamaré a la policía.
- Cálmate, soy Dios y estoy aquí para encomendarte una misión de suma importancia.
- Mira viejo, no me importa si estás majareta o si te has pasado dándole al Don Simón pero cómo no te largues de mi casa empiezo a repartir hostias ya.
- ¿Has escuchado lo que te he dicho?... Soy Dios… (deletreando) D. I. O. S… Dios…
- Que sí, que lo que tú digas, pero ya te he avisado y el que avisa no es traidor.
- ¿Qué milagro quieres que haga para que no dudes más?
- A mí no me vaciles, que solo digo las cosas una vez… O te largas o hay hostias, tú eliges.
- ¿Tienes arcilla por ahí?
- ¿Qué?
- Arcilla ¿qué si tienes un poco?
- ¿Arcilla?
- Sí, para crear un ser humano.
- ¿Para crear qué?
- Un ser humano, uno cómo tú. Así me creerás y podremos ir al grano…

Pepe estaba tan confundido que no supo que decir.

- ¿Tienes o no? – Insistió Dios.
- Quiero que salgas de mi casa.

Dios se fijó en una maceta que estaba junto a la ventana.

- No importa usaré la tierra de esa maceta.
- No toques nada…
Dios avanzó hacía la maceta y Pepe trató de impedírselo. Dios, con un exceso de teatralidad, levantó su diestra y al instante Pepe quedó paralizado.

- Estate atento, seguro que flipas…

Dios cogió un montón de tierra de la maceta, la dejó sobre la mesa, luego se tomó un minuto para llenarse la boca de saliva, la escupió sobre la tierra, lo mezcló todo y con el barro resultante se puso a modelar una figura. Pepe miraba sin poder moverse. No entendía nada de lo que estaba pasando aunque se esforzaba por comprenderlo. Al cabo de unos minutos Dios dio por terminada su obra. El resultado final fue una figura humanoide de unos treinta centímetros de estatura parecida a un Madelman. Dios se concentró y usando su potente voz dijo:

- Vive.

El barro se fue convirtiendo progresivamente en carne, huesos y fluidos. Finalmente, la figurita cobró vida.

- ¿Me crees ahora?

De repente Pepe se vio liberado de su inmovilidad.

- ¿Te convences ahora de que soy Dios?
- Te ha salido muy feo, por no hablar de su estatura – puntualizó Pepe.

Dios se tomó un par de segundos para observar al pequeño ser. Era feo como un demonio, y más por estar ahí encima de la mesa desnudito con su pequeño pene colgando. El madelman los observaba a su vez, sintiéndose cada vez más indefenso y avergonzado.

- Me ha salido así porque he tenido que utilizar la tierra de la maceta, si hubiese tenido arcilla de la buena, otra cosa sería – intentó disculparse Dios.
- ¿Y la desviación de su columna? ¿También es por la tierra de la maceta? – añadió Pepe.
- Ya sé que no es una obra de arte, pero está vivo que es lo que cuenta. Su fisonomía es lo de menos, solo trataba de demostrarte que soy Dios.
- Vale, me has convencido.
- Cómo te decía, quiero que seas uno de mis nuevos apóstoles ¿Qué te parece la oferta?
- No sé… - de pronto cayó en la cuenta de que él no tenía ni idea de la labor que desempeña un apóstol y se animó a preguntar. - … ¿Qué es lo que tendría que hacer?
- Pues lo que hacen los apóstoles, difundir mi sagrada palabra y esas cosas… Verás, dentro de muy poco, se celebrarán unas elecciones a nivel mundial para establecer una sola religión. Sé de buena tinta que Alá, Buda y Yahvé ya han empezado a reclutar a su gente para organizarse. Y nosotros no vamos a ser menos. Hay que evangelizar al planeta entero, hay que convencer a todos de que somos la mejor alternativa. Que sólo hay un Dios y de que ése soy yo. Que soy el mejor y el más poderoso, pero también el más magnánimo y el más bondadoso.
- Yo es que no soy bueno hablando, me atasco, tartamudeo, y además no me gusta la gente, prefiero aprovechar mi tiempo libre para estar tranquilo en casa - intentó escaquearse Pepe.
- ¿Y tú te defines a ti mismo cómo bondadoso? Menudo Dios de mierda eres tú… ¿Dónde está la bondad en lo que has hecho conmigo? Solo me has creado para convencer a este imbécil… - dijo el madelman con voz de pitufo.
- ¡Eh! Sin insultar, que yo no te he hecho nada – se defendió Pepe.
- … Ni siquiera has tenido la decencia de hacerme como es debido, pero que más da, tan solo soy una demostración de tu gran poder, qué importa que me hayas hecho feo y deforme…
- Trata de ignorarle y sigamos con nuestra conversación - le indicó Dios a Pepe.
- … ¿Y ahora qué va a pasar conmigo? ¿O no has pensado en eso?... - insistió el pequeño ser.
- ¡Cállate! ¿No ves que estamos tratando asuntos de suma importancia?... - gritó Dios, a punto de perder la paciencia. – Estamos asegurando el futuro del mundo.
- ¿Y qué futuro me espera a mí?- añadió el pequeño ser.
- Muérete - concluyó Dios de forma tajante.

El madelman cayó fulminado sobre la mesa. Sin darle mayor importancia Dios siguió con la conversación.

- Tu labor principal sería la de difundir mi mensaje. Y no te preocupes de nada. Yo me encargaré de poner mi verbo en tu boca. Tú solo tienes que dejarte llevar, es muy fácil…
- Pero es que yo no sé si valdré, ya te digo que no me gusta la gente y menos en grupo.
- Cómo no vas a valer. Según mis informes tú eres político y te dedicas a hablar a las masas ¿No es así?
- Creo que esos informes están mal. Yo soy tramoyista.
- ¿Tramoyista?
- Sí, trabajo en un teatro.
- Pero ¿tú no eres Manuel García Armas?
- No, yo soy José Pérez Gil.
- Ya… ¿Estás seguro?
- Segurísimo… El tal Manuel ese, creo que vive dos pisos más arriba.
- ¿Éste no es el quinto?
- No, es el tercero.
- Pues… No sé que decir… Cómo ves se ha cometido un error.
- No pasa nada, todo el mundo comete errores.

Todo el mundo cometía errores, pero él no era todo el mundo, él era Dios. Se sintió ofendido pero no dijo nada, sólo quería salir de allí y enmendar el error.

- Ejem… ¿La salida es por aquí?
- Sí, por esa puerta y continúa hasta el final del pasillo, allí verás la puerta de salida. - le indicó Pepe.

Dios avanzó raudo hacía la puerta, entonces Pepe cayó en la cuenta del pequeño cadáver que yacía sobre la mesa.

- ¿Y qué hago con éste?
- Entiérralo en la maceta. Le servirá de abono a la planta.

Y dicho esto, Dios desapareció por la puerta desentendiéndose del tema. Pepe cogió de una pierna al pequeño ser y lo levantó a la altura de sus ojos para observarlo detenidamente.

- ¡Qué cosa más fea! – concluyó.

Después hizo un agujero en la maceta, metió el pequeño cadáver y lo cubrió con la tierra.

® pepe pereza

8 comentarios:

  1. me alegra y mucho haberte descubierto, super interesante el blog y el relato me ha encantado ;)

    Un abrazo

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  2. Qué bueno, che, pero qué bueno. Muy divertido, muy nefasto. Pero permitime una objeción: con el último párrafo me devolviste la realidad, y no sé si yo quería esa realidad. El texto es una maravilla hasta el último párrafo. Este humilde lector que soy yo estaba feliz por la lectura, pero me sentí un tanto defraudado cuando el texto me dice que el tipo estaba soñando. No creo que hiciera falta aclarar el cuento y traerlo de los pelos para que deje ser ser un cuanto fantástico. Ojo: es mi punto de vista. De cualquier manera me pareció grandioso el desarrollo y los díalogos. Un abrazo.

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  3. Luisa Navarrete, la alegría es mutua porque yo también he descubierto tu blog y tus pinturas.

    Besazo

    Lucas, no es por defender el párrafo final, de hecho, opino que un relato se tiene que defender por sí mismo, pero en este caso te diré que dicho párrafo me sirve de nexo de unión con otro relato que le sigue a éste y que mañana colgaré en el blog.

    Un placer, tío.
    Abrazo inmenso.

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  4. Desde luego manejas la ironía y el sarcasmo como Dios.
    Muy bueno, Pepe, y después de haber leído tu aclaración sobre que el final enlaza con otro que colgarás mañana, más.
    ¿Sabes que con esta historia saldría un corto cojonudo?

    Un besazo.

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  5. Muy bueno y muy divertido, de todos modos, coincido con Lucas en todo y pienso que no hay que justificar nada, es un buen relato. Ya estoy esperando el próximo.
    Un abrazo frondoso

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  6. Muchas gracias Luisa.
    ¿UN corto? Deja, eso da muchísimo trabajo. Además dejé ese mundo hace tiempo y sinceramente no lo echo de menos.

    Besazo

    Jorge, te agradezco la visita y el cometario. En cuanto al último párrafo, lo he estado pensando y finalmente tengo que daros la razón a Lucas y a ti. No lo necesitó. Sin él el vínculo con el siguiente relato sigue existiendo. Así que paso a borrarlo inmediatamente.

    un abrazo

    pd gracias Lucas por el consejo

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  7. Eso es lo que se llama ABONUMANO. Fijate, si a partir de ahora, la planta crece mas deprisa y mas robusta
    Bonito cuento como siempre. un abrazo.

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  8. ¡qUE PAZZZZA, FIFO!
    ABONUMANO, JA, JA,JA

    NOS VEMOS MAÑANA A LAS CINCO Y MEDIA EN PUNTO. ABRAZO

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