jueves, 25 de febrero de 2010

EL GUARDIÁN DE TUS SUEÑOS

RAIMUNDO
(Gritándole)
...¡Carmela! No puedes dejarme aquí, joder... ¿Y ahora cómo coño vuelvo yo?...

ABUELO
Buenas tardes...

El abuelo pasa al lado de Raimundo. Raimundo se sorprende de la presencia del anciano ya que estaba pendiente de la marcha de Carmela.

RAIMUNDO
Buenas tardes.

ABUELO
¿Qué? Problemas con la parienta.

RAIMUNDO
¿Eh?... Sí, a veces no hay quien la entienda.

ABUELO
A las mujeres no hay que entenderlas, sólo hay que quererlas y prestarles un poquito de atención.

RAIMUNDO
Veo que es usted un experto en el tema.

ABUELO
No hay expertos en este tema. Mire, yo llevo más de cincuenta años casado y aún no comprendo a mi mujer.

RAIMUNDO
Las mujeres son un enigma.

ABUELO
El gran enigma. No sé por qué los científicos se empeñan en desvelar los misterios del espacio y esas tonterías y no se preocupan de estudiar la mente de las mujeres.

RAIMUNDO
Tiene usted toda la razón.

ABUELO
Claro que la tengo. Si consiguiesen desentrañar los misterios...

Raimundo se saca la foto del bolsillo y disimuladamente le echa una ojeada para confirmar que el abuelo con el que está hablando es su victima. Efectivamente lo es.

ABUELO
...del comportamiento femenino, a nosotros los hombres nos harían un gran favor.

RAIMUNDO
Estoy totalmente de acuerdo con usted.

ABUELO
Bueno, no le entretengo más. Le dejo que voy a ver si encuentro algunas setas para que la parienta haga la cena.

RAIMUNDO
¿Hay setas en estas fechas?

ABUELO
Haberlas, ahílas. El truco está en encontrarlas.

RAIMUNDO:
Qué interesante... ¿Le importa que le acompañe?

ABUELO
No hombre, no. A mí que me va a importar.

Raimundo recoge su bolsa de viaje y se la cuelga al hombro. Los dos se alejan un centenar de metros hablando de sus cosas. Al rato el abuelo descubre unas cuantas setas debajo un árbol.

ABUELO
¡Coño! Ahí hay unos níscalos.

Raimundo deja que el abuelo se adelante. Cuando el abuelo se agacha para recoger las setas, abre la bolsa y busca su pistola. Cuando la encuentra apunta al anciano con ella, pero cuando se dispone a apretar el gatillo pierde el equilibrio y cae por una hondonada. El abuelo se gira para mostrarle una seta enorme y descubre que su acompañante ha desaparecido.

ABUELO
(Mostrando una seta colosal)
Mire que preciosidad...

El anciano busca con la mirada a Raimundo pero no lo encuentra por ningún sitio.

ABUELO
Pero… ¿Dónde se ha metido?

El abuelo se acerca al borde de la hondonada y descubre a Raimundo tirado en el fondo, está casi enterrado entre la hojarasca y tiene una pequeña brecha en la frente, de la que brota un hilillo de sangre.

ABUELO
¡Ah, está usted ahí!

RAIMUNDO
Si, es que me he caído.

ABUELO
Hay que tener cuidado por dónde se pisa... ¡Esto no es como la ciudad!

RAIMUNDO
(Incorporándose y sacudiéndose las hojas de la ropa)
No, si no ha sido nada.

ABUELO
(Bajando hasta donde está Raimundo)
Déjeme ayudarle.

RAIMUNDO
No deje. Estoy bien.

ABUELO
Esta usted sangrando.

RAIMUNDO
No es nada, tan solo un arañazo...

Raimundo se da cuenta de que ha perdido el revólver y se pone a buscarlo entre la hojarasca.

RAIMUNDO
...¡Mierda!

ABUELO
¿Qué ha perdido?

RAIMUNDO
(Sin dejar de buscar)
Nada importante.

ABUELETE
Déjeme que le ayude a buscar.

RAIMUNDO
No, no, no. No se moleste.

ABUELO
No es ninguna molestia.

Ambos remueven las hojas, Raimundo de rodillas en el suelo con las dos manos y el abuelo con la ayuda de un palo que utiliza de bastón.

ABUELO
Pero dígame que ha perdido...

El abuelo encuentra algo y lo recoge.

ABUELO
...¡Coño, mire lo que me he encontrado!

El anciano muestra la pistola a Raimundo apuntándole directamente con el cañón.

RAIMUNDO
¡Quite eso de ahí! Que esas cosas las carga el diablo.

ABUELO
(Girando el cañón hacía su cara)
¿Usted cree que esto es de verd...

No le da tiempo ha terminar la frase. Sin querer aprieta el gatillo y recibe el impacto en la cara. Cae, desparramando sus sesos en el suelo. Raimundo se acerca al cuerpo del abuelo, recupera su revólver y cubre el cadáver con las hojas. Luego guarda la pistola en la bolsa de viaje y deja caer la foto del abuelo sobre el montón de hojas secas que cubren el cadáver.

RAIMUNDO
(Con algo de lástima)
Yo tenía razón, el tipo era una buena persona.

9 / EXTERIOR / CARRETERA / DÍA.
MEDIA HORA MÁS TARDE.
Raimundo camina por el arcén de la carretera con su bolsa de viaje colgada al hombro. Cuando algún vehículo pasa a su lado, le enseña el dedo pulgar.

10 / INTERIOR / COCHE DE CARMELA / DÍA.
Carmela conduce mientras llora. En un momento dado conecta la radio del coche y suena una triste copla que servirá de banda sonora para la siguiente secuencia.

11 / EXTERIOR / CARRETERA / DÍA.
Raimundo va montado en la parte trasera de un tractor. El vehículo se aleja poco a poco…


Continuará…

3 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Aún no sabemos por qué Raimundo tiene como objetivo a un anciano, que no conoce de nada y además buena persona; seguramente por dinero. Según se mire, ha tenido suerte, el abuelo se ha pegado el tiro sin ayuda. Carmela ignora los oscuros asuntos de Raimundo, a pesar de que al igual que él trabaja para Clara.
Seguiremos este interesante guión.
Un abrazo.

Luisa dijo...

¡Joder! Pobre viejo (aunque a saber...)Curiosa escena, Pepe. Sorprendente cómo se desencadena todo. Sólo una pregunta: ¿Llevaba guantes Rainundo cuando tira la foto?
Bueno, imagino que todo está previsto.

Un beso.

Edu dijo...

La vejez impacta.
Un Saludo