jueves, 31 de diciembre de 2009

GROENLANDIA presenta PUTAS

En cuanto sepa cómo se hace pondré un enlace (o como se llame) para que podáis descargarlo.
Mucha felicidad.

POEMA DE ALBERTO VIDAL

Voy lleno de excitación.
La polla se me endereza
y es que don Pepe Pereza
manda felicitación...

Se endereza ¡mogollón!
No soñé con tal priapismo
... me daba todo lo mismo...
¡pero resulta que non!

Que soy capaz de sentir gozo
y que la polla me parta
cuando recibo una carta:
¡la carta de este buen mozo!


Y que mejor para acabar el año con buen pie, o brazo, o pierna, o coño, o, por qué no, con buena polla, que un poema de mi amigo y antiguo compañero de escenarios, el gran Alberto Vidal.

LOSER de DAVID GONZÁLEZ

Cerramos el año con otra pequeña gran alegría: Loser, el último poemario del poeta gijonés David González, ha sido elegido por los críticos de El Cultural -suplemento semanal de cultura del diario El Mundo-, como el segundo mejor libro de poesía de un autor español publicado en 2009 en nuestro país.

PROXIMAMENTE EN REVISTA GROENLANDIA

“Putas”, por Pepe Pereza
© 2009 Pepe Pereza
Prólogo por Ana Patricia Moya Rodríguez
Epílogo por David González
Todos los derechos reservados. Editado digitalmente por Groenlandia con permiso del autor.
Directora: Ana Patricia Moya Rodríguez
Diseño: Viviana Orozco & Nina (fotografía portada y contraportada) \ Bárbara López Mosqueda \ Ana Patricia Moya Rodríguez
Corrección y revisión final: Anabel Ocaña \ Ana Patricia Moya
Depósito legal: CO-1647-2009
Logroño \ Córdoba, 2009

A LA BRASILEÑA (Capítulo 7 y último)

(foto de pepe pereza)
Regresó al piso para meter en una bolsa de deporte algo de ropa para ella. Suponía que no tardaría en recuperar el sentido y quería estar junto a ella cuando eso sucediera. Abrió el armario y cogió un par de vestidos al azar, intentó doblarlos para que no se arrugasen pero terminó haciendo una pelota con ellos antes de meterlos en la bolsa. También metió un albornoz, unas deportivas y ropa interior. Se paró a pensar en qué más necesitaría su compañera y cayó en la cuenta del cepillo de dientes, de paso añadió un frasquito de perfume, algo de maquillaje, un cepillo para el pelo, gel, una toalla y una caja de tampones (por si acaso). Lo tenía todo, estaba listo para salir y bajar al garaje a por su coche, sin embargo dejó la bolsa de deportes en el suelo, junto a la puerta de salida y fue hasta el salón. Antes de salir de casa necesitaba echarle un vistazo a algo. Rebuscó entre los álbumes de fotos de una estantería. Eligió uno y buscó una fotografía en concreto. Después de pasar unas páginas la encontró. Era la foto que le había hecho a Bigas Luna justo antes de que la niña de cinco años se cayese del cuarto piso y se estrellase contra el empedrado de la plaza. De pronto recordó el espantoso ruido que produjo el cuerpo de la niña cuando impactó contra el suelo. Tuvo que sentarse en el sofá, le faltaba el aire y un agudo dolor se apoderó de su pecho. Veía claramente el cadáver de la niña tirado en la plaza y a su madre saliendo del portal para encontrarse cara a cara con la desgracia. Recordaba cómo la madre se clavó de rodillas al lado de su hija soltando un grito que mostraba el dolor más aterrador…
Sabía que debía salir de inmediato para dirigirse al hospital pero no se sintió con fuerzas para levantarse. Aguardó un par de minutos para reponerse, cerró el álbum y consiguió ponerse en pie. Dejó el álbum en la estantería, se encaminó hasta la puerta de salida, recogió la bolsa de deportes y salió hacia el hospital.

martes, 29 de diciembre de 2009

A LA BRASILEÑA (Capítulo 6)

Al poco llegó la ambulancia. En la casa entraron tres personas: una mujer, dos hombres y una camilla. La mujer llevaba la voz cantante y enseguida preguntó dónde estaba la accidentada. En cuanto entraron en el dormitorio y vieron la escena empezaron a mirarle con desconfianza y, tal como se había temido, tuvo que dar montones de explicaciones: Que si todo había empezado con un inocente juego de pareja, que el corte había sido sin querer, que ella se había desmayado no por la gravedad de su herida sino porque le tenía aprensión a la sangre, que… En fin, que parecía que estuviera en un interrogatorio con la policía en vez de con un equipo de urgencias. Harto de tanta explicación perdió los nervios.

- Dejad de joderme y haced vuestro puto trabajo que para eso habéis venido – dijo mientras recogía la palangana, el amoniaco y demás accesorios que estaban por encima de la cama.

El trío de urgencias se quedó mudo. Finalmente se decidieron a atender a la durmiente. La mujer le apartó la toalla que cubría la vagina para poder hacerse una idea de los daños. Durante unos segundos estuvo examinando el corte. No pareció darle demasiada importancia, ni siquiera a la sangre que seguía brotando, cosa que a él le tranquilizó. Y arrastrando ese sentimiento de sosiego salió del dormitorio cargando con lo que antes había recogido. Dejó cada cosa en su sitio y regresó al dormitorio. Cuando entró ya la tenían tumbada en la camilla y estaban dispuestos a salir.

- Pero… ¿tan grave es que se la tienen que llevar? – dijo él.
- No es que sea grave, pero ha sangrado bastante y preferimos que la vea un médico - contestó la mujer.
- Déjenme, por lo menos, que la ponga un camisón o algo.
- En el hospital le darán uno – dijo la mujer.
- ¿Puedo ir con ustedes en la ambulancia?
- Eso no es posible. Tendrá que ir por sus propios medios – concluyó la mujer en tono seco y desagradable.

Estaba claro que la reprimenda que les había echado no se les había olvidado. Los acompañó hasta la puerta del portal y vio partir a la ambulancia…

Continuará...

ANA PATRICIA MOYA

I N S E N S I B L E
Llegó el momento más esperado. Después de haber aguantado el dolor en la humillación de mi soledad, me limpio el sudor de mi cuerpo, los restos de sangre de un final anunciado. Agarro el fruto de la pasión inconsciente y lo escondo en una bolsa de basura. Salgo a la calle y arrojo al contenedor lo que había estado escondido en mis entrañas durante meses. Cierro la compuerta; del interior, un llanto, su llanto desesperado. Me trago, insensible, mis lágrimas y huyo, en dirección a mi casa: mis padres llevan llorando mi desaparición demasiado tiempo y yo quiero volver a ser una niña que va al colegio y que juega a las muñecas… y que no desea jugar más a hacerse la mayor delante de un noviete que utiliza los condones para hacer globitos.
(Relato de “Nosotras”, libro de relatos inédito)

REVISTA NARRATIVAS Nº16

Ya está en línea el número 16 de NARRATIVAS. Revista de Narrativa contemporánea en castellano. La revista puede descargarse en la siguiente dirección:

http://www.revistanarrativas.com

Este número consta de los siguientes contenidos:

- Ensayo
Pantalla de papel ó Google Plunge (sobre “Crónica de Viaje” de Jorge Carrión), por Luisa Miñana
Coincidencias poéticas en “Jardines” & “Jardín de niños”. La palabra de Juan Gelman y José Emilio Pacheco, por Demetrio Anzaldo González
La construcción del sujeto nacional en Bolivia a partir de “Aluvión de fuego” de Óscar Cerruto, por Magdalena González Almada
Jane Eyre, o la heroína de la novela victoriana, por Enrique García Díaz

- Relato
Vidas de cine, por Carmen Garrido
En el mundo de Yupi, por Esteban Gutiérrez Gómez
Film, por Ricardo Bernal
Noche de estrellas, por Carlos Montuenga
Como la saturación del óleo sobre un lienzo, por Javier Esteban
Feligreses, por Ernesto Baltar
Sit down, please, por Ysaías Núñez
Color amarillo, por Gonzalo Martín de Marcos
Una boda, por Sergio Borao Llop
Remo y su loba, por Mathías Dávalos
Preguntas, por Juan Cruz López
Nada, por Juan Carlos Vecchi
El escondite, por Xuan Folguera
Problemas de puntuación, por Víctor Lorenzo
El asesino de la secretaria, por Emilio Gil
Las ratas, por Rafael Guerrero
Excursión, por José Antonio Lozano
Esa tarde, sin resistencia, por Carlos Santi
Tabaco, por Pedro Bosqued
Obra sanitaria, por Eugenia Piazza
La vieja carretera, por Juan Amancio Rodríguez García
Comala. Homenaje a Juan Rulfo, por Ramón Araiza Quiroz
Ojos de pez, por Esther Rodríguez Cabrales
Conservatorio, por Luis Emel Topogenario
Desde el armario, por Blanca del Cerro
Villa Borghese, por Eduardo Protto
Correspondencia nicaragüense (IV), por Berenice Noir
El viejo sable de ultramar, por Daniel Alejandro Gómez
Higiene vampírica, por Olivia Vicente Sánchez
No preguntes por mamá, por Carlo Reátegui Avilés
Sunamico. Crítica de última novela de Martín Revelo, por Pedro Rebollo
Regreso al pasado (II), por Enrique García Díaz

- Narradores
Fernando Aínsa

- Reseñas
“Conozco un atajo que te llevará al infierno” de Pepe Cervera, por Miguel Sanfeliu
“Gente cercana” de Diego Marín A., por Luis Borrás
“Siete casas en Francia” de Bernardo Atxaga, por Ágatha
“Amar en martes” de Angélica Morales, por Luis Borrás
“Póquer de ases” de Manuel Vicent, por María Aixa Sanz
“Metempsicosis” de Jesús Serrano Belmonte, por Maiol de Gracia Clotet

- Miradas
Natalia Ginzburg, por María Aixa Sanz

- Novedades editoriales

Un saludo

Revista Narrativas
http://www.revistanarrativas.com

lunes, 28 de diciembre de 2009

A LA BRASILEÑA (Capítulo 5º)

La sangre empezaba a empapar parte de la toalla. Pensó que lo mejor era llamar a una ambulancia y así lo hizo. De la centralita le dijeron que la ayuda llegaría en breves minutos. Regresó al dormitorio, (el teléfono estaba en el salón). Ella seguía desmayada sobre la cama con la toalla manchada de rojo cubriéndole las vergüenzas. Parecía la escena de un crimen sexual. Entonces se dio cuenta de que tendría que dar unas cuantas explicaciones cuando llegase el personal médico. Trató de discurrir lo que les diría. Decidió que contaría los hechos tal y como habían sucedido. Se encendió un cigarro con la intención de calmarse un poco. Como estaba desnudo optó por vestirse. No tenía claro si apartar la palangana y el resto de útiles que había utilizado para la depilación o dejarlo allí, al final resolvió que lo mejor era dejar todo como estaba. Eran pruebas que apoyarían su testimonio. Además estaba el hecho de que ella tenía su vagina a medio depilar, otra prueba más a su favor. Ese pensamiento le dio un grado de seguridad. Volvió a acercarse a ella y comprobó su respiración. Lo que le seguía alarmando era el flujo continuo de sangre que salía del pequeño corte. Tal vez le había seccionado una arteria, aunque albergaba serias dudas de que una arteria pasase justamente por ahí.

Continuará…

domingo, 27 de diciembre de 2009

A LA BRASILEÑA (Capítulo 4º)

- Relájate… solo es un pequeño corte.

Desde niña tenía aprensión por la sangre y con ver una sola gota bastaba para que se desmayase. A él tampoco le gustaba la sangre, menos aún si era el culpable de la sangría. De pronto ella perdió el sentido y se desplomó sobre el colchón.

- Por favor, cariño… no me hagas esto – dijo él, administrándole unas suaves bofetadas para que ella volviese en si.

Ella no reaccionó y siguió rígida sobre la cama. Estaba fría y blanca como un cadáver. Él estaba tan aterrorizado que no sabía que hacer, excepto seguir presionando la toalla contra la herida. Notaba los bombeos acelerados del corazón dentro de su pecho y por un momento creyó que también él iba a perder el conocimiento. Finalmente logró sobreponerse. Salió del dormitorio y se dirigió a la cocina. Una vez allí, rebuscó en el armario donde guardaban los productos de la limpieza. Cogió un bote de amoniaco y regresó al dormitorio. Se acercó a la cama, destapó el recipiente del amoniaco y con sumo cuidado lo acercó a las fosas nasales de ella. Como el bote estaba a medias y no corría el riesgo de verterlo sobre su amante, presionó ligeramente el envase de plástico para que los efluvios saliesen de golpe. Al aspirar el amoniaco ella se despertó y se incorporó como si hubiese salido impulsada por algún mecanismo.

- ¿Te sientes mejor? – preguntó él.

No obtuvo respuesta porque en cuanto vió que seguía sangrando volvió a los brazos de Morfeo.

- ¡Mierda! – exclamó él sin saber muy bien que haría a continuación.

Continuará…

sábado, 26 de diciembre de 2009

A LA BRASILEÑA (Capítulo 3º)

Decidió cambiar de maquinilla, para las zonas difíciles era mejor utilizar cuchillas nuevas.

- Bien, ahora quiero que abras las piernas todo lo que puedas y, sobre todo, no te muevas – dijo él acomodándose para la parte más meticulosa y complicada de la depilación.
- ¿Y qué más pasó?
- No lo sé. Me fui de allí antes de que llegase la ambulancia.
- ¿Te fuiste?
- Ya te digo. Lo que había allí no era agradable de ver…

Se dispuso para hacer una pasada con la maquinilla por el borde de unos de los labios vaginales, concretamente por el izquierdo, entonces ella se movió ligeramente. Éste pequeño movimiento hizo que a él se le fuese la mano. Ella dio un respingo acompañándolo de un pequeño grito de dolor.

- ¡Joder, tío! Me has cortado – se quejó ella mirándole con el ceño fruncido.
- Lo siento… si no te movieras tanto.

La espuma de afeitar se fue tiñendo del rojo vivo de la sangre. Él cogió una de las toallas, la otra estaba debajo de las nalgas de ella con la intención de evitar ensuciar las sábanas, y limpió la espuma de la vagina para poder ver el alcance de los daños. El corte era limpio, apenas medía un par de centímetros, pero sin duda era profundo y no dejaba de sangrar. Ambos sintieron un escalofrío al ver la herida. Ella, aparte de sentirlo en sus propias carnes, se vio envuelta en una especie de mareo producido por la visión de la sangre.

- Me estoy mareando – reconoció apartando la vista de la herida.
- Tranquila, no es nada… - dijo él, quitándole importancia al asunto. Aunque realmente estaba algo asustado.

Él trató de parar la hemorragia presionando la zona afectada con la toalla. Y mientras lo hacía se dio cuenta de que ella estaba palideciendo…

Continuará...

A LA BRASILEÑA ( Capítulo 2º)

Cargado con todo regresó al dormitorio, pendiente, sobre todo, de no derramar el agua de la palangana. Ella le estaba esperando en la cama, sentada sobre sus piernas, casi arrodillada. Se la veía nerviosa y excitada, deseosa de eliminar cuanto antes todo el vello púbico de su cuerpo. Lo dispusieron todo para empezar con la depilación y cuando estuvieron listos él aplicó la espuma de afeitar sobre la zona genital de ella.

- Esto me recuerda a una peli que dirigió el tipo ese… el que le gusta mezclar la gastronomía con el sexo – dijo ella intentando recordar el nombre del director.
- Bigas Luna.
- Sí, ése… Tenía su nombre en la punta de la lengua…
- Ahora no te muevas que voy a empezar.

Pasó la maquinilla por el monte de Venus, repitió el movimiento un par de veces más y luego enjuagó la maquinilla en la palangana.

- ¿Sabes a qué película me refiero? – preguntó ella retomando el tema.
- Las edades de Lulú.
- Esa misma… Ya sabes, esa escena donde él le afeita el coño a ella. Recuerdo que cuando la vi en el cine mojé las bragas de lo cachonda que me puse.
- No te muevas tanto y abre un poco más las piernas – dijo él aclarando de nuevo la maquinilla en el agua de la palangana.

Ella obedeció. Intentó recordar a los actores de la película pero no consiguió ver sus caras. Había pasado demasiado tiempo desde que vió la película en el cine.

- ¿Te acuerdas de esa exposición colectiva que organizó el Ayuntamiento el año pasado? ¿Esa en la que reunieron a varios artistas para que expusieran su obra en las calles de la ciudad? – dijo él sin descuidar ni un momento la tarea que estaba atendiendo.
- Más o menos. Recuerdo que iluminaron La Iglesia de Santiago y quedó muy bonito.
- No sé si sabrás que uno de los artistas invitados era Bigas Luna.
- No tenía ni idea.
- Pues sí. Él se encargó de diseñar una especie de huerto ecológico en medio de La Plaza del Parlamento. Recuerdo que le hice una foto y… un minuto después una niña de cinco años se cayó del balcón de un cuarto piso matándose contra el suelo de la plaza.
- Lo dices en serio.
- Sí, yo estaba allí y lo vi todo… pero no te muevas tanto que te voy a cortar.
- ¿Y la niña murió?
- Fue una caída tremenda. Creo que murió al instante.
- ¿Bigas Luna también vió morir a la niña?
- No lo sé. Yo sólo tenía ojos para aquel pequeño cuerpo que estaba tirado sobre el empedrado de la plaza. Estaba a menos de tres metros y tenía la cámara digital en el bolsillo. Sabía que podía hacer unas fotos únicas, más cuando la madre bajó a la calle y se arrodilló al lado del cadáver de su hija. La pobre gritaba y lloraba impotente ante la desgracia.
- ¿Sacaste las fotos?
- No me atreví. Estaba conmocionado ante el suceso y el dolor de la madre.
- Debió ser una experiencia horrible.
- Lo fue.
- Supongo que yo tampoco hubiese tenido el valor para sacar unas fotos.
- No, no era el momento adecuado.

Casi había acabado con la zona del monte de Venus. Le quedaban los labios vaginales y la zona que rodea el orificio del ano…


Continuará...

jueves, 24 de diciembre de 2009

A LA BRASILEÑA (Capítulo 1º)

Los dos estaban desnudos. Acababan de follar y cada uno ocupaba su lado de la cama fumando en silencio, recuperándose para otra sesión de sexo. Ella, inconscientemente, se acarició el vello púbico con la yema de los dedos de la mano que tenía libre, en la otra sostenía su cigarro. Él, inconscientemente, se mordía la uña del dedo índice de la mano que tenía libre, en la otra sostenía un porro. Cada uno tenía sus propios pensamientos y durante esa pausa ambos viajaban con sus mentes a planetas distintos.

- ¿Crees que debería de afeitármelo? – preguntó ella mirándose el monte de Venus.
- Facilitaría las cosas a la hora del cunnilingus – respondió él mirando de soslayo y sin dejar de mordisquearse la uña de su dedo.
- La verdad es que ahora está muy de moda llevarlo a la “brasileña”.
- …
- Entonces ¿me lo afeito? – insistió ella.
- Haz lo que quieras, es tu coño.
- Yo sola no sé si podré.
- Si quieres puedo hacerlo yo.
- ¿Lo harías? Me refiero a que si sabrías hacerlo sin poner en peligro mi entrepierna.
- Claro. Estoy acostumbrado a afeitarme casi todos los días.
- ¿Podríamos hacerlo ahora?
- Termino de fumarme el porro y nos ponemos a ello.

Cuando terminó el porro fue al cuarto de baño. Cogió un par de maquinillas de afeitar de triple hoja, espuma en spray, un par de toallas y una palangana con agua caliente…

Continuará...

FRAGMENTOS

En casa hace frío. Con un maullido inquisidor mi gato me sugiere que encienda la calefacción. Me quedo quieto en el sofá, mirándole fijamente. En frente, él me sostiene la mirada. Seguimos mirándonos durante un par de minutos. Poco a poco, el verde de sus ojos me va absorbiendo a otros mundos fuera de éste… Cuando comprende que no voy a moverme (al menos hasta que acabe con el porro que me estoy fumando) emite una especie de gruñido y, de un salto, se encarama en el sofá. Alargo la mano para acariciarle el lomo pero me esquiva ofendido y va a acomodarse al otro extremo. Le miro y él pasa de mí. Se ha hecho un ovillo y tapándose los ojos con una pata trata de dormir. Llego a la conclusión de que mi gato es una puta, sino recibe algo como pago, no da muestras de cariño.

ADA MENÉNDEZ

http://escrituralternativa.blogspot.com/
Soy Ada Menéndez y os presento mi nuevo proyecto personal: LITTLE BECKY, Escuela de Escritura Alternativa.

Esta Escuela es de reciente creación, independiente y de humilde presupuesto. Abriremos nuestras puertas a partir del 1 de febrero del 2010. Juntos/as haremos que este proyecto mejore y crezca día a día, con vuestra participación y teniendo siempre en cuenta vuestras necesidades.

¡¡OS DAMOS LA BIENVENIDA!!

¿Por qué Enseñanza Alternativa?

Porque aprenderemos con métodos que otras escuelas de similares características, más convencionales, no nos ofrecen en la actualidad. Porque yo también comencé mi andadura literaria en talleres de escritura y sé muy bien qué funciona y qué no funciona. Aportaremos nuevas visiones y formas de entender la creación literaria, no nos limitaremos a leer y escribir dentro del aula, ni mutilaremos vuestras creaciones, ni os romperemos las hojas, ni os diremos que lo correcto es sólo lo que la Escuela dicta. De hecho, la Escuela nunca os dictará reglas matemáticas, irrefutables e infalibles, sino que os propondrán diferentes enfoques literarios para que vosotros/as decidáis cuál es vuestro propio camino e incluso podáis construir uno nuevo y personal. En la Escuela de Escritura Alternativa LITTLE BECKY no hay maestros ni alumnos, sino equipos humanos que se retroalimentan entre sí, aportándose y enriqueciéndose recíprocamente. Nadie os dirá lo que tenéis que hacer, ni que lo que habéis escrito no está bien, sólo os orientaremos y facilitaremos recursos para que podáis quedaros con lo que más os convezca. Tendréis derecho pleno para protestar, contradecir y criticar tanto a la Escuela como a su profesorado. Porque la razón nunca es unidireccional, sino conjunta.

¿Por qué Creación Alternativa?
Porque la escritura no se limita a cuatro autores, ni a cuatro formas únicas de crear. Porque hay otras formas distintas de escribir, de transmitir, de pensar, de sentir,..., porque cada uno/a puede inventarse su propia manera de crear y hacerse hueco en el cada vez más complicado entramado literario. Porque todos/as tenemos derecho a que nos lean aunque no se ganen premios o no se publiquen las obras. Porque desde la Escuela os propondremos lecturas de autores/as alternativos y herramientas prácticas para publicar y difundir vuestra obra desde otros mecanismos ajenos a los impuestos por la norma general. Porque crearemos conjuntamente voces literarias heterogéneas. Porque hay otras formas de aprender y crear al margen de los métodos convencionales. Porque nuestros talleres propuestos son vanguardistas y experimentan nuevas formas de expresión literaria, basándonos más en la práctica que en teorías complejas.

martes, 22 de diciembre de 2009

RETRATOS

Mi sobrina

Mis hermanas y mi sobrina


Carla

autoretrato