La vida en el fondo es como ese anuncio de Cucal:
Nacen, crecen y desaparecen. Lo malo es que entre nacen y desaparecen tienes
que estar bien pillado en la trampa, en tu jaula sin moverte hasta la próxima
viñeta: guardería, barrio sésamo, catequesis, estudios primarios, secundarios,
universidad… tu curro mongoloide, servicio militar y vuelta al trabajo… la
novia, el currelo, matrimonio, las letras, el buga, ¡mis galimbas!, la familia
y todo el lote completo: res-pon-sa-bi-li-da-des. Planes de jubilación, ahorros
varios y viajes por puntos con el INSERSO, ¡a bailar los pajaritos en Ibiza con
setenta berejes!. Y luego los nietos, que por supuesto nacen, crecen,
desaparecen: estudios, catequesis, ¡blablablablas! Y así hasta el final. Del
coño al nicho bien fichado en el catastro, del paritorio a la tumba disparado
como un bólido. Ni un momento para entrar en boxes y hacer un alto, alejarse un
poco del rebaño y berrear.
De: Gabriel Oca Fidalgo, en ANSIEDAD -Vida de un yonki- (Lupercalia, 2014)
www.edicioneslupercalia.com
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