Me hallo en la penumbra del telar. Abajo, en el escenario, una actriz desnuda baila iluminada por un foco cenital. Desde la estrada donde está situado el telar, contemplo la danza aguardando a que, por el intercom, la regidora me dé la orden para accionar un mecanismo que hará que miles de burbujas de jabón floten alrededor de la actriz. Ella sigue bailando, etérea. No puedo evitar ensimismarme con el vaivén de sus tetas. De seguido pienso en lo absurdo (y maravilloso) de mi profesión.
No hay valientes en el paraíso / MJ Romero
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Mujer con girasol cuando oscurece para la tormenta
mujer sin botas por la alambrada cuando piensa en la cena
de la última noche del año
mujer con perri...
Hace 1 hora
3 comentarios:
Es fabuloso, Pepe, muy buena idea.
abrazo.
Me ha gustado Pepe, conciso y directo.
Un cordial saludo.
gracias a los dos. iré colgando algunos más a lo largo del mes.
un abrazo.
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