lunes, 21 de marzo de 2011

UN DOMINGO DE OTOÑO

Vivir sin códigos impuestos, bregando los días según van viniendo, sin forzarlos, dejándose llevar, sin oponer resistencia, dueño total del tiempo, acompañándolo al pasar, sintiendo su roce, sin horarios fijos, sin día, ni noche, una mezcla de ambos, sin apurar los momentos, tirándolos a medias, con uno mismo, en soledad, sin dolor, sin pasión, ni altibajos... Y de pronto, un domingo cualquiera, cambian el destino y la medida del tiempo. Sin quererlo, sin buscarlo, el amor llega y todo cambia, todo se transforma y ya nada volverá a ser igual.

© pepe pereza

1 comentario:

fifo dijo...

Fíjate tú si es importante el amor que es capaz de saltarse dos estaciones. Hoy, concretamente empieza la Primavera. Curioso.