Los dos estaban desnudos. Acababan de follar y cada uno ocupaba su lado de la cama fumando en silencio, recuperándose para otra sesión de sexo. Ella, inconscientemente, se acarició el vello púbico con la yema de los dedos de la mano que tenía libre, en la otra sostenía su cigarro. Él, inconscientemente, se mordía la uña del dedo índice de la mano que tenía libre, en la otra sostenía un porro. Cada uno tenía sus propios pensamientos y durante esa pausa ambos viajaban con sus mentes a planetas distintos.
- ¿Crees que debería de afeitármelo? – preguntó ella mirándose el monte de Venus.
- Facilitaría las cosas a la hora del cunnilingus – respondió él mirando de soslayo y sin dejar de mordisquearse la uña de su dedo.
- La verdad es que ahora está muy de moda llevarlo a la “brasileña”.
- …
- Entonces ¿me lo afeito? – insistió ella.
- Haz lo que quieras, es tu coño.
- Yo sola no sé si podré.
- Si quieres puedo hacerlo yo.
- ¿Lo harías? Me refiero a que si sabrías hacerlo sin poner en peligro mi entrepierna.
- Claro. Estoy acostumbrado a afeitarme casi todos los días.
- ¿Podríamos hacerlo ahora?
- Termino de fumarme el porro y nos ponemos a ello.
Cuando terminó el porro fue al cuarto de baño. Cogió un par de maquinillas de afeitar de triple hoja, espuma en spray, un par de toallas y una palangana con agua caliente…
Continuará...
- ¿Crees que debería de afeitármelo? – preguntó ella mirándose el monte de Venus.
- Facilitaría las cosas a la hora del cunnilingus – respondió él mirando de soslayo y sin dejar de mordisquearse la uña de su dedo.
- La verdad es que ahora está muy de moda llevarlo a la “brasileña”.
- …
- Entonces ¿me lo afeito? – insistió ella.
- Haz lo que quieras, es tu coño.
- Yo sola no sé si podré.
- Si quieres puedo hacerlo yo.
- ¿Lo harías? Me refiero a que si sabrías hacerlo sin poner en peligro mi entrepierna.
- Claro. Estoy acostumbrado a afeitarme casi todos los días.
- ¿Podríamos hacerlo ahora?
- Termino de fumarme el porro y nos ponemos a ello.
Cuando terminó el porro fue al cuarto de baño. Cogió un par de maquinillas de afeitar de triple hoja, espuma en spray, un par de toallas y una palangana con agua caliente…
Continuará...
Bueno, no sé qué decir, como dices que continuará, esperaré.
ResponderEliminarHata pronto
Mercedes, al ser un relato largo, y lo extenso en los blogs no gusta, he recortado el relato en varios capítulos. Espero que te guste.
ResponderEliminarBesazo