martes, 9 de abril de 2019

LA ECOGRAFÍA


Acababa de salir de la clínica donde le habían hecho una ecografía. En ella se podía distinguir un feto con unos pequeños apéndices que sobresalían de su espalda. El ginecólogo le había dicho que no se preocupase, que esas anomalías tan solo eran manchas desenfocadas del negativo provocadas por los movimientos del feto. Pero ella veía claramente que eran alas. Cuanto más se fijaba más convencida estaba. Su futuro bebé era un querubín en proceso de transformación. No estaba preocupada, más bien todo lo contrario. Intuía que su futuro hijo iba a ser alguien especial, un ser maravilloso que traería cosas buenas a este mundo. Se llevó las manos a la tripa y sintió un cosquilleo en sus entrañas, algo parecido al roce de una pluma. Era la confirmación de que en su interior se estaba gestando un ángel.


pepe pereza

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