jueves, 21 de julio de 2011

LIMPIEZA DE BAJOS

Limpieza de bajos, primera imagen
como lo suelo mandar todo, generalmente, a tomar por el culo… de cuando en cuando limpio un poco lo que me rodea, por ver si todavía existe algo debajo de la mierda…
después de unas cuantas borracheras, de buscar a mi sombra por las barras de los bares, manteniendo absurdos equilibrios de los que ya no me disculpo, buscando mi casa, joder, tengo demasiados pilotos automáticos programados… una sombra me dice alcobendas, una vomitona tres cantos, una piedra salamanca, un perro que ladra vigo… ¿dónde cojones estoy?…
vengo de que me rapen… la paisana, como no había pedido hora, se ha vengado amputándome las patillas con la disculpa de siempre: “tenías una más larga que la otra… te queda mejor así”… esto es un pueblo, pueblo que se reduce a un barrio, el barrio a una tienda, la tienda a los habituales: “¿eres de bilbao?” , vale, prefiero el acento vasco al gallego y, sobre todo, al madrileño… pero no sé cómo lo he conseguido… en todo caso, me gusta seguir siendo de fuera de león…
muevo el cuello, retuerzo la espalda en una extraña danza que tiene como único fin el volver a sentir la vida, que cruja la vida… el dolor de espalda va remitiendo, las borracheras ya no lo mitigan como antes, quizá han sido pocas, he de consultarlo con el de cabecera… miro a mi alrededor: todo son restos, la resaca no se lleva los papeles tirados por la habitación, las colillas, los gallumbos sucios de mi ceniza, la mirada de la paisana que jugaba con la mirada en el espejo, asistiendo con ojos húmedos a la ejecución de mis patillas, la cajonera que iba encastrada en una mesa de despacho, que ahora me sirve de mesilla, lleva muchos miles de kilómetros conmigo, desde la basura de un polígono en madrid, señora, que estamos mal acostumbrados, lo tiramos todo y yo ya llevo amuebladas tres casas con lo que se encuentra en la basura, al lado de ikea, que los hay que vivimos de su estética, y la estética es consumismo y manda renovarse continuamente, por eso hicieron de Bukowski una moda de la que ahora reniegan y mañana retomarán, no me mire, que a lo mejor me empalmo y se va a creer la peluquera que es por la parte baja de su barriga en la que desaparece mi codo, es así, no hay criterio, aunque puede ser bueno, el no tenerlo… pero con agallas…

® Alfonso Xen Rabanal – de su blog Generación.net

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