LUIS MIGUEL RABANAL EN DIARIO DE LEÓN
Por Manuel Cuenya
.
Alguien llegó a decir que Luis Miguel
Rabanal es la “conciencia de La Omaña” -esa tierra evocada con morriña por el
poeta-, que decidiera rendirle homenaje, dedicándole una calle en su pueblo
natal Riello (o sea Olleir, vuelto del revés), “que viene a ser algo así como
derramar una nostálgica lágrima por la revolución que no pudo ser –según el
escritor Luis Artigue-, o encenderle una simbólica vela a la inteligencia y
otra al ingenio”.
Con buenas dosis de humor y sensibilidad
encara la vida (y la poesía) Rabanal, un poeta nacido en la bella y acaso
desconocida Omaña leonesa, aunque por circunstancias vive, desde hace años, en
“el Principado de Mónaco, perdón, en el de Asturias”, aclara él con
socarronería. “No conozco mejor pueblo que Riello para haber nacido, así como
ninguna otra ciudad mejor para añorar Olleir que Avilés”. Y es que Luis Miguel
Rabanal es un cachondo que escribe con voz profunda sobre su paisaje, que ya es
territorio literario, y sobre el imposible regreso a su tierra natal, que se ha
ido perfilando, con el paso del tiempo, en uno de los temas más habituales o
recurrentes en su obra. En cambio, “cuando vivía y escribía en León, y
posteriormente en Riello, mis temas literarios eran de lo más variopintos,
poesía amorosa, seudovanguardia y lindezas similares”, apostilla él con
ingenio, que no acaba de tomarse en serio que la poesía es su forma de estar en
el mundo, su modo de vida. “Hoy por hoy ya no lo tengo muy claro. O sí, depende
si el día lleva o no lleva “r” –explica con ironía- Mi único modo de vida es
estar pegado a una silla de ruedas. Poesía pura, sí señor”.
Como es lógico -suponiendo que la lógica
exista en la vida-, Rabanal prefiere no hablar de su accidente, que lo dejó
tetrapléjico, “no por nada en especial –se mofa-, sino por lo chabacano que fue
el pobrecito”, lo que sin duda ha marcado un antes y un después en su vida.
“Antes, entre otras muchas cosas, podía escribir. Después, no. Ni escribir, ni
nada. Eso sí, me las apaño con un programa informático de voz que hace conmigo
lo que le da la gana”.
En cualquier caso, su decir poético
resulta casi siempre revelador a la vez que emocionante -léase por ejemplo Un
poema de amor, colgado en su web:http://www.luismiguelrabanal.tk – para los lectores (y lectoras) que se acerquen
a su obra. “Trato por todos los medios de que mi poesía no se sirva fría.
Quisiera creer que no le deja indiferente el trago. Mejor el asco que la
indiferencia, que decía Horacio E. Cluck”, concluye Rabanal, quien confiesa
haber disfrutado mucho leyendo literatura erótica, sobre todo a los anónimos
ingleses y franceses de los siglos XIX y XX, “la colección de La sonrisa
vertical ayudó a ello”, y también con el descubrimiento del colosal Henry
Miller en los 70. “Después muy poca cosa”, añade el autor del erótico Libro de
citas.
Cuando uno se acerca a su
auto-biografía, descubre con sorpresa que Rabanal se autodefine como poeta
rojo, esto es bárbaro, tal vez porque “cursó estudios de Liturgia y Onanismo en
diversos centros especializados a los que, por desgracia, no pudo prender fuego
en su momento”. Así es y se nos muestra, a veces indignado, y casi siempre
cercano, juguetón y humorístico, capaz de hacer lírica, como los grandes, del
dolor. “En un principio pensé autoproclamarme poeta cuatrimestral o ecuménico
de noche, incluso quise ser poeta deambulante, pero preferí el de rojo por el
acentuado colorido de la bandera de mi salón…”
Salta a la vista que a Rabanal le
entusiasma jugar con las palabras, que en su poesía se tornan pensamiento de
alto voltaje. Estamos, pues, ante un “poeta a tiempo completo y con contrato de
por eternidad”, avalado por algunos prestigiosos premios y más de una docena de
libros, entre los que cabe destacar Cáncer de invierno, Casicuentos para acariciar
a un niño que bosteza y Elogio del proxeneta. Al menos, estas son sus obras
preferidas.
“En Cáncer de invierno inicié una
exploración, digamos, premonitoria que después se fue reiterando en otros
textos de aquel tiempo y otros más actuales. En Casicuentos para acariciar a un
niño que bosteza intentaba contarle a Luis Miguel Jr. -se refiere a su hijo-
cosas que no le importaron lo más mínimo, como no podía ser de otra manera. Y
en cuanto a Elogio del proxeneta, la vida en rosa”, señala el poeta omañés, que
sigue deleitándonos con sus poemas y divertimentos “metódicos”, esto es, su
narrativa.
“Podría decir que entre oxígeno y
oxígeno me encuentro en un tris de dar por concluidas las últimas estrofas de
lo que será en breve el psicodrama musical presentado en cama elástica Don
Mariano me irrita lo indecible”.
- ¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda
vez?
-He tenido que dejar de leer muchos
libros desde 1997 y ya apenas si sufro por ello. Pero sí recuerdo especialmente
la Poesía completa de Luis Cernuda, en Barral, que fue quedando arrinconada y…
- Un personaje imprescindible en la literatura (o en
la vida)
-Se llama María Jesús, me parece.
- Un autor o autora insoportable (o un libro
insoportable)
-Quiero pensar que no hay autores ni
libros totalmente insoportables. Siempre se podrá salvar algún verso, alguna
paginita loca, por poco que se escarbe.
- Un rasgo que defina tu personalidad
-¿Perfeccionista?
- ¿Qué cualidad prefieres en una persona?
-Que no hable a voces cuando esté a mi
lado.
- ¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la
sociedad?
-Ciertas políticas, comezón continuada,
tedio. Demasiado acomodaticia, desgraciadamente, la segunda.
- ¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?
-De mi vida no me divierte nada en
absoluto. Será que mañana es mucho menos atractivo que ayer, que apuntaba
Josepín Brodsky.
- ¿Por qué escribes?
-Puede que escriba para darme pellizcos
(en el corazón) y, a pesar de que mi sensibilidad deja mucho que desear,
comprobar que aún sigo estando vivo.
- ¿Crees que las redes sociales, facebook o twitter,
sirven para ejercitar tu estilo literario?
-Ni por asomo. Servirán para otras
muchas cosas, no digo que no, pero para ejercitar con ellas estilos, facebook,
que es lo que conozco, lo dudo.
- ¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de
escribir?
-Clásicos como Tirso de Molina y Manolo
Caracol, naturalmente.
- ¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque
te parezca una herramienta literaria?
-Intento seguir unos cuantos blogs de
amigos y publico textos ajenos y propios en mi blogín, Más palabras para
olvidar (http://luismiguelrabanal.wordpress.com/ ). No sé si es una herramienta literaria o una
pérdida de tiempo más que lamentable, pero ahí sigue.
- Una frase que resuma tu modo de entender el mundo
-Son dos y muy cortitas: Cagüendiosla y
Viva la República. Cualquiera de las dos me sirve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario