sábado, 27 de agosto de 2011

ESTA TARDE EN LOGROÑO

EL BAÑO

Compartíamos bañera en un apacible baño de espuma y sales minerales. Cada uno se recostaba en su lado entrelazando nuestras piernas en el medio. Yo fumaba un porro mientras que tú hablabas de no sé qué. Hacía más de media hora que le dabas a la húmeda. Yo había perdido el hilo de tu monólogo y me limitaba a asentir de vez en cuando, fingiendo escucharte. Sin embargo estaba demasiado fumado y metido en mi mundo para hacerlo.

- …bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, el gilipollas bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla ¿sabes?
- Hm.
- Y bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla ¿Me estás escuchando?
- Que tenga los ojos cerrados no quiere decir que mis orejas dejen de funcionar.
- Te decía que bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla…

Perdóname mi amor por no escucharte, pero yo, tonto de mí, estaba pensando en el clásico del Madrid – Barça que esa noche echaban en la televisión.

® pepe pereza (de libro “Amores breves”)

viernes, 26 de agosto de 2011

RELATOS - AMALIA MOSCA

EL GATO Y LA PALOMA
Desde la ventana veía el techo inclinado de la galería, sobre el descansa parte de la copa del limonero del vecino. Debajo de esa pequeña ramada los gatos tienen su escondite, a esta fría hora de la mañana, se extendían al sol sobre las tejas, unos lamían y relamían su pelaje, otros se hacían mimos con sus patitas. También llegaban a este lugar las palomas, parada obligada antes de bajar al patio a comer las semillas que caían de la jaula de los canarios. Todos los días sucedía lo mismo, nadie faltaba a la cita a cumplir su destino. El gato entre las hojas se acurrucaba y paciente esperaba, solo movía la larga cola, siguiendo un ritmo lento y ondulante, por momentos la levantaba amenazante con la punta doblada en medio círculo. La paloma llegaba, curiosa oteaba todos los espacios, espumaba sus plumas, acomodaba sus alitas y se arrojaba al césped... en ese instante, entre el envión y el vuelo saltaba el gato del follaje y la atrapaba. Solo un segundo la apretaba con la boca, mientras sus patas la apoyaban contra el piso, se quedaba inmóvil en esa posición, cuando la vida se escapaba de las fauces, las plumas daban su último estremecimiento quedando algo erizadas. Entonces el felino se llevaba lentamente su presa. El acto pasaba desapercibido para los habitantes del patio, se restablecía el tráfico de aves en el lugar, el aire se llevaba las plumas, y el gato descansaba debajo del follaje. Mañana continúa la lucha por la cadena alimentaria.


LO BUENO, LO MALO
Una mente abierta a los conocimientos, incluye la razón de todos ellos, lo bueno y lo malo. Cual es la pauta que nos muestra que es cada uno; en lo personal creo, es malo lo que daña y forma parte de la inquietud de una existencia. Lo bueno es como un manantial que no cesa de fluir y va asociado a la belleza y el bienestar. Como todo en este mundo es una opción frente a la vida. La maldad es insaciable, su opuesto la bondad tiene su fin en el acto mismo de lo bueno. La maldad puede ser sutil en su acción, lo que la hace más oscura, suele agazaparse y esperar, posee el don de la paciencia manejada por las riendas del odio. La bondad conlleva la paz y la alegría. Estas dos palabras, maldad y bondad, resumen la naturaleza humana, la encrucijada de la trascendencia.


RESCATANDO LOS RECUERDOS
Lentamente se acercó al lecho, tomo la mano de la enferma entre las suyas mientras besaba su frente. Las amigas se miraban buscando los recuerdos. La abuela llevó el ritmo de la charla tratando de entusiasmar a Delfina, con las historias y novedades del pueblo. La señora amable que la recibió trajo el servicio de té, animada Delfina, ella misma lo sirvió. La abuela se acomodó a la situación, pero extrañaba el mate que tenía guardado en el bolso. La charla fue bajando la excitación del encuentro, y de a poco surgieron los temas de su real interés, la enfermedad. Su amiga sufría el mal de las grandes urbes, la soledad y el desinterés. De a poco comenzó a refugiarse en la casa, hasta llegar al último escondite, la cama. La anciana preguntó por qué hacia esa vida, la amiga contestó que todo lo había vivido, poseído, viajado, estudiado, las personas cultas e interesantes de su mundo, ya no estaban. Dando un gran suspiro la abuela soltó la risa, tanto reía que brotaron lágrimas de sus ojos, la carcajada hacía eco por la casa queriendo despertar las paredes. Su amiga entre el asombro y el pudor, no sabía que decir. - ¡¡Pero tú estás sana Fina¡¡ sal de esa cama y vamos al jardín, te contaré algo bonito. Mientras la dueña de casa se vestía, salió y habló con Mafalda, la dama de compañía, regresó al cuarto y tomándola del brazo la sacó a la luz del sol. Caminaron por la rosaleda en silencio, de pronto Fina se detuvo en un rosal, acarició la flor, aspiró su aroma -¿Recuerdas esta rosa? es ese gajo que tú me regalaste, mi esposo lo cuidó y siempre me traía su primera flor, al entregármela decía -A los amigos hay que cuidarlos- Se sentaron alrededor de una mesita en donde esperaba el mate y el termo, - ¿ recuerdas Fina aquellos días en que tú cebabas el mate, y yo hacía tus dibujos?- La amiga miraba a la abuela con ternura -Que suerte que has venido...ahora también serás mi abuela, a pesar que tengo "algunos" años mas que tú, nuevamente la risa de la anciana aleteaba el aire como una mariposa -No lo olvides- diciendo esto le alcanzó el primer mate. La temblorosa mano tomó la pequeña calabaza, al sorber cerró los ojos buscando el placer de un hábito olvidado, la abuela la miraba recorrer el largo camino que conducía a sus raíces.

POEMAS - AMALIA MOSCA

AMORES MÍSTICOS
Extraño tus silencios tu dulce estar
tus reclamos de amores tu bello tormento
que quedo dejabas oír clamando tu sed
alivio de goces de místico celo
claman al cielo su justo derroche
de criatura imperfecta asumiendo derechos
generoso don de Dios otorgado
al hombre y su prole para dar testimonio
de futuros edenes premios a tanto dolor
de paraísos perdidos.


EL NIÑO Y LOS ASTROS
Abuelita quiero una estrella
tú eres estrella que alumbra mi senda
Abuelita quiero la luna
la luna es tuya solo te sigue a ti
¿tú tienes luna?
mi luna eres tú, tu alma cuida la mía
Abuelita quiero llegar se cansa mi andar
niño ven a mis brazos
que ya veo la dulce morada
Abuelita no quiero la estrella, ni la luna
solo te quiero a ti
que las llevas a ellas y me cargas a mí.


GÉNESIS
Desespera el amor, agitando paredes
grita la noche, buscando la luz
el orbe aturdido, estalla en el cosmos
libera materia, que busca su par
así,
recomienza el ser otra vez.

HISTORIAS Y CUENTOS DE LA VIDA - AMALIA MOSCA

LA ABUELA FRESCOTONA BLOG

jueves, 25 de agosto de 2011

EMBRUJADO

- ¿Qué miras?
- Te miro a ti.
- ¿Por qué?
- Me atraes más que la tele.
- Pero me pones nerviosa.
- Vale, dejaré de mirarte.

Centré la vista en la pantalla de televisor. El presentador hizo una pregunta al concursante: ¿Quién escribió “El buscón”? Hasta un tonto como yo sabía la respuesta. Sentí la necesidad de volver a mirarte pero no quise incomodarte y me contuve. Clavé los ojos en el televisor y luché con la tentación de posarlos sobre ti. Qué culpa tenía yo si eras un imán para mis pupilas. Qué culpa tenía si me quedaba embelesado con cualquiera de tus gestos. Qué podía hacer si me tenías embrujado, si cada día me parecías más seductora...

- Me estás mirando otra vez.

® pepe pereza (del libro “Amores breves”)

miércoles, 24 de agosto de 2011

LA GRAN PREGUNTA

Me corrí y me desplomé en la cama, agotado y feliz.

- Te sabe distinto.
- ¿El qué?
- Tu semen.

Yo no tenía ni idea de qué el esperma pudiese cambiar de sabor.

- Sabe, no sé… más… amargo.
- No sabía que pudiera cambiar de sabor.
- Influye mucho lo que comes.
- ¿Hablas en serio?
- Claro. Por ejemplo: si has comido espárragos sabe más amargo. Como ahora.
- Pues no he comido espárragos.
- El tabaco también tiene que ver. El semen de los fumadores tiene un sabor más fuerte.
- ¿Lo has leído o hablas por experiencia propia?
- Experiencia.

Estaba claro, había llegado el momento de la gran pregunta.

- ¿A cuántos te has follado?
- No los he contado. ¿Y tú, con cuántas?
- Contándote a ti, dieciocho.
- No está mal.
- Dime cuántos han sido.
- Tendría que hacer memoria.
- Hazla.
- A más de dieciocho, seguro.
- ¿Más de veinticinco?
- Algunos más.
- ¿Más de treinta?
- Sí.
- ¿Más de treinta y cinco?
- Seguramente.
- Vale, no quiero saberlo.

Algo me revolvió las tripas. Me imaginé una fila de más de treinta hombres. Me pareció una fila enormemente larga, de pronto infinita. Y puestos a imaginar, imaginé que kilómetros de pollas entraban por tu coño y océanos de esperma salían de tu boca, como en una fuente de leche rancia y grumosa. Sí, se me revolvió el estómago, y me sentí enfermo de celos, celoso de todos los que te habían follado antes que yo y de todos los que vendrían después.

® pepe pereza (del libro Amores Breves)

sábado, 20 de agosto de 2011

LUGARES de LUIS MIGUEL RABANAL - YA A LA VENTA

Título: Lugares
Autor: Luis Miguel Rabanal
Género literario: Poesía
nº páginas 62
PVP: 10 €
ISBN: 978-84-92676-36-1

El libro ha contado con una ayuda a la edición dentro del Plan Libro Abierto de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León.
A grandes rasgos se trata de XXII poemas de extensión variable. Es verdad que lo anterior no quiere decir gran cosa pero, de momento, es lo que hay. También infancia, Olleir, algún pasado tenebroso, lo rural, el amor, seres queridos y no tan queridos, otro poco de Olleir, el desamor, diversos absurdos muy absurdos, muerte, el deseo, dolor, memoria, el imposible regreso, el presente raro, más Olleir, enfermedad, el paso del tiempo. Una toponimia del corazón, en suma.
Ya a la venta en tu librería habitual o echándole algo de imaginación…

EDICIONES HONTANAR
Plaza del Ayuntamiento, nº 11
24400-PONFERRADA (León) Teléfono: 987 41 48 82
Información y pedidos:

NOVEDADES EN EDICIONES ESCALERA

viernes, 19 de agosto de 2011

DATOS PERSONALES DE CARLA BADILLO CORONADO

Funambulista a tiempo completo. Detective autodidacta. Bibliófila. Viajera. Periodista. Bailarina. Ermitaña. Su primer poemario es Belongings / Pertenencias (Ed. Caza de poesía, Los Ángeles, 2009). Ha colaborado con diversas revistas y antologías de Estados Unidos, España, Israel e Italia, y ha sido traducida a varios idiomas. Algunas publicaciones colectivas: Sarah Kane (Left Curve, SF, 2009), Polifonía de la Nostalgia. Historias de migrantes ecuatorianos (QUI: appunti dal presente, Italia, 2009), Derrama Whisky sobre tu amigo muerto (homenaje a Raúl Nuñez, Vinalia Trippers, España, 2010), AMERARCANA Literary Review. (Bird & Beckett, SF, 2010), Antology: Revolutonary Poets Brigade (Caza de Poesía, 2010), Poems for…(proyecto cultural de difusión pública, Inglaterra, 2010), Beatificaciones (Beatitud. Visiones de la Beat Gneration, Ed. Baladí, España, 2011). Ha participado en eventos culturales como el Salón del Libro Iberoamericano de Huelva (2008), The Hispanic Heritage Festival (Universidad de Nevada, Las Vegas, 2009), y el Festival Internacional de Poesía en San Francisco (2009). Lo más probable es que en su vida pasada haya sido cantante de boleros en una cantina.

DIARIOS - CARLA BADILLO CORONADO

Viernes. 8 de abril 2011. Hotel Boheme

Mi día y noche fueron consumidos por una puta Migraña. La más fuerte de mi vida. Me hizo ver el cielo y el infierno consumirse en llamas por igual. (El infierno es como un hijo bastardo pidiendo pruebas de paternidad). Hace muchísimo tiempo que no me agarraba una. El dolor era tan intenso que yo sólo le pedía a gritos a Mark algún sedante o una pared enorme para estrellarme. Lloré y grité de dolor como una condenada. Y conforme me agarraba la cabeza más imágenes infernales veía. A todo esto, lo único bueno fue haber contado con Mark. Todo el tiempo cuidó de mí, y sentí su angustia al ver que mi dolor no cesaba. Y a pesar de que estaba en su trabajo, no me descuidó ni un momento, procuró aliviarme con lo que en ese momento estuvo a su alcance y me trajo unas pastillas naturales expresamente para aliviar el dolor (dilatan las venas para que la sangre circule mejor) y casi a oscuras me trajo comida al cuarto. Sugirió que los dolores quizá se deban a que en el último tiempo he pasado muchísimo tiempo leyendo libros o escribiendo frente el computador sin mis lentes (que ya desaparecieron en Quito) y que posiblemente ese esfuerzo está produciendo los dolores intensos de cabeza. Así que quizá mañana mismo vayamos a visitar al Dr. Lester, su oculista de confianza. Y de corazón espero que sea eso y con los lentes de lectura ya todo mejore, porque esto no es como un dolor común y corriente de cabeza, ni siquiera el más fuerte se compara con la migraña que tuve hoy. Por suerte, conforme van pasando las horas el dolor va bajando. En este momento ya me siento un poco mejor y aún a oscuras he prendido el computador para intentar escribir un par de párrafos de lo que sería mi primera novela, o al menos para ir dando forma a la idea que surgió ayer cuando Mark me dijo que yo era la reina de las cosas perdidas. Quién diría que solo esa frase dio a pie a una conversación fascinante que duró horas, y en la que jugamos con la posibilidad de ciertos personajes, aventuramos escenas, en fin. Es paradójico, ayer tan lúcida y hoy tan jodida. De todas maneras una vez más comprobé que el amor es mi mejor medicina, el mejor calmante. Las manos de Mark para mí son sanadoras, mágicas, milagrosas, sostienen mi cabeza, haciendo que mi mente no estalle por todo el cuarto. Cuánta oscuridad en este momento, y sin embargo junto a él, y en él, cuánta luz.


Hotel Boheme, mayo 2011

Escribo poesía porque en este momento al igual que ayer por la noche, y antes de ayer, y antes de antes de ayer, y antes de antes de antes de ayer, cuando volví a casa sentí que el Tiempo me asfixiaba. Abrí la ventana y no vi otra cosa que la película de siempre: luces, autos, gente, risas. Escribo poesía para comprobar que la realidad no es esa cosa funesta que me obliga a pensar en todos menos en mí, tomando conciencia de los rostros y de los nombres, haciendo daño con mis silencios y mis desidias, hiriendo con palabras que salen de mí como pequeños demonios, provocando al hombre que amo con el único fin de hacerlo reaccionar, exaltándolo para comprobar que está vivo, que no es producto de mi imaginación. Necesito escuchar mi nombre muchas veces en sus labios. Necesito constatar. Y en ocasiones prefiero perder aquello que amo con el único fin de comprobar su existencia. Parecería absurdo. Hiero lo que amo y en consecuencia me hiero a mí. Es una forma cruel y masoquista de reafirmarlo, pero necesito alguna señal inmediata, instantánea. No tengo paciencia. No soy un maldito Buda. Estoy atrapada entre la realidad y la ficción, los dos dioses que gobiernan mi vida.


Hotel Boheme, 6:48 am

Acabo de despertar de una pesadilla terriblemente extraña. Angustiosa. Imágenes concatenadas y oscuras. Casi todos los personajes eran conocidos y cercanos. En una imagen se me nota muy ansiosa y preocupada porque tengo un vuelo a Nueva York, y sé que debo volar a las 2 o 3 de la tarde, sin embargo no tengo reloj y por lo tanto no sé qué hora es ni en qué momento debo salir. Preparo maletas pero tengo totalmente perdida la noción del tiempo. Tengo miedo de que casi sea la hora de viajar y yo sigo todavía en casa. Mi casa que por cierto no es mi casa. Es un espacio enorme y lúgubre. Aparezco de pronto en un altillo, sobre una tabla de madera como si fuese una especie de cama. Muy alta. Y desde arriba veo como dos tipos pretenden abrir la puerta de mi habitación, la forcejean y no paran de decir palabras obscenas. Yo permanezco en silencio, y cuando me doy cuenta de que se han marchado, salgo disparada y tomo un ascensor. El ascensor se abre en un lugar que desconozco pero que según el sueño es mi casa. Estoy casi desnuda. Sigo preocupada porque en mi cabeza sigue el viaje que debo hacer a Nueva York. De pronto salgo del baño en ropa interior y escucho voces en el patio. Salgo y me encuentro con un numeroso grupo de gente, entre ellos observo a quien no debía haber soñado. Y todos me ven como bicho raro, sólo él me reconoce y me mira profundamente. Segundos de silencio y regreso entro a la casa. A partir de ese instante la velocidad del sueño cambia, todo se acelera y son imágenes fragmentadas, pasan una tras otra muy rápido en mi cabeza, incluso imágenes angustiosas y terroríficas, una de las peores fue cuando vi a mi tío con uno de sus ojos salidos, únicamente sujeto con un resorte, y la pupila se podía observar envuelta en una funda de plástico.

APUNTES DE UNA MASOQUISTA de CARLA BADILLO CORONADO

Una vez reconocido el tipo de sufrimiento es necesario saber si en verdad se desea acabar con él, y, aun sabiendo que no se logrará ese objetivo del todo, se sigue luchando incesantemente. Sin embargo existe el otro tipo de sufrimiento, contra el cual también se lucha, pero que en el fondo se sabe necesario, y que aún tratando de bloquearlo o superarlo, no se puede sin él, pues a fin de cuentas actúa como un motor de creación.

POEMA - CARLA BADILLO CORONADO

Memoria o corazón
Me niego a toda negación, empezando por su cuerpo

derretido entre mis manos como un tótem líquido.
Me niego a burlarme de mi incapacidad de olvidar,
y al peso que traen consigo los falsos recuerdos.

Me niego a caer sobre el fango del silencio,
y a escupir sangre cada vez que su nombre
deje de ser.

Carla Badillo Coronado (inédito) http://mujerentierrafirme.blogspot.com/

BELONGINGS - PERTENENCIAS de CARLA BADILLO CORONADO

MUJER EN TIERRA FIRME - BLOG

miércoles, 17 de agosto de 2011

CÓMICS CANGREJO ROJO

Cómics Cangrejo Rojo pretende aunar en un proyecto innovador literatura, arte gráfico, cómics y nuevas tecnologías, aprovechando la oportunidad que nos da internet para estar presentes en todo el mundo. Se trata de una editorial digital que realiza novelas gráficas para distribuirlas a través de la red, y diseñadas específicamente para ser vistas en el formato "tablet". En un principio la aplicación se podrá adquirir en la App Store de Apple, para ver los contenidos en la tableta iPad. Posteriormente se ampliará el mercado a las tabletas que empleen Android como sistema operativo.
LITTERACOMICS es el nombre de la primera colección de cómics que se podrán ver a través de la aplicación, que saldrá al mercado en el próximo mes de septiembre. Se trata de una serie de cómics basados en obras literarias clásicas, poemas y relatos cortos de autores como Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft, Charles Baudelaire, Alexander Pushkin, o el mismo Gustavo Adolfo Bécquer, entre otros. Recreados por los mejores ilustradores y guionistas, con César Galiano y Pedro Espinosa al frente, los aficionados al cómic y la literatura están de enhorabuena.
Los cómics se publicarán traducidos a cuatro idiomas, para facilitar su distribución: chino, francés, japonés e inglés, además de español. Se publicarán con licencias Copy Left, de Creative Commons. Un fichero de audio, con la locución del texto literario original que dio origen al cómic, pensado para aprovechar la extraordinaria capacidad multimedia de la tableta, será la guinda que adorne el producto.

CÓMICS CANGREJO ROJO EN RADIOVOZ

CÓMICS CANGREJO ROJO - BLOG

lunes, 15 de agosto de 2011

FRAGMENTO 25 (HABLANDO CONMIGO MISMO)

Tienes todo lo necesario para escribir: café, hachís y soledad. Así que ponte a ello y no desperdicies más el tiempo. Cuenta todo lo que llevas dentro, sácalo fuera, plásmalo, joder. Di que estás harto, que no puedes más, que te hundes en ti mismo, que no sabes hacia dónde tirar, que la confusión abarca tu mente como una niebla espesa que a modo de mortaja viste el resto del cuerpo. Vamos, no te cortes, no seas cobarde, escupe tus sentimientos, airéalos. Golpea con cada silaba que dejes impresa, hiere el blanco de la página, lacérala con rabia. Cada palabra debe ser un puñetazo contundente, brutal, para que la tinta que la imprime sea la analogía de la magulladura causada por el golpe del que la escribe. Desangra cada sentimiento, exprímelo como si fuera fruta ácida. Abre la puta caja de pandora y que salga lo que tenga que salir. Libera tus demonios y confiesa tus secretos más íntimos. Hazlo contando la verdad, sin justificarte, asumiendo los errores, aprendiendo de ellos, consciente de que no eres perfecto y que nunca lo serás. Empieza por lo más difícil y continua por lo más complicado, desde la sencillez, sin olvidar nunca que menos es más. Venga, joder, escribe eso que te guardas, rebusca en tu interior y saca los trapos sucios que taponan tus arterias, deja fluir la sangre sobre el papel. Maldita sea, no te demores más. Aprovecha y sácalo.

® pepe pereza

TEORÉTICAS - MJ ROMERO

sábado, 13 de agosto de 2011

MENSTRUACIÓN

- ¿Seguro que no te da asco?
- Seguro.
- Me lo prometes.

Estábamos en pleno acto amoroso cuando te bajó la regla.

- Te lo prometo.
- ¿Estás seguro?

Para demostrártelo llevé mi mano a tu coño, te introduje un par de dedos, los saqué manchados de sangre y con ella me pinté la cara, como un guerrero que se prepara para la batalla. Pinturas de guerra en mi rostro pálido para continuar con la lucha amistosa de nuestros cuerpos. Un gesto, quizá demasiado teatral, para hacerte ver que no había nada en ti, o que procediese de ti, que me diera o causara asco.

® pepe pereza (Amores breves)

viernes, 12 de agosto de 2011

BIOGRAFÍA - BEGOÑA LEONARDO

Bio-bibliografía
Begoña Leonardo, con una voz poética concebida al margen de normas, artificios y tradición; es una trabajadora de la palabra; escrita, recitada, contada, cantada...
“Respira, y luego dime que estás vivo”(1983-1998)
“Nadie dirige a las palabras”(1999) Poemario que da nombre a un proyecto dinámico, dedicado a la lectura a viva voz, para a niños de cero a cien años.
“No frenes la lengua de los pájaros”(2009)
Actualmente colabora en distintos medios como freelance. En Marzo recitó con las 23 Pandoras en León, de la mano de su antólogo Vicente Muñoz Álvarez. Ha publicado sus poemas en la revista de poesía “Desde la Almena” y su pensamiento y opinión en el “Magazine” de la Vanguardia . Con el músico Luis Juan Santana ha colaborado en varias composiciones y presentado en concierto, algunos de sus poemas, recitados con acompañamiento coral.
Desde el comienzo de su incursión en la red, los Bloguers reciben con aprecio su trabajo y publican su obra.
En “Dad al aire mi voz” (http://aquinohaycerraduras.blogspot.com/) publica sus delirios y los de sus admirad@s maestr@s y colegas.

POEMAS - BEGOÑA LEONARDO

Y LA FIERA, RECLAMA SU LATIDO
¡Grita!
¡agárrate fuerte!
cógete el pelo, tira
y si dudas, arráncate la piel,
pero no digas que estás muerta.

Las canciones que te persiguen mienten
las rancias plañideras mienten.

¡Mírame, despierta!
y si dudas, escucha a tu corazón
escucha el argumento de tu pecho
el potente quejido de tu estómago.

Si tienes hambre y sed
no estás muerta
si en la lengua tienes palabras que arrojar
no estás muerta.

Abraza lo que tienes delante
la oportunidad de matar lo que duele
de aniquilar lo que te aplasta.

¡Levántate!
el día que llega revienta, enajena...
¡Levántate!
eres valiente, eres mujer.

Y la fiera, reclama su latido
el pulso que desafíe a la tristeza.
Sal a su encuentro
corre, galopa, trepa....

¡Grita!
no estás muerta.


NUNCA MÁS DERROTADOS
Cuando nos quitemos de encima
todas las razones para llevar la máscara
la careta pulida, abrillantada
tan llena de purpúrea ostentación,
llegaran las claras del día
del que amenaza
sincero sol
aguaceros inoxidables
y vorágine de soluciones.

Cuando por fin nos atrevamos
a desabrocharnos la cordura
no habrá nadie que pronuncie
los nombres que traíamos de fuera.

Y seremos los del origen
nunca más derrotados por lo
prudente/conveniente
por la buena educación.

Por fin será derretida
la soga que nos aprieta los genitales
el pensamiento
la voz...

Y gritaremos a la vida
que llega
y sentiremos que somos buenos
porque sí
sin que nadie le diga lo contrario
al corazón.


UNA AMAZONA ASFÁLTICA
He querido muchas veces
cruzar la calle y vivir la vida de otra.
Sentirme la mujer que se sube a ese taxi
una carrera incierta y misteriosa.
Ser la que en el cine besa a un hombre que no es el suyo,
la que toma de la mano a una niña
muy distinta a la mía.
Ponerme el sombrero aquel
que parece un nido de golondrinas
y atreverme como esa,
con una minifalda que corte la digestión al de enfrente.
Ser la chica de la panadería
despreocupada y tontona
que dedica miradas alegres y consoladoras a cualquiera.
Cometer algún delito
del que no arrepentirme
y correr sin permiso
y gritar
y reír desencajada...
Ser una amazona asfáltica
fuera del tiempo y la ley
surcando cuerpos
devorando aleluyas
con los labios extenuados
y las mandíbulas doloridas
de morder lo prohibido.

NADIE DIIGE A LAS PALABRAS - BEGOÑA LEONARDO

MÁS ALLA DE LO VISISBLE - BLOG

DAD AL AIRE MI VOZ - BLOG

miércoles, 10 de agosto de 2011

EL NIÑO QUE COGÍA ABEJAS CON LA MANO

Los comportamientos de mi padre y aquellos aldeanos geniales no respetaban las reglas de la verosimilitud y tampoco lo hacían los míos, qué le voy a hacer. De esta anormalidad me pude dar cuenta por primera vez a los seis años, cuando comencé a estudiar en el colegio Amor Misericordioso de Larrondo.

–Oye, chaval, ¿tú eres el de las abejas?
–Sí.
–¿Por qué no coges una?
–Vale.

Mi primer año en la escuela transcurrió con normalidad durante los seis primeros meses, con las habituales timideces y lloriqueos de los estrenos, pero al llegar la primavera fui trastornado por una noticia que comenzó a circular de aula en aula, una noticia sensacional: existía un niño en primero de EGB que cogía las abejas con la mano. El niño era yo.

–Te lo juro, Susana, las coge con la mano.
–Cállate.
–Ya verás. En el recreo le digo que coja una. Flipante.

La novedad se extendió con rapidez y dio lugar a muchas especulaciones. Unos decían que las abejas no me picaban porque yo tenía olor a vaca; otros me acusaban de tramposo; otros pensaban que estaba loco; otros sostenían que lo mío sólo era una racha de suerte. El episodio llegó a oídos del profe Goyo, que daba clases en octavo de EGB y era experto en química. Goyo nos solía hacer demostraciones de magia o se llenaba la lengua con la ceniza del cigarro en cada reunión anual del Día de la Familia. Aquel profesor me vio varias veces, examinó mi procedimiento y sentenció:

–No es magia, es valor y técnica. Las abejas no le van a picar nunca, no pueden.

Mi procedimiento consistía en aprovechar el medio segundo que transcurre desde que la abeja se posa en la flor y comienza a extraerle el jugo. En ese instante crítico, actuando lo más rápido posible con mis dedos índice y pulgar, asía a la abeja por las costillas, de forma que mis dedos quedaban a salvo tanto de su boca como de su aguijón. Comoquiera que además apretaba un poco, la abeja se quedaba sin aire y se sumergía en una suerte de anestesia. Cuando, al de quince o veinte segundos, después de enseñar mano en alto la abeja a la concurrencia, la volvía a soltar, el pobre insecto tampoco tenía la ocasión de vengarse, porque caía al suelo desmayado y no se despertaba hasta medio minuto más tarde. El único problema de esta técnica de cazar abejas con la mano es que a veces apretaba demasiado con los dos dedos y mataba a la abeja, pero cuando ocurría eso tampoco sentía muchos remordimientos porque, como decía mi tío a propósito de los rusos, hay abejas a punta pala y, una más o menos en el mundo, allá cuidados.

Esta técnica la empleaba también con las de mi caserío, pero los aldeanos de Lauros nunca se mostraron impresionados por mis capturas, sino que me ignoraban o se limitaban a decirme que dejara en paz a las pobres abejas. En el colegio, sin embargo, descubrí que los demás lo consideraban una hazaña. Todos los alumnos, que procedían de zonas no rurales como Sondika y Derio, alucinaban conmigo y me convirtieron en una sola semana en el chico más popular de primero de EGB, el único por el que se mostraban interesados los mayores. Los alumnos de sexto, séptimo y octavo nos trataban con mucho asco a los más pequeños, pero conmigo hacían una excepción.

–Sonia, ven. Quiero que veas lo que sabe hacer este canijo.

Como sucede en estos casos, mi notoriedad dio lugar al nacimiento de los envidiosos y los imitadores. Hubo quien intentó aprender mi técnica, pero como lo intentaba con precipitación y sólo por impresionar a las chicas, fracasaba fácilmente y era picado por las abejas. Fue entonces cuando la travesura se salió de su cauce. Las monjas del colegio entendieron que el culpable de aquellas picaduras era yo y me llamaron al despacho; aquella fue la primera vez.

–Alberto –me dijo la hermana Sagrario–, que sea la última vez que te veo cogiendo abejas. Por tu culpa han picado a tres chicos.
–¿Qué culpa tengo yo? –repuse.
–¡Claro que es culpa tuya! –replicó–. ¡A nadie de este colegio se le ha ocurrido nunca coger abejas con la mano hasta que tú has llegado! Te recuerdo que las abejas son criaturas del Señor, iguales que tú: ¿te gustaría que te hicieran a ti lo que tú haces con ellas?

El problema se complicó en las tutorías de esa evaluación, la tercera, pues la profesora Edurne se lo contó a mi madre y mi madre me dio tres bofetones que, si los hubiera recibido ahora, con treinta y seis años, ni los habría sentido, pero hay que ver el daño que hacen cuando eres pequeño. En las fiestas de San Miguel la famosa caza de abejas también fue la comidilla obligatoria:

–Piedad –preguntó la tía Maritere–, ¿qué tal Alberto? ¿No ha comenzado en Larrondo este año?
–Calla, calla, Maritere –respondió mi madre–. Si te cuento, te echas a reír.
–¿Qué ha pasado?
–¡Pues no te mata que el tonto se dedica en los recreos a cazar abejas con la mano, como si estuviera viviendo aquí, en el caserío!

La gente rompía a reír y mi madre, crecida, viendo que la historia triunfaba, seguía:

–Según me ha dicho la tutora, el insustancial sale en el recreo a las dos campas que hay en el patio y lleva detrás a una tropa de doce o quince críos de todos los cursos que van mirando cómo coge las abejas. ¡El payaso de feria, vamos! ¡Tonto rematado!

La tempestad del primer año pasó y mi popularidad decayó un poco, porque lo extravagante que se repite acaba neutralizándose, pero cada vez que llegaba la primavera, sobre todo las dos primeras semanas, volvía a ser el centro de las miradas. Todavía continué cazando abejas dos o tres años, poniendo mucho cuidado para que no me sorprendieran las monjas, pero en cuarto de EGB me llamó al despacho la hermana Irene, que no era cualquier monja. Irene era la superiora y me recibió con cara muy solemne.

–Alberto –me dijo–. Ya nos hemos cansado. A partir de ahora, puedes cazar las abejas que quieras. Tú sabrás lo que haces. Sólo deseo hacerte una pregunta para que la pienses esta noche en la almohada: ¿qué quieres ser en la vida, un hombre de provecho o un cazador de abejas?

Aquella pregunta me afectó mucho. Nunca, en la sala de profesores, me había hablado nadie así, dejándome la respuesta a mi entera libertad. Entonces yo no era tan inteligente como para saber que aquella monja había empleado conmigo un truco de gran comunicadora, de modo que aquella noche reflexioné y llegué a la conclusión de que la caza de abejas con la mano era poca cosa, por mucho que impactara tanto a las chicas de séptimo y octavo y me hiciera tan popular. No, me juré, yo no iba a ser cazador manual de abejas: lo que yo iba a ser de mayor era futbolista, ciclista o boxeador.

Ya no cogí más abejas con la mano. Tampoco me convertí en un hombre de provecho. Todavía, con veinte y veinticinco años, había gente que me recordaba aquel episodio en Sondika o en Derio. Hace unos diez años, incluso, gané una cena a un pelotari de Plentzia que no se la creía. Después de diecisiete años sin coger abejas, tuve que hacerle una demostración en la que pasé un miedo terrible, porque ya no era aquel niño que las cogía con naturalidad. Aquel niño nunca fallaba porque nunca tuvo miedo ni se le pasó por la cabeza la posibilidad del error.

Luego, años más tarde, al recordar esta historia, he pensado que es mucho más importante para mí de lo que parece a primera vista. Quizá me marcó. Fueron las abejas las que me convirtieron en el más popular de mi clase, las que fundaron en mí la necesidad de que los demás me miraran. También fui popular en el instituto, ya sin abejas, y luego en la universidad, y luego en los frontones. No sé. Como si de las abejas de los seis años a las pintadas que hago a los treinta y seis no hubiera ni un solo centímetro, sino la misma búsqueda de los ojos grandes de las chicas de séptimo y octavo de EGB, aquellas chicas que ya tenían tetas y todo, aquellas chicas que me seguían y me miraban a mí. A mí, joder, a mí. El niño que cogía las abejas con la mano.

POEMA

No me pegue tanto, agente

No me pegue tanto, agente,
que la porra con que pega
se la he pagado yo.

La policía de España
debe cuidarnos a todos
pero cuida a los tambienes
y descuida a los tampocos.
Al que notan hombre blanco
lo conservan como al oro
pero piden los papeles
al que notan hombre moro.
Como quiere mi pobreza
que no quiera poderosos
y es usted del empresario
su bastón y su cachorro,
no me pegue tanto, agente,
que la porra con que pega
se la he pagado yo.

Es de ver la diferencia
con los muchos y los pocos:
van de gatos en Serrano
y de tigres con nosotros;
con los Papas mandarinas
mandagolpes con los nonos,
al saciado clorofila
y al hambriento cloroformo.
Como quiere mi decencia
y es mi único tesoro
defender las libertades
contra rancios dinerosos,
no me pegue tanto, agente,
que la porra con que pega
se la he pagado yo.

Que son mandados, insisten,
que cumplen órdenes sólo
y que somos los rebeldes
elementos peligrosos,
pero nunca debe un hombre
con un mirlo de decoro
cumplir ni a medio brazo
mandamientos espantosos.
Como quiere mi cordura
alegría para todos
y que sea la justicia
exigida sin encono,
no me pegue tanto, agente,
que la porra con que pega
se la he pagado yo.

BATANIA & CHINCHETA

ENDECÁLOGO NEORRABIOSO

Endecálogo neorrabioso para poetas bukowskianos

Batania, mirada neorrabiosa, al ver que el marcador luminoso de la Línea 1 señala que el próximo metro no llega en siete minutos, y preocupado porque la proliferación geométrica de los poetas bukowskianos amenaza con llevar la poesía hacia su última noche, saca un papel y, erigiéndose en praeceptor hispaniae, dice, expone, razona:


1. Que un poema con veinte tacos no tiene por qué ser mejor que uno de sólo diecinueve.

2. Que además de follar, el ser humano también practica otras actividades. Ejemplos: preparar zumo de naranja, regar los geranios, comprar el pan...

3. Que aparte de Rimbaud, Kerouac, Ginsberg y Bukowski, hay más libros en las estanterías. Ejemplos: Safo, Propercio, Shakespeare, Vallejo, Éluard, Pizarnik...

4. Que además de hijoputa, puta, comemierda y gilipollas, existen otros insultos (este punto me lo ha chivado Quevedo).

5. Que las chicas no son tan fáciles como parecen a simple vista.

6. Que tres polvos seguidos en una noche pueden ser posibles, cinco nos parecen una hazaña, siete una licencia poética y, todo lo que sigue a partir de ahí, NO NOS LO CREEMOS.

7. Que la falta de vocabulario no siempre es mejor que la abundancia de vocabulario.

8. Que la sal gorda no tiene por qué ser mejor que la sal fina.

9. Que si los versos que uno escribe se leen mejor cuando los pasas a prosa, no hay duda: son prosa.

10. Que no terminamos de entender qué pinta un tal Smith comprando tabaco en Lavapiés y un tal Remigio García comiéndose una macburger en Kansas.

11. Que no nos vale ser bukowskiano los martes por la noche y al día siguiente gerente perfecto de El Corte Inglés.


SE RUEGA A LOS POETAS QUE REPARTAN ESTE ENDECÁLOGO NEORRABIOSO EN LOS ATENEOS, CAFÉS, PELUQUERÍAS Y PARADAS DE AUTOBÚS, A FIN DE EVITAR QUE LA LIRA DE APOLO LANGUIDEZCA EN LOS ESTABLOS DE AUGÍAS.

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