viernes, 28 de febrero de 2014

SE RUEGA SILENCIO (Fragmento)

Había tomado la decisión de tirar todo lo escrito a la basura y empezar de nuevo la novela, pero al releerla veo que tiene cosas buenas. Al menos esa es la impresión que me he llevado. Claro que igualmente puedo cambiar de parecer en la siguiente lectura y volver a pensar que todo es una mierda. Reconozco que he perdido la perspectiva y no sé qué hacer. Si tuviera a alguien de confianza para que me diera su opinión. Me viene a la cabeza la imagen de don Carmelo. Fue profesor mío durante tres cursos seguidos, concretamente: sexto, séptimo y octavo de EGB. Nos daba varias asignaturas. Sin duda su preferida era la literatura. Ponía tanta pasión en su trabajo que muchos de nosotros empezamos a interesarnos por el tema y leíamos entusiasmados a todos los autores que nos proponía. Gran tipo, don Carmelo. Lo recuerdo alto y desgarbado, peinado hacia atrás, con gafas de pasta y con un fino cigarrillo en la boca. Siempre he guardado buen recuerdo de él. Después de dejar el colegio le perdí la pista. Hasta que un año más tarde coincidimos en un mercadillo. A los dos nos interesaban los libros  y nos encontramos en uno de los puestos que vendían tomos de segunda mano. A partir de aquel día todos los domingos, a primera hora de la mañana, nos reuníamos en aquel mercadillo con la esperanza de encontrar alguna edición agotada. Recuerdo que un día compró un viejo escritorio y tuve que ayudarle a llevarlo hasta su casa. Me pregunto si seguirá viviendo en el mismo sitio. Hace ya bastantes años de aquello, más de quince. Puede que ni siquiera esté vivo. De estarlo él sería la persona indicada para aconsejarme. Sus enormes conocimientos literarios le avalan. Tal vez podría acercarme hasta su edificio y comprobar si su nombre sigue en el buzón. No me lo pienso más. Paso las setenta páginas que tengo escritas a un disquete y salgo de casa para hacer fotocopias. No soy consciente del ruido de las obras hasta que dejo de escucharlos, es decir, al salir del portal. Llevan tanto tiempo conmigo que ya forman parte de mi vida. En la calle el ajetreo del personal me impresiona. Desde que caí enfermo no he salido y me cuesta asimilar tanto movimiento.
Hechas las fotocopias me dirijo a la calle donde espero que siga viviendo el viejo profesor. Localizo el edificio y echo un vistazo a los apellidos que vienen en el panel del portero automático. En el tercero izquierda veo su nombre: Carmelo Eguizábal Martínez. Me alegro de que siga vivo. Llamo al timbre. Al rato abren sin pedir explicaciones. Entro y tomo el ascensor. Recuerdo que en medio de sus clases solía soltar una advertencia que a mí siempre me cogía por sorpresa. Cuando menos lo esperábamos decía: Si un día os da por suicidaros con pastillas que sepáis que vuestro cuerpo se licuará y solo encontrarán de vosotros una mancha húmeda en el colchón. Era algo surrealista, algo que no venía a cuento. Infinidad de veces me he preguntado qué le impulsaba a decirnos aquello. Ahora, siempre que oigo la palabra pastillas, inevitablemente, viene a mi mente un colchón con una mancha de humedad en el centro. Llego al tercero y me planto delante de su puerta. Antes de llamar pienso qué voy a decirle y en la manera de presentarme. Dudo que se acuerde de mí por eso prefiero estar preparado para dejarle bien claro quién soy y el motivo de mi visita. Por fin me decido y aprieto el timbre. No abre. Oigo ruidos dentro de la casa así que llamo una vez más. Finalmente contesta desde el otro lado de la puerta. Su voz suena cascada y sin vida.

-        ¿Quién es?
-        Soy un antiguo alumno suyo.
-        ¿Un alumno?
-        Sí, usted fue mi profesor en el colegio Batalla de Clavijo.
-        ¿Qué quieres?
-        He venido a pedirle su opinión sobre una novela.
-        ¿Una novela?
-        Bueno, realmente no es una novela acabada, solo la mitad.
-        ¿Y cómo sé que no eres un yonqui que viene a rebanarme el pescuezo?
-        Se acuerda del mercadillo que ponían los domingos por la mañana junto a La Redonda. Usted y yo coincidimos muchas veces allí comprando libros. Un día le ayudé a traer un escritorio hasta aquí…

Abre la puerta y se queda mirándome. Casi no le reconozco de lo que ha envejecido. Ya no se peina hacia atrás, el escaso pelo que le queda está alborotado y es gris. Lleva barba de una semana. En la comisura de los labios tiene restos de saliva seca. Su cuerpo ha empequeñecido y perdido consistencia. Sus gafas son de culo de botella. Veo que le tiemblan ligeramente las manos y que sus dedos están amarillos de fumar. Viste un descolorido pijama y un raido albornoz lleno de quemaduras de cigarro, además de unas zapatillas de felpa con agujeros en las puntas de los pies.

-        Ahora me acuerdo de ti. Tú eras el que quería ser actor.
-        Sí, señor.
-        Y ¿qué decías de una novela?

Le explico mi problema. Le digo que he perdido el norte y no sé si debo seguir con la trama o empezar de cero. Le pido por favor que la lea y que me aconseje.

-        Si quieres mi opinión tendrás que leérmela tú mismo porque estoy medio ciego y no puedo leer.

Me invita a entrar y me guía hasta el salón. La casa está sucia y desordenada, igual que la mía. Las habitaciones huelen a viejo y todo está impregnado de nicotina y polvo.

-        ¿Tienes un cigarro?

Se lo doy junto con el mechero. Se enciende el pitillo y se guarda el mechero en el bolsillo del albornoz. No me atrevo a pedirle que me lo devuelva. El salón está repleto de libros. Mires donde mires hay montones de ellos. Debajo de varias docenas de tomos reconozco el escritorio que en su día ayudé a traer hasta aquí.

-        Tiene muchos libros.
-        Aunque no pueda leerlos me gusta disfrutar de su compañía. Es la única que tengo.

Se acomoda en un sillón y me señala una silla. Tengo que quitar de encima una pila de textos para poder hacer uso de ella. Él apura el cigarro con ganas. Se traga el humo y tarda en soltarlo por la nariz.

-        ¿A qué esperas para leerme esa novela tuya?

Tomo aire y empiezo por el primer capítulo.

-        Muchacho, si quieres que te siga tendrás que levantar la voz.

Empiezo de nuevo subiendo el tono de voz. Continúo leyendo hasta que termina el cigarro y me pide otro. Se lo doy. El mismo se lo enciende con el mechero que me ha birlado. Retomo la lectura donde la había dejado. Cuando llego al octavo capítulo oigo unos ronquidos. El profesor se ha quedado dormido con el cigarro encendido entre los dedos. Espero que no haya sido por aburrimiento. Me levanto, le cojo el pitillo y lo apago en un cenicero que está repleto de colillas. Es triste ver el deterioro que provoca el tiempo en las personas. Pobre anciano. Se le ve tan poca cosa, tan indefenso. Aprovecho que duerme para echar una ojeada a algunos libros. Descubro un ejemplar que llevo buscando desde hace años. Se trata de “El pan desnudo” de Mohamed Chukri. Estoy tentado de quedármelo. Seguro que entre tantos no lo echa de menos. Además, él ya no puede leer y, encima, me ha robado el mechero. Es justo que yo haga lo mismo con su libro. Pero no, este hombre me inculcó el gusto por la literatura y solo por eso le debo respeto. Aunque me he quedado con las ganas de saber qué opina de la novela, no merece que me aproveche de él. Le dejo el paquete de tabaco en el bolsillo del albornoz y salgo de la casa sin hacer ruido.  


® pepe pereza

miércoles, 26 de febrero de 2014

GROENLANDIA PRESENTA: RABIA de RAKEL RODRÍGUEZ LÓPEZ

Groenlandia presenta su nuevo libro:
Rabia
De Rakel Rodríguez López

Poeta‚ narradora‚ trotamundos. Ha publicado los poemarios “De los errores no se aprende”‚ “Enseñando los dientes”‚ “Puta y atea”‚ “El mundo está lleno de moscas”‚ “Alguien me dijo que la desesperanza es lo último que se pierde”‚ “Sin”‚ “El animal que me habita”‚ “Made in Hong Kong”‚ “Y si no hay viento‚ habrá que remar”; autora de los libros de relatos “Galería de Monstruos”‚ “Ja”‚ “Masticando silencio” y “Personajes que caminan por mis sueños”.

Con prólogo de José Pastor González

“Una poesía rabiosa […], radical, que ya en sus títulos es una declaración de principios e intenciones […] Una poesía dura y luminosa‚ […] emocional y visceral‚ vivencial y creativa‚ que muestra las uñas y los dientes (unas veces para morder‚ otras para sacar o regalar una sonrisa)”.

Cubierta de Bárbara López

Fotografías de interior: Felipe Zapico y Alfonso Vila

Disponible para lectura y descarga gratuita en las diferentes plataformas de la red:


SCRIBD

CALAMÉO

La directora de Groenlandia


***

Próximos títulos de poesía
La edad de los lagartos (segunda edición)‚ Ana Vega
Para qué sirve Jorge Barco
Material de Desecho (segunda edición)‚ Ana Patricia Moya
Desde todas las mujeres‚ Begoña Leonardo
Papel‚ lápiz y soledad‚ Tomás Soler Borja
Recopilatorio de lo absurdo‚ José Antonio Fernández Sánchez
Muerte en conserva‚ José Ángel Conde Blanco

Manual para nadie‚ Isabel Tejada Balsas

EL DESCRÉDITO & ESQUINAS - PRESENTACIÓN ESTA TARDE

CON ADRIANA BAÑARES Y FERNANDO ALAMAÑAC. EN LA LIBRERÍA SANTOS OCHOA DE LA CALLE SAGASTA. A LAS 19:30 - OS ESPERAMOS

lunes, 24 de febrero de 2014

viernes, 21 de febrero de 2014

SE RUEGA SILENCIO (fragmento)

-        No tendrías que haber traído nada. Tengo el frigorífico lleno.
-        De haberlo sabido me hubiera ahorrado el viaje.

Me doy cuenta de que cojea al andar.

-        ¿Cojeas?
-        Es una tontería.
-        ¿Qué ha pasado?
-        No es nada. Es que el otro día me caí mientras quitaba las cortinas.
-        Déjame ver.

Se sube la falda y me enseña un moretón que le ocupa gran parte del muslo.

-        ¡Joder, mamá! Menuda hostia tienes ahí. ¿Te ha visto el médico?
-        Sí, ese mismo día fui a urgencias con una vecina.
-        ¿Y por qué no me avisaste?
-        Lo hice, pero debías tener el móvil desconectado.

Desconectado y sin saldo. Lo tengo así desde hace semanas.

-        En urgencias ¿qué te dijeron?
-        Tranquilo, estoy bien. Solo fue el golpe.
-        ¿Te duele?
-        Ahora no.

Estoy tan metido en mi mundo que a veces olvido que ahí fuera vive mi madre. Debería estar más atento, preocuparme de ella. Aunque esté sana como un roble no puedo obviar que tiene una edad avanzada. Precisa de cuidados y yo tendría que dárselos. Solo me tiene a mí, si me escaqueo ¿a quién va a recurrir? En el piso de arriba un taladro se une al alboroto general de las obras.

-        ¡Dios mío, que escándalo! ¿Cuánto tiempo llevan con esas reformas?

No sé por qué pero me gustaría acercarme a ella y darle un beso. No lo hago porque tendría que encontrar unas palabras que lo justificasen. De pronto una pregunta se escapa de mi boca.

-        ¿Eres feliz?

Es un acto reflejo que he ejecutado sin pensar y que coge a mi madre por sorpresa.

-        No sé qué decirte. Supongo que como todo el mundo. Unos días más y otros menos.

En esos momentos un martillo percutor hace temblar el edificio.

-        ¡Santa Madre de Dios! Como sigan así se nos va a caer el techo encima.
-        Sí, aquí no se puede estar. ¿Y si damos un paseo?

A mi madre le parece bien. Al bajar coincidimos en las escaleras con Matilde, que está fregando el rellano de su planta. Nos saludamos cordialmente y seguimos el descenso hasta el portal. En la calle mi madre me aborda con una pregunta:

-        ¿Tienes algo con esa mujer?

Ahora es ella la que me coge por sorpresa.

-        ¿Por qué dices eso?
-        Tal cómo te ha mirado me ha llevado a pensar que había algo entre vosotros.
-        Mamá, tienes mucha imaginación. ¿Qué te parece si vamos a una cafetería?
-        Tenía pensado acercarme hasta el cementerio para visitar a tu padre ¿Me acompañas?

Por el camino paramos en una floristería para comprar un ramo de claveles. El resto del trayecto lo andamos a paso lento, agarrados del brazo y en silencio. A las afueras nos encontramos con una leve neblina. Según avanzamos se va espesando. Al atravesar el Puente de Piedra la niebla se solidifica. Un muro de humo se levanta a nuestro alrededor. Es tan denso que no logramos distinguir las aguas que fluyen bajo nuestros pies. Al alejarnos del río la bruma pierde consistencia, no obstante, permanece activa más allá del cementerio. En el camposanto las cruces de piedra se superponen unas con otras, difuminándose en la distancia hasta que desaparecen en una amplia gama de grises. Tomo asiento en la lápida que está enfrente a la de mi padre. Mientras mi madre sustituye un ramo de flores marchitas por el recién adquirido. Parece la escena de una de esas viejas películas en blanco y negro de la Hammer. Tengo la sensación de que nada de lo que nos rodea es real. Es lo que tiene la niebla: dota al entorno de artificio y teatralidad. Dentro de la niebla el tiempo se detiene. Deja de existir. Y uno se desvanece con él. Repentinamente el mundo deja de ser inmenso y se reduce al limitado espacio que abarca la vista. No hay horizontes ni largas distancias. El resto es humo y vapor de agua. Inhalo la neblina para que entre en los pulmones. Respirarla me da seguridad y por un instante dejo de sentir miedo. Los gorriones cantan ocultos en los cipreses. Mi madre, dándome la espalda, permanece impenitente ante la tumba de mi padre.

-        Es curioso, desde que me casé con él no ha pasado un día sin preguntarme por qué lo hice. Ahora que se ha ido sigo haciéndome la misma pregunta.

Me gustaría decir algo que pueda consolarla. Busco las palabras, pero en la cabeza solo encuentro niebla.


® pepe pereza

miércoles, 19 de febrero de 2014

AFTERSUN

Los editores de Aristas Martínez han decidido destripar la fantástica Black Pulp Box, dedicada íntegramente al Blackxplotation, y poner a la venta los seis libros que contiene por separado.

Antes de que acabe el mes podrás encontrar ARTERSUN, el fanzine en el que muchos tripulantes de Vinalia Trippers colaboramos, en tu librería habitual por 10 €, y la semana que viene en la web de Aristas Martínez.

No te lo pierdas.


AFTERSUN
VV.AA
172 páginas
Rústica // 140 x 195 mm
Color (Bitono)
Ilustración de cubierta: Riot Über Alles

Fanzinebook

Óscar Sáenz, Vanity Dust, Mik Baro, Javier Jubera, José Ángel Barrueco, Rodrigo Córdoba, Marco Antonio Raya, Pepe Pereza, Pablo Gallo, Toño Benavides, Julio César Álvarez, Andrés Casciani, Otografías, Juanjo Ramírez, Fernando Cetrángolo, Álvaro Barcala, Juan Carlos Vicente, Pobreartista, Colectivo juan de madre, Felipe Zapico, Julia D. Velázquez, Riot Über Alles, Safrika, Arturo Méndez Cons, Silvia D. Chica, Sergio del Río, Octavio Gómez Milián, Carlos Aquilué, Francisco Ramos, José Naveiras, Hvaldez, Violeta Hernando, Alfonso Xen Rabanal, Sien, Alfonso García Villalba, Patxi Irurzun, J. Kalvellido, Alejandro Duque, Vicente Muñoz Álvarez, Miguel Ángel Martín, Miguel Ángel Sutil, Pablo Soto, Fco. Javier Pérez, María Salgado y Roberto Desiré.



martes, 18 de febrero de 2014

EL LENGUAJE DE LOS PUÑOS - DAVID GONZÁLEZ

Extraído del blog de DAVID GONZÁLEZ
El lenguaje de los puños (Antología crítica de la poesía de David González), 1: La idea & un poema:
A puntito ya de salir de imprenta El lenguaje de los puñosAntología crítica de la poesía de David González, en edición de José Ángel Barrueco, y merced a la editorial Origami, llega el momento más difícil para mí. La promoción. La publicidad. Los argumentos para tratar de convencerte de que te hagas con un ejemplar. ¿Qué voy a decir yo, claro? Soy parte interesada, como el editor, que, todo hay que decirlo, ha hecho una apuesta fuerte editando esta antología crítica de mi poesía.
De todos modos, trataré de convencerte en este y en posteriores post con alguna que otra razón.
La primera: la cubierta. Sí, ya sé que nadie, o casi nadie (yo sí), compra un libro por su portada. Pero no me negarás que esta es muy atractiva visualmente. No podía ser de otra forma haciéndola quién la hizo: Julia D. Velázquez (agradecido), que se ha currado muchas de las portadas de laeditorial Origami, y que espero se curre alguna más de las mías.
La segunda: porque la antología parte de una idea original y, como todas las ideas originales, muy sencilla. Aunque, como leerás en este libro, tal vez tanta originalidad sea difícil de digerir. Una idea que surgió de las conversaciones electrónicas que mantenemos el escritor José Ángel Barrueco, uno de los tíos que mejor conoce mi poesía y que había escrito sobre ella en numerosas ocasiones, y yo. La  esencia de la idea la cuenta Barrueco en el prólogo que ha escrito para la ocasión, así que cito sus palabras: Nuestro cometido ha sido el de reunir las distintas voces que, durante estos años, se han pronunciado en prensa y en internet sobre la obra del poeta nacido en San Andrés de los Tacones. De tal modo que el libro no obedece al estudio escrito por un único autor, como viene siendo habitual en esta clase de ensayos críticos, sino que constituye una pluralidad de versiones y opiniones (unas a favor, otras en contra, pero ninguna caracterizada por la tibieza, pues la poesía y la figura de David González levantan odios y pasiones, jamás indiferencias). Un poco más adelante se lee: El lenguaje de los puños reúne aquellas críticas y reseñas dispersas y publicadas en su momento, durante la recepción de la obra, y no se ha encargado a nadie que incorpore otro estudio escrito ahora. Hasta que llegamos al meollo de la cuestión: Tras cada reseña, el lector encontrará uno o varios de los poemas mencionados en dicho artículo. Si, por ejemplo, Jesús Rodríguez Castellano cita el texto "El demonio te coma las orejas", los versos son incorporados al final de su análisis... Y así sucesivamente, libro a libro, reseña a reseña, poema a poema... De modo que son los propios críticos los que eligen los poemas que forman parte de esta antología.
La tercera: Las reseñas y poemas incluidos en este primer volumen, de cuatro, pertenecen a los siguientes poemarios: El demonio te coma las orejas (1997), Ley de vida (1998) y Sparrings (2000), tres libros que contienen algunos poemas de los que me siento especialmente orgulloso.
De momento estas tres razones, en el siguiente post alguna más, alguna de ellas dirigida a aquellos a los que les guste poco o nada mi poesía. Te dejo con uno de los poemas incluidos en esta antología crítica.

   LA MAIKA

      no tiene piños. 
      Le han caído todos.
      Por culpa del caballo primero
y    por la mierda de comida
      del talego después.

      Así la chupas mejor,
      le decimos todos.

      La Maika está desdentada,
y    eso quizá influya en su voz,
      una voz 
      que le viene
      que ni pintada
      para arrancarse por bulerías.

      El Richard se asoma a la perlacha
      cada noche,
      después del recuento,
y    se pone a gritar:

      ¡Maika! ¡Esa Maika!
      ¡Cántanos algo! ¡Venga!

      Ella se hace la loca,

      ¡Esa Maika bonita!
      ¡Venga! ¡Cántate una!

      pero siempre acaba 
      por hacerle caso.

      El picoleto de la garita
      deja de pasear
      de un lado para otro,
      se apoya contra el muro,
      pone encima su fusil,
      enciende un truja
y    escucha en silencio
      esa voz sin dientes
      que nos muerde a todos

      el corazón.


      David González.


     El lenguaje de los puños, Antología crítica de la poesía de David González. Editorial Origami,  febrero de 2014. Edición y prólogo de José Ángel Barrueco. Diseño de cubierta: Julia D. Velázquez.

viernes, 14 de febrero de 2014

OCHO RELATOS DE BOXEO de Alexander Drake


Un libro que nos ofrece diferentes historias; algunas extremadamente violentas; otras irónicas en su planteamiento pero sin duda trágicas en su desenlace; las hay que tras su lectura nos dejan una sensación de injusticia e impotencia, de miseria, de rencor y de sueños frustrados; pero existe un nexo de unión entre todas ellas. Todas son historias de boxeo. Historias teñidas de dolor y sangre. Historias enmarcadas en diferentes épocas y cuyos protagonistas tienen que sobrevivir en un mundo cruel y despiadado en donde las cosas rara vez son lo que parecen.

Puedes hacerte con uno aquí

http://edicioneslupercalia.com/

o en cualquier librería del país.

martes, 11 de febrero de 2014

PRESENTACIÓN

Me acompañaran ADRIANA BAÑARES y FERNANDO ALAMAÑAC

lunes, 10 de febrero de 2014

jueves, 6 de febrero de 2014

GALERÍA DEL CAOS - 26 - PEPE PEREZA

pepe pereza por Ángel González González
MAMÁ, DAME DINERO
J llevaba una de veinticinco; yo, tres duros. Entre los dos sumábamos un total de cuarenta pesetas. Era evidente que con eso no íbamos a poder pillar costo. Solo había una opción: pedirle dinero a mi madre. Claro que primero debíamos encontrar una excusa para justificar el préstamo. De camino pensamos en algunas. Era difícil dar con una que no hubiésemos utilizado ya. Además estaba el hecho de que ese mes mi madre ya me había prestado dinero en un par de ocasiones.
Mi madre estaba sola en casa, mi padre estaba trabajando y mis hermanas estudiando. Era el momento adecuado. Nada más recibirnos se olió el motivo de nuestra visita. De primera me advirtió que dinero no me iba a dar.

-        Pero mamá, lo necesito para…
-        No me interesa saber para qué lo necesitas. Búscate un trabajo y así podrás hacer frente a todos tus gastos.

¿Buscarme un trabajo? ¡Ni de coña! Desde que terminé la EGB no había hecho otra cosa que trabajar. Primero pasé cuatro años en un almacén de droguería aguantando a un jefe que era un hijo de puta. Un verdadero sádico con un único pensamiento en su cabeza: joderme la vida. Luego trabajé dos años más en Simago, hasta que fui reclamado por el ejército. Otro año de mi vida entregado por la cara a esos necios. En cuanto me licenciaron me dije que a partir de entonces sólo haría lo que yo quisiera, es decir, divertirme y vaguear. Llevaba más de un año sin dar un palo al agua, viviendo en una casa de alquiler compartida con dos amigos. Me las arreglaba con lo que ganaba actuando en un grupo de teatro alternativo, que todo hay que decirlo, no era mucho, y sobre todo, con lo que conseguía sacarle a mi madre.

-        Escúchame…
-        No quiero escucharte. Digas lo que digas no te voy a dar ni una peseta.
-        Pero mamá…
-        Ni peros ni nada. La semana pasada ya te di para no sé qué, la otra te di para no sé cuántos. Me paso la vida dándote.
-        Te prometo que este mes no te pido más.
-        Eso me dijiste la última vez.
-        Lo digo en serio. Me tienen que pagar unas actuaciones y no necesitaré más préstamos. Lo que pasa es que cobraré dentro de diez o doce días.
-        Si te buscases un trabajo como es debido.
-        Ya tengo un trabajo. Actúo en un grupo.
-        ¿A eso le llamas trabajo? Debería caérsete la cara de vergüenza.

Vergüenza la que me estaba haciendo pasar delante de mi colega. J se había quedado en el umbral de la puerta del salón y en todo momento trataba de mantenerse alejado de la conversación. Pensé en rendirme pero la expectativa de pasarme la tarde sin fumarme un porro me dio arrojo para insistir.

-        Por favor, mamá, necesito dinero. Con mil duros me vale.
-        ¿Cinco mil pesetas? Tú te crees que a nosotros nos regalan el dinero. Tu padre se pasa el día en la carnicería y yo no paro de hacer pantalones para la tienda de la esquina. Me estoy quedando ciega de tanto coser por las noches. Ya no puedo ni enhebrar la aguja…
-        Que te lo devuelvo en cuanto me paguen las actuaciones.
-        Te he dicho que no y es que no.
-        Lo necesito.
-        Si tanto lo necesitas encuentra un trabajo.
-        ¡Joder con el puto trabajo!
-        Claro, para qué vas a trabajar si es más fácil venir a pedirle dinero a tu madre.
-        No es eso. Tú te crees que me gusta venir a pedirte dinero cada dos por tres.
-        No sé si te gusta o no, el caso es que no paras de hacerlo.
-        Joder, cuando te pones en ese plan no hay forma de hablar contigo.
-        ¿En qué plan quieres que me ponga? Ya no eres un niño, es hora de que vayas sentando la cabeza y seas autosuficiente.
-        Por favor te lo pido. Déjame mil duros y…
-        No.
-        Por favor.
-        No.

Cogí el vaso que estaba sobre la mesa y lo estampé contra la pared. El agua que contenía salpicó las paredes y el sofá. Y un raudal de fragmentos de vidrio se esparció por toda la habitación. Mi madre palideció. Vi el miedo en sus ojos. Miedo de mí. De su hijo. Me sentí ruin y despreciable. Salimos de allí con los bolsillos vacíos. En la calle nos esperaba sol y aburrimiento.

Cogido del Blog de David González: http://ellenguajedelospunos.blogspot.com.es/

GRACIAS A DAVID Y A ÁNGEL.

martes, 4 de febrero de 2014

CRÍTICA DE SANTOS PERANDONES A "ESQUINAS"


PRESENTACIÓN EN VALLADOLID


RUMBO AL INFINITO (Habitación voladora) VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ

no recuerdo exactamente cuándo ni cómo ni por qué comenzó aquella fantasía o ensoñación infantil, calculo que sobre los diez o doce años, pero lo cierto es que con el paso del tiempo se ha convertido en un clásico de mi repertorio íntimo de visiones, recurrente y sintomático de mi personalidad... lo que yo llamaba la habitación voladora, que consistía en la quimera de imaginar mi habitación por los aires, como una especie de nave o platillo volador surcando el cielo, despegando a mi antojo del edificio donde vivíamos, Carmen 12, y sobrevolando en silencio la ciudad (los motores no hacían ruido, propulsados por la energía de mi cabeza), Ordoño II, la Pícara, Lancia, la Plaza de Toros, el río Bernesga, y luego, ascendiendo poco a poco, el resto del país y del planeta hasta alcanzar el espacio exterior... solos mi perro (que aún no tenía, pero deseaba más que ninguna otra cosa) y yo en aquella habitación voladora, llena de provisiones y libros y discos y todo lo necesario para mi confort, asomados a la ventana para observar el mundo a nuestros pies, ciudades y valles y mares y montañas y pueblos, sin rumbo ni destino fijo, sólo ensoñando y leyendo en las alturas manejando telepáticamente la nave de aquí para allá, atravesando la estratosfera y observando ensimismados desde el espacio exterior la Tierra o descendiendo a ras del suelo para contemplar más de cerca la vida que, voluntariamente, habíamos dejado atrás... nunca fui un niño insociable o huraño, a lo sumo melancólico, pero por algún motivo que desconozco (los psicólogos tendrán mucho que añadir) esa era mi fantasía favorita de aquella época, horas y horas observando la inmensidad del planeta sin ningún fin u objetivo, sólo por el placer de volar en aquella nave propulsada por la energía de mi cabeza...

pluma en mano
de un modo u otro

en ella sigo


Vicente Muñoz Álvarez

http://mividaenlapenumbra-vinaliatrippers.blogspot.com.es/