Ya no
me cabe más humo dentro.
Mi
cabeza es un cajón vacío.
La
monotonía de siempre
como
parte indispensable del mobiliario.
La
música no consuela,
aburrimiento,
rutina.
La
droga ya no cura mi espíritu roto.
Echo
tanto de menos tu cuerpo abandonado,
tu sexo
afeitado,
tus
caricias regaladas,
tu boca
profunda,
el
entusiasmo de tus pechos.
No
quiero palabras, ninguna palabra,
las
tuyas tampoco.
Solo
necesito usar tu cuerpo
un par
de veces más.
Solo
deseo lascivo,
solo
carne
sin
amor, sin “te quieros”.
Sólo dejo ropa vieja y que ya no usaba, exactamente aquella que a ti tanto te gustaba y que tan bien le quedaba ceñida al cuerpo. Lo hice adrede, para que su recuerdo fuera más intenso... https://fragmentsdevida.wordpress.com/2016/03/11/poemas-de-amor-versos-humedos-42/
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