martes, 10 de mayo de 2011

MUCHA POLICÍA de JUAN BAUTISTA MORENO

LA BANDERA Y UN POLLO

La peluquera
se ha pasado mucho esta vez.

Es lo que pienso cuando
me veo la pelota como una bola de billar
por el retrovisor interno.

Sin recrearme en mi aspecto,
conduzco sin cuidado,
folladísimo,
a la casa okupa.

Entre varios okupas
han zumbado a un mierda
que vendía grifa
a los críos de los alrededores.

A nuestra llegada tienen trincado
a uno.
Esposado
y la cara cuarteada de tanta hostia.

No es el camello.
Ése ha visto la tostada
y no vuelve en días.

Es el Cabezas.

Comunista, quimérico,
de esos que el tiempo se termina tragando.

Él solito ha querido
limpiar de polvo blanco
el barrio.

La heroicidad le sale cara.
Al zulo, tres días, por agresión,
hasta que hable el juez.
Hay testigos, pero no víctima.
¡Qué más da!

Sin venir a cuento,
el Casius, mi pareja entonces,
le suelta en tono paternal
que el camino
y las ideas escogidas
no son las adecuadas.
Por eso se ve así.

Cabezas me mira
la bombilla pelada,
y le suelta que la bandera
con el pollo que lleva él (Casius)
en la culata de la pistola
no es mucho mejor.

De la guantá, el Casius, le reventó el tímpano.

Temí no sólo por el mío (mi tímpano),
sino por carecer de bandera y pollo
en la culata del arma.

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