El grafitero ruso que irrumpió hace
menos de año y medio en el panorama artístico mundial con su original forma de
street-art parece que ya no está entre los vivos. Tenía 29 años, firmaba
sus obras con la fórmula P183 y ahora se descubre que se llamaba Pável
Pújov. Le comparaban con el británico Banksy.
Al parecer, murió el pasado día
1 por motivos aún desconocidos. Se supo porque el opositor Román Dobrojótov
lo anunció a través de Twitter. Dijo que el aviso le
llegó por medio de personas cercanas al artista. Dobrojótov, precisamente,
desmintió que se tratara de un suicidio, pero no aclaró mucho más. Algunos lo
tomaron como una inocentada, ya que el 1 de abril es para los rusos y otras
muchas naciones un día reservado para gastar bromas.
La empresa para la que Pável trabajaba
últimamente, diseñando los decorados de la versión rusa del musical rock Todd,
también informó de su fallecimiento en una nota advirtiendo que «las
circunstancias de la muerte no se darán a conocer». En las redes sociales rusas
se aseguraba el martes que acabó con su vida ahorcándose. Lo cierto
es que no hay ninguna investigación policial en curso.
El Banksy ruso ya era bien conocido en
su país, sobre todo en Moscú y San Petersburgo, cuando, en diciembre de
2011, saltó las páginas de la prensa internacional. Sus obras
empezaron a aparecer en los pilares de puentes, edificios abandonados,
fábricas, escuelas, todo tipo de vallados, fachadas, alcantarillas y en el
metro.
La mayor parte de esos sugestivos
trabajos desaparecían casi de inmediato bajo el efecto de los disolventes
empleados por los servicios municipales de limpieza. Por eso, la única constancia
de su existencia son las numerosas fotos que circulan por galerías y portales
de Internet.
La comparación con Bansky
Aunque él mismo se declaraba «lejano a
la política», las autoridades le consideraban un creador subversivo. Tuvieron
mucha fama sus policías antidisturbios, pintados en las puertas de
cristal de la estación de metro moscovita de «Krásnie Vorota». Al pasar, los
viandantes empujaban los escudos que servían de protección a los agentes.
También alcanzaron notoriedad el activista embozado representado en el estribo
de un puente y las «gafas» pintadas en el suelo del patio de
un colegio, una de cuyas patillas era una farola.
Diciembre de 2011 fue la época cuando se
intensificaron las acciones de protestas contra Vladímir Putin. De ahí que a
Pável se le asociase con el movimiento contestatario. Su rostro nunca apareció
en ninguna fotografía publicada en los medios de comunicación. En algunos de
sus dibujos se pinta a sí mismo en miniatura, pero encapuchado.
En una de sus últimas entrevistas
lamentaba que le equipararan con Banksy. «He
estado durante 14 años creando mis temas, formando mi propio
estilo, y ahora resulta que me parezco a otro o, incluso peor, le copio».
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