Ilustración de PEDRO ESPINOSA
CUERO
Fregaba el
suelo de unas oficinas cuando se fijó que al fondo colgaba una cazadora de
cuero. Aprovechando que el encargado había salido se acercó al perchero. Pegó
la nariz a la prenda y aspiró su aroma. De inmediato tuvo una erección. Todo lo
que tenía relación con el cuero le ponía cachondo. Habitualmente acudía a locales
donde se practicaba Sadomasoquismo. Allí, en esos antros, él se sentía
distinto. En cuanto se calzaba su máscara de cuero dejaba de ser un pusilánime.
Con la máscara ostentaba poder. Un poder de alquiler y pagado de antemano, pero
néctar vigorizante para su dignidad. Gracias a la máscara él era un
h-o-m-b-r-e.
-
¿Quién es el amo?
-
Tú.
Él era consciente de que todo era un juego, no
obstante las palabras de la puta le sabían a gloria bendita.
-
¿Quién es el puto amo?
-
Tú.
-
Dilo más alto.
-
¡TÚ!
-
¡Mucho más!
-
¡TÚ, TÚ Y SOLO TÚ!
-
¡Que te oiga todo el mundo!
-
¡ERES EL PUTO AMO!
En cuanto se
quitaba la máscara volvía a su personalidad habitual, es decir, un tipo
mediocre y apocado.
-
Termina eso y ponte con los baños – ordenó el
encargado, que acababa de llegar.
-
Ahora mismo.
Olió la
cazadora una vez más y se dirigió a los baños. Lo hizo con el cipote levantado.
Un inhiesto estandarte con el que protestar por tanta servidumbre. Y ya que él
se tenía que doblegar a diario, en compensación y por justicia que su polla
hiciera lo contrario.
® pepe pereza
No hay comentarios:
Publicar un comentario