Pido un café a la camarera. Ella se vuelve hacia la cafetera y aprovecho para darle un libidinoso repaso con la mirada. Es preciosa. Un anciano que está a mi lado tomando una copa de vino me dice: Si yo tuviera tu edad, ten por seguro que al final del día esa mujer estaría en mis brazos. Le creo. La joven me trae el café. El anciano se dirige a ella y adoptando una pose de galán de la vieja escuela le pregunta: ¿Qué tengo que hacer para que te cases conmigo? La camarera se ruboriza. Antes de que pueda contestar él se anticipa y le dice: No me respondas, ya pensaré yo en algo. Dicho esto, deja un billete de cinco euros sobre la barra, señala mi bebida y la suya y se dirige a la salida, no sin antes guiñarme un ojo. La camarera aún ruborizada recoge el billete y se aparta para dejarlo en la caja registradora. Decido lanzarme y cuando vuelve a pasar por mi lado la invito a salir conmigo. Me responde que tiene novio y se aleja para atender a un nuevo cliente. Seguro que al anciano le hubiera dicho que sí.
®pepe pereza
Este fragmento ha sido publicado en la revista Agitadoras nº 20 (febrero) Para seguir leyendo pinchar en la siguiente dirección: http://www.agitadoras.com/
®pepe pereza
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1 comentario:
Muy buenos y variados, Pepe.
Enhorabuena.
Un besazo.
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