INOCENCIA INTERRUMPIDA
Tras observar,
dando vueltas a mi alrededor,
la cantidad de cacharros
que llevo colgados a la cintura,
aquellos dos críos
de bombilla afeitada,
mocosos de ocho años
y bandoleros callejeros de siesta,
me confirmaron
antes de comprar sus chuches:
Esa pistola mata, ¿no?
El tendero de los frutos secos,
mientras,
me acerca el refresco
de la nevera.
Hace calor.
¡Qué va!
Si ésta sólo echa agua.
Tratando de ponerle
inocencia a la cosa.
El más canijo
de los dos no vaciló:
¡Mentira!,
¿A ver, echa agua?
Tras observar,
dando vueltas a mi alrededor,
la cantidad de cacharros
que llevo colgados a la cintura,
aquellos dos críos
de bombilla afeitada,
mocosos de ocho años
y bandoleros callejeros de siesta,
me confirmaron
antes de comprar sus chuches:
Esa pistola mata, ¿no?
El tendero de los frutos secos,
mientras,
me acerca el refresco
de la nevera.
Hace calor.
¡Qué va!
Si ésta sólo echa agua.
Tratando de ponerle
inocencia a la cosa.
El más canijo
de los dos no vaciló:
¡Mentira!,
¿A ver, echa agua?
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