domingo, 20 de julio de 2014

ENTREVISTA CAPOTIANA A PEPE PEREZA POR TONI MONTESINOS – BLOG: ALMA EN LAS PALABRAS

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Pepe Pereza.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Ya vivo en un lugar del que no puedo salir, se llama: Planeta Tierra.
¿Prefiere los animales a la gente?
Me prefiero a mí mismo.
¿Es usted cruel?
Solo cuando debo serlo.
¿Tiene muchos amigos?
Los menos posibles.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que me dejen en paz.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Sí, igual que yo a ellos.
¿Es usted una persona sincera? 
Según el momento y quien tenga delante.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Escribiendo.
¿Qué le da más miedo?
La muerte de mis seres queridos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La política actual.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Seguramente ser operario en alguna fábrica.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
La masturbación.
¿Sabe cocinar?
Por supuesto.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A mi madre.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Dinero.
¿Y la más peligrosa?
Religión.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Por supuesto.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
La izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Millonario.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La soledad y el hachís.
¿Y sus virtudes?
Pocas.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Un flotador, una lancha, un equipo salvavidas…

VOCES DEL EXTREMO


POESÍA A LA FRESCA


miércoles, 16 de julio de 2014

ENTREVISTA A IVÁN ROJO POR CARLOS SALCEDO ODKLAS

Iván Rojo es un joven escritor afincado en Valencia que acaba de publicar su primer libro, Pantano (Editorial Sven Jorgensen), un compendio de relatos enmarcados dentro del llamado Realismo Sucio. 

Carlos Salcedo Odklas se mete en el fango y charla con él sobre su libro en particular y sobre literatura y escritura en general.



Hola Iván, encantado de charlar contigo. Lo primero agradecerte que me hayas concedido este rato.

“El agradecido soy yo. Es un placer, Carlos.”

 Has sacado hace unos meses tu primer libro, Pantano, coméntanos lo que se va a encontrar el lector dentro de sus páginas. 
“En Pantano el lector encontrará una treintena de relatos cortos, desde unos de tan solo media página hasta otros de unas diez, en los que se refleja, en mi opinión, la estrecha línea que separa la grandeza de la miseria en la vida de la gente corriente. Vamos, treinta ejemplos de realismo sucio.”

¿Es el realismo sucio el ámbito en el que te sientes más a gusto? ¿Qué significa esa etiqueta para ti? 
“Para empezar, como bien dices, es una etiqueta como tantas otras. Pero, al menos en el sentido en que yo lo entiendo, sí que considero que mis textos reúnen los rasgos de estilo característicos de este género. El estilo directo, abrupto, frases cortas, adjetivación escasa, sin alardes, sin parafernalia. Y también la temática y estructura de las narraciones propias del realismo sucio. Se trata de historias de gente de la calle, en las que se percibe la ausencia de héroe, e incluso la ausencia de la tradicional moraleja. Se refleja, asépticamente, un fragmento de vida, y el lector queda legitimado para interpretarlo a su antojo.”

 Me he fijado en que tienes predilección por escribir tus historias en primera persona. ¿Te resulta más sencillo así? ¿Cuánto hay de autobiográfico en tus historias?
“La primera persona me parece un recurso muy potente, la verdad. Siempre he pensado que el hecho de que la voz que soporta la narración sea la del protagonista, o uno de ellos, imprime mucha fuerza al relato, sea para fomentar la empatía del lector o incluso el rechazo. Sí, uso mucho la primera persona al escribir, pero no todo lo que cuento, ni mucho menos, se basa en vivencias personales. En resumen, que la voz que cuenta mis historias no es un alter ego. No del todo, al menos.”

Es cierto lo que dices de la primera persona como recurso, pero eso también limita la historia a un único punto de vista, ¿no crees?
“Bueno, supongo que sí. Hace que la historia tienda a la percepción personal del protagonista principal. Sin embargo pienso que esa interpretación subjetiva de los acontecimientos narrados pone de manifiesto otra de las características principales de este tipo de relatos realistas sucios: la visión de las cosas, incluso de aquellas de las que uno puede estar en principio más seguro, suele pender de un hilo. Por eso creo que la primera persona no le da un carácter aleccionador ni arbitrario ni excesivamente intransigente a la historia; por el contrario, habitualmente es el entorno el que acaba imponiendo sus normas, vamos, el mundo de ahí afuera, y los personajes de mis historias, con todas sus peculiaridades, no hacen más que intentar adaptarse si pueden, o sobrevivir en muchos casos, a lo que les viene dado desde fuera.”

Te lo comento porque, en mi caso, me resulta complicado escribir en primera persona si no es autobiográfico, supongo que requiere más implicación con el personaje. Sería como la diferencia entre un actor y un director. Teniendo en cuenta esa implicación que se te exige y que escribes sobre personajes al límite, ¿eres consciente de que puedes acabar tocado de la cabeza?
“¿Más? No, en serio, no lo creo. De hecho nunca soy más cuerdo que cuando escribo. Entonces me siento dueño de mi mismo. El resto del tiempo, rara vez.”

Supongo que tu inspiración vendrá principalmente de observar el mundo que te rodea ¿no? 
“Absolutamente. La observación siempre es el detonante de mis historias. Me parece que este mundo, y estos tiempos ("Malos Tiempos", como tú bien sabes, Carlos) guardan multitud de historias de esas que la gente prefiere obviar mirando hacia otra parte y que a mí, y diría que a ti también, nos parecen las más interesantes, apasionadas, duras, bonitas. Dignas de ser contadas, en definitiva.”

Completamente de acuerdo. 
Merodeando por tu blog he visto que tienes mucho material y suele estar actualizado, pareces un escritor metódico y comprometido, ¿es así? 
“Uff... Comprometido con lo que me gusta, que es sencillamente escribir. En ese sentido sí. Escribo a diario. Me es necesario y, a la vez, placentero. Así que perfecto. Pero metódico, por desgracia no. Escribo cuando puedo y donde puedo. Si el día me lo permite lo hago desde casa, sentado al ordenador. Pero de un tiempo a esta parte, por razones de supervivencia, el curro me obliga a escribir a ratos sueltos, anotar en libretas, guardar borradores en gmail desde el móvil. Ese tipo de mierda, ya sabes. Así que no, el método, el gran método, me viene impuesto. Yo intento burlarlo para arañar ratillos y escribir. Por suerte, hasta la fecha, siempre lo consigo.”

Pero tienes ese compromiso ya que, como bien dices, escribes a diario, incluso con todo en contra, y te aseguro que no es fácil ni todos (yo el primero) pueden decir lo mismo. ¿Crees que es imprescindible esa constancia? 
“Nunca he tenido clara la respuesta a esa pregunta. La constancia es necesaria. Hay que trabajar, hay que escribir y escribir sencillamente para escribir cada vez mejor. Pero también es necesario leer, y observar, y tomarse cierto tiempo y distancia para madurar las ideas, para encontrar la manera de plasmarlas. Esto de escribir puede ser muy obsesivo. Quiero decir, vas por ahí, observas algo, te viene una idea, y todo tu cuerpo te pide ponerla por escrito, ¿no? Bueno, pues a veces conviene dejar pasar algunos trenes, para acertar con una bueno y potente.”

Entre tanto material, ¿qué criterio has seguido para dar forma a Pantano? ¿Hay algún hilo conductor? ¿Es simplemente lo que considerabas mejor? 
“Intenté basarme en esa imagen que Marcos Ferror, gran amigo y escritor, apunta en el prólogo a mi libro: la ciudad como un pantano. El peligro de estancamiento, de ahogamiento, de muerte. Y, sin embargo, al mismo tiempo toda esa vida ahí, bajo la superficie.”

¿Y tardaste mucho en dar forma al libro? 
“No demasiado, la verdad. Escribo mucho, como decías, y tengo una gran cantidad de material acumulado, sea prosa o poesía. Solo tuve que escoger relatos que, en mi opinión, mantuvieran una línea argumental coherente, si bien con ciertas excepciones (dos o tres relatos más ligeros, alguno directamente humorístico, para relajar un poco la tensión de los otros)”

¿Estás satisfecho con el resultado? 
“Sí. Es mi primer libro. El primero a nivel profesional y exclusivamente mío. Espero que vengan más y mejores, y confío en que así será. Pero Pantano es un libro muy importante para mí, y estoy orgulloso de él.” 

Te entiendo, me encuentro en la misma situación como sabes. También me pasó otra cosa, una enorme sensación de vacío y la frase en la cabeza "bueno, ¿y ahora qué?". ¿Te ha pasado lo mismo? 
 “Jajaja. Sí, tío, un poco. Digamos que para alguien que sueña con ver sus textos impresos y a la venta, lograr que una editorial decida a postar por uno es la materialización del sueño. Te sientes realizado, como dicen los managers de personal, coachs y demás gentes, pero solo dura un momento. Al cabo de muy poco empiezas a sentir, no sé cómo decirlo, cierta perplejidad ante tu logro. Y no te queda otra que seguir escribiendo, seguir soñando con un poquito más de lo que has conseguido hasta ahora. Solo estamos empezando, tío.”

¿Y qué proyectos tienes en mente? ¿Te angustia repetirte? 
“Angustia ninguna, aunque no tuviera proyectos. Pero mágicamente los tengo. Si todo va bien dentro de poco participaré en el próximo número de Vinalia Trippers, y también en una antología de relatos en homenaje a John Fante seleccionada por Francesco Spinoglio. Además estoy en tratos con un par de editoriales, con vistas a nuevos libros, que, espero, sean híbridos de relatos y poesía.”

Te he preguntado si te angustiaba repetirte, lo digo por la formula de sacar libros de relatos, ¿no te llama de momento la novela? 
“Sí, claro, tengo un borrador a medio hacer, como todo hijo de vecino, jajaja. Me gustaría tener el tiempo y la paz mental necesarios para acabarla. Pero de momento me conformo con retocar de tanto en tanto lo que llevo escrito, añadir, quitar, más que nada para no olvidarme de ella. Pero, bueno, de todas maneras el relato corto es el formato en el que me encuentro más cómodo, y también el que más me gusta. Así que me estaré más que contento si puedo ir sacando más libros de relatos.”

¿Cómo es tu relación con la poesía? ¿Y cómo la abordas en comparación con la prosa? 
“Mi relación con la poesía es cada vez más estrecha. De hecho de un tiempo a esta parte constituye el grueso de mi producción. Lo cual, creo, es algo bastante habitual entre quienes escribimos relato corto. Acostumbrados a podar las historias, me parece normal acabar explorando la poesía. La capacidad sintetizadora de un poema es insuperable. Y además, al menos en mi caso, los escribo de una manera más intuitiva que los relatos. Así que en temporadas como esta, en las que dispongo de escaso tiempo para escribir, la poesía me sirve de válvula de escape inmediata. Tengo un poemario terminado, Grandes Lagos, que sacaré a la luz de un modo u otro.”

Creo que presentaste Pantano hace unos días. ¿Qué tal fue? ¿Y qué tal está siendo la acogida en general?
“La presentación estuvo muy bien. Fue en Librería Bartleby, aquí en Valencia. Muchos familiares y amigos y vinitos. Una vez pasados los nervios, fue hasta divertido. Así que de puta madre. Y el libro está funcionando bien. Ricard Millàs, el cerebro de mi editorial, Sven Jorgensen, se lo ha currado moviendo a sus autores. Estoy muy contento con él.”

Parece un tipo majo Ricard, espero que le vaya bien.  
“Lo es. Seguro que sí. Como editor y como escritor.”

Está claro que la escritura no da para vivir, ni siquiera para beber. ¿Qué haces tú para sobrevivir? 
“Para beber barato sí, vente a visitarme y lo comprobarás. Pero no, de escribir es difícil vivir. Ahora mismo trabajo como auxiliar de sala en un museo. Antes hice cosas incluso más raras. Espero que en el futuro las circunstancias sean más favorables, en el sentido de al menor poder disponer de más tiempo para hacer esto que nos gusta.”

Tengo pendiente la visita, pero me pillas bastante lejos. 
¿Qué opinas de las nuevas tecnologías aplicadas a la escritura? Los blogs, redes sociales... También me gustaría saber tu opinión sobre los libros electrónicos y la piratería.
“Creo que las redes sociales son un instrumento indispensable hoy en día para todo el que pretenda que su escritura tenga cierta repercusión, aunque sea a pequeña escala. En mi caso concreto fue muy importante acceder a determinados foros literarios, grupos cerrados en Facebook, especialmente el de Escritores Sucios, para conocer y que me conociera gente con mis mismas inquietudes. Hacer contactos. Sentirse un poco menos solo en la patera. Respecto a los libros electrónicos pienso que, en líneas generales, son el futuro de este mundillo, y creo que más pronto que tarde gozarán una regulación sólida. La piratería me parece, hoy por hoy, una realidad ineludible en un sector poco cuidadoso con su propio valor. No me considero, obviamente, alguien que pueda verse perjudicado por esta práctica. Pero considero que el autor debe ver protegidos sus derechos, el valor de su trabajo, siempre y cuando este valor se corresponda con un precio de mercado razonable.”

¿Qué me puedes decir sobre tus gustos e influencias? ¿Algún libro de cabecera? 
“Mis gustos los tengo claro, dependen de mí. Las influencias son las mismas. Los escritores de eso que antes hemos denominado Realismo Sucio. Bukowski a la cabeza, por su lucidez y su capacidad de pegada. Pero también el gran John Fante, o Raymond Carver, o Richard Ford. Y más contemporáneos, Donald ray Pollock o Palahniuk. Y, bueno, otros que he descubierto un poco más tarde, también norteamericanos, claro, como Charles Baxter o el canadiense Alistair Mcload. Y por supuesto, al mismo nivel, Michel Houellebecq. Si tuviera que decir por qué menciono a todos ellos, diría que por su incorrección política y su implicación con la sociedad, con su propia verdad y con el arte. Así que ese es el nexo de unión. ¿Libros de cabecera? Muchos. Hoy te digo Ampliación del Campo de batalla, de Houellebecq. Guerra sin cesar, poemario de Bukowski. Y Catedral, ese grandioso libro de relatos de Carver. Mañana supongo que serían otros. Por ejemplo, alguna antología de cuentos de Buzzati.”

En cualquier caso es una selección con mucho gusto. ¿Te viene a la mente alguna perla que hayas encontrado últimamente o algún autor más desconocido? 
“Últimamente me impresionó El Adversario, de Emmanuel Carrere. Y vidas de Hojalata, de Paul Harding”  

Bueno Iván, ha sido un placer charlar contigo. Te deseo lo mejor con Pantano y con los que vendrán después, creo que tienes bastante mano para esto y que lo mereces. ¿Quieres añadir algo más?
“Claro que quiero. Añado que el placer ha sido mío y que yo también espero que te vaya de lo mejor. Y que yo lo vea. Muchas gracias, Carlos.”

Gracias a ti



Puedes comprar tu copia de Pantano aquí: http://www.svenbooks.com/


Puedes leer un estupendo relato de Iván Rojo aquí:




Información sacada de aquí:

TRES INHALACIONES - LUIS MIGUEL RABANAL

sábado, 5 de julio de 2014

RESEÑA DE MALOS TIEMPOS EN MONDO SONORO

"Desde que Ediciones Lupercalia la anunciara en su página web, la opera prima de Odklas se hacía de rogar y durante el mes de junio, por fin, todos aquellos que estábamos ansiosos pudimos tenerlo en nuestras manos. No cabe duda, para todos los que amamos la obra literaria de Bukowski , que estamos de enhorabuena, está más vivo que nunca, y su legado ya no trasciende aquellos escritores snobs, que dan una falsa imagen de vivir en un mundo que roza lo marginal y se sumerge en el underground, e incluso aparentar lo que no son. Para ello, Odklas lo deja muy claro, Malos Tiempos es un libro crudo, sí, incluso sus páginas pueden hacernos sacar una sonrisa. Pero más allá de todo, el autor nos muestra parte de su vida, real como la vida misma, dejando poco espacio al libre albedrío y a la ficción. No está mal que, de vez en cuando, alguien nos abofetee la conciencia y nos haga parar para coger una buena bocanada de aire, y murmurar hacia nuestros adentros, "quizá mañana ese pueda ser yo". Un libro sucio donde los haya, pero que seguro ocupará las mejores posiciones en los estantes de vuestra biblioteca."


Santos Perandones.

Lee el Mondo Sonoro de Julio-Agosto aquí: 
http://issuu.com/mondosonoro-gal_cyl/docs/219msogal

MALOS TIEMPOS está a la venta en mi casa, a través de la web de la editorial
http://www.edicioneslupercalia.com/

viernes, 4 de julio de 2014

PRÓXIMAMENTE - NUEVO VINALIA TRIPPERS

PRESENCIA HUMANA Nº 3

www.aristasmartinez.com

REVISTA NARRATIVAS Nº 34

Ya está disponible para su descarga el número 34 de NARRATIVAS. Revista de Narrativa contemporánea en castellano, en dos formatos distintos: PDF, para posibilitar su impresión en papel, y EPUB, para facilitar su lectura en la mayor parte de los dispositivos digitales. La revista puede descargarse en la siguiente dirección:

http://www.revistanarrativas.com

Este número consta de los siguientes contenidos:

● Ensayo
El imaginario perruno en ‘La ciudad y los perros’ de Mario Vargas Llosa, por Cristian Montes
Espacios femeninos en ‘Posesas de La Habana’: un caso de llaves desaparecidas, por Olympia B. González López

● Relato
El plano de Londres, por Maite Núñez
La ventana, por Elena Casero
La jaula se ha vuelto pájaro, por Laura Bordonaba Plou
Un recuerdo, por Álex Marín Canals
Tres relatos macabros, por Félix Terrones
Mi tío Kennedy, por Luis Miguel Rubio Domingo
La sirena en silencio, por César Contreras
Microrrelatos, por Atilano Sevillano
La rigidez, por Jesús Greus
La extraña pareja, por Javier Lidya
Mal de muchos, por Patricia Nasello
slaveofthevampire.myblog.com, por Gabriel González Núñez
Turismo, por Topogenario
Lambrusco Song, por Sparky Jones
Las mil formas del agua, por Javier Úbeda Ibáñez
El caballo de la luna, por José Antonio Prades
¿Qué hora es?, por José Vaccaro Ruiz
El libro viejo, por Ramón Araiza Quiroz
Gritos, por Carlos Aymí Romero
El ruido, por Michael Sitka

● Novela
La distancia entre dos puntos (Capítulo 1), por Fernando García Maroto

● Narradores
Miguel Baquero

● Estudios
Rebuscar entre las nubes. (Anécdotas, tormentos y manías de los grandes escritores) - Entrega 3, por Jesús Greus

● Aniversarios
Juan Goytisolo y el desarraigo: 60 años de ‘Juegos de manos’, por Pedro M. Domene

● Reseñas
“Muerto el perro” de Carlos Salem, por José Luis Muñoz
“La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero, por Eva Contreras López
“La sal en los labios”, de José Antonio Leal Canales, por José Luis Muñoz
“Un año de mi vida” de María Dubón, por José Mª López Viguri
“Alfil blanco, peón negro” de Alonso Holguín F.J., por José Vaccaro Ruiz
“Beatriz” de Anabel Consejo, por José Antonio Prades
“Vergüenza” de Patricia de Souza, por María Dubón
“Umbría” de Santiago Eximeno, por José Luis Muñoz
“Letrados en tiempos de rosas” de Rosalía Baltar, por Fernanda Mugica
“Nombre de mujer” de Arnoldo Rosas, por María Dubón
“Yonqui” de Paco Gómez Escribano, por José Luis Muñoz
“Negro sobre blanco” de Esteban Quirós, por Joaquín Correa
“López López” de Juan Aparicio Belmonte, por Erasmo Hernández González
“Todo irá bien” de Matías Candeira, por José Cruz Cabrerizo
“Avalancha” de José Giménez Corbatón, por María Dubón
“Paraíso inhabitado” de Ana María Matute, por Mari Carmen Moreno Mozo
“El jardín del eterno presente” de Daniel Alejandro Sánchez-Rodas Navarro, por Rafael Núñez Rodríguez
“La pasión de la reina era más grande que el cuadro” de Margarita García Alonso, por Mª Eugenia Caseiro
“Ya no estoy entre vosotros” de Ramón Acín, por María Dubón
“Lo que me queda por vivir” de Elvira Lindo, por María Dubón
“El lector” de Bernhard Schlink, por Javier Úbeda

● Novedades editoriales

http://www.revistanarrativas.com

martes, 1 de julio de 2014

ESQUINAS en LA TORMENTA EN UN VASO

Miguel Baquero


Dicen que es el oficio más antiguo del mundo, pero lo que es seguro es que se trata del oficio más literario. Porque desde que corre la pluma sobre un papiro, la prostitución, que es a lo que nos referimos, ha dado siempre mucho juego en los libros, y rara es la historia en cuyo paisaje no aparece una hetaira (o meretriz, o ramera, o moza de partido, o mujer de la vida, o chica de compañía, o lumi, o…) tratada unas veces con desprecio, otros con conmiseración, otras con miedo, en ocasiones como el mismo diablo y otras como figura venerable… Del mismo modo, este mundo, ahora y siempre, parece englobar dentro de sí todo el universo: desde la yonqui tirada o la anciana felatriz, a la belleza escort de chalet privado. Y aunque se intuye un mundo casi inabarcable de millones de matices, el escritor Pepe Pereza (Guijuelo, 1964) ha decidido sumergirse en él; sin ánimo de ceñirlo todo, que, como se ha dicho, es imposible, pero sin miedo a lo que se pueda encontrar (a lo que pueda imaginar para el lector) y, sobre todo, y lo que es más importante, sin ese ánimo moralizante con que muchas veces se introducen los escritores en este ambiente y que acaba estropeando gran número de relatos. Porque llevarán razón, seguramente, en la mayoría de los casos, pero Pepe Pereza ni entra ni parece querer entrar en moralinas ni en historias efectistas; se limita a recorrer la noche e imaginar la historia de las mujeres que se ofrecen.
Así, nos encontramos con el proxeneta que está vigilando a su hermana pero la historia no trata sobre esa turbia relación, sino cómo se enfrenta a un cliente que no quiere pagar; nos encontramos con una anciana que en su juventud, y por necesidad, hizo la calle, pero el tema es su desamparo ante el Alzheimer; o con una joven que es golpeada por un chulo pero la historia gravita sobre quien lo ve y se queda paralizado de miedo, sin poder reaccionar. Toda la turbiedad, en fin, que pueda acumularse sobre las historias no aparta al autor, ni al lector, del asunto principal, y es que se trata de historias humanas, que suceden con la misma crueldad que todas, y a veces con la misma amabilidad y educación que si ocurrieran en un despacho o en una oficina.
Un valor importante de Pepe Pereza, además de esta “naturalidad” con que arma sus historias en torno al mundo de la prostitución, es la “sorpresa” con que de pronto hace que se quiebre una historia, sin preparar al lector, sin servirse de puntos y apartes, por ejemplo, sin crear un “suspense” previo o algo parecido. Como la vida misma, que no avisa de lo que quiere hacer, ni lo enfatiza previamente; simplemente, lo hace. «Ella se giró y desconectó el aparato. Él quiso volver a encenderlo pero Elena lo cogió por el escroto y apretó con fuerza…». «Así se lo dijo a los chicos. De pronto, uno de los chavales que iba en el asiento trasero apuntó con un envase de plástico, lo presionó y un chorro salió disparado hacia el rostro de la puta…». O el caso de esa prostituta drogadicta que se refugia en un callejón y se encuentra un bebé.
No hay previo aviso, no hay palabrería en torno, mucho menos, como se ha dicho, afán moralizador, y curiosamente toda esta falta de subterfugios literarios es lo que le da gran valor a estos relatos y lo que certifica que nos hallamos ante un autor con voz propia, que no se sirve de juegos de manos y que gusta de la crudeza y la verdad por delante (es decir, la ficción como él la entiende, sin concesiones) para armar sus historias. Pocos valores literarios se me ocurren más importantes que este de la autenticidad.