domingo, 3 de octubre de 2010

RELATO

EL ÁNGEL
En el cielo había un ángel que no era como los demás. Lo que le diferenciaba del resto eran sus continuas erecciones. Para él era bastante incomodo ir por ahí con el pene erecto, pero ¿qué podía hacer si sufría de priapismo? Los otros ángeles le criticaban a escondidas y le hacían el vacío. Un día que estaba solo, se le apareció el diablo.

- Tú lo que necesitas es perder la virginidad. - le dijo Satán.
- ¿La virginidad?
- Sí, la virginidad. Y para eso necesitas una mujer.
- ¿Una mujer? ¿Qué es una mujer?
- La solución a tus problemas.
- ¿Y dónde puedo conseguir una mujer?
- En La Tierra. Solo tienes que volar hasta allí y encontrarás todas las que quieras.
- ¿Y qué aspecto tienen?

El diablo le entregó la foto de un mandril.

- Esto es una mujer. dijo el diablo.

El ángel examinó detenidamente la foto.

- ¿Esto es una mujer?
- Sí… Deberás buscarla en zonas selváticas. Ese es su hábitat natural.
- ¿Y qué he de hacer cuando la encuentre?...

El diablo le dio una clase teórica. Con la lección aprendida el ángel partió hacia La Tierra. Cuando llegó, buscó una zona de selva y la sobrevoló hasta que finalmente divisó un grupo de mandriles. Eligió uno que estaba comiendo fruta junto a un árbol. El ángel se posó a poca distancia. El mandril dejó de comer y se puso en alerta. El ángel decidió acercarse a él.

- Hola… Vengo a entregarte mi virginidad.

El mandril le enseñó los dientes como señal de advertencia. Aún con esas, el ángel se acercó más. No podía apartar la mirada de su rojo culo. El mandril hizo un sonido hueco, una llamada de socorro. Enseguida apareció el resto de la manada. Le rodearon y le atacaron brutalmente. En plena agresión, el ángel pensó que eso de perder la virginidad estaba sobrevalorado ya que a él la experiencia no le estaba gustando demasiado.

® pepe pereza

3 comentarios:

jens peter jensen silva dijo...

este ya lo conocía, y sigue siendo bueno, y como decía Borges con respecto a la frase de Heráclito y el rio, nunca leemos el mismo libro.
Me gusta el final, estoy seguro de que muchas mujeres (muchísimas) pensarán lo mismo de sus respectivas pérdidas de la virginidad.
Un abrazooooo!!!! de tu colega!!!!!

Begoña Leonardo dijo...

Fantastico, y es que efectivamente, no es para tanto... Está tan mitificado un acto tan natural...

Te abrazo

Luisa dijo...

¡Ay, qué bueno! Cuánta mala leche se gasta el diablo. Yo pensé que el pobre ángel acabaría capado… muerto el perro se acabó la rabia.

Un besazo, Pepe.