Hace ya más de 30 años del fin de la
guerra fría. En Moscú todo ha cambiado, sus avenidas contienen más millonarios
por metro cuadrado que Manhattan. Pero Rusia es el mayor consumidor de heroína
del mundo. En la frontera con Kazajistán han conseguido un sucedáneo de ella,
hecho a base de colirio, cafeína y gasoil. Allí, muchos jóvenes se la inyectan.
Se inyectan pura gasolina (y no es una metáfora) La carne se les reseca.
Parecen leprosos. Se les cae a pedazos. El colirio es un potente desecante… La
piel se les cuartea y acaba pareciendo escamas de cocodrilo. Así ellos mismos
acaban pareciendo reptiles humanos.
Entrevista capotiana a Jordi Català
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En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la
autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en *Los perros
ladran*, A...
Hace 8 minutos
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