HISTORIA CHIQUITITA
Escuché la enorme moto subir al garaje, como un viento que barre las hojas de otoño, así entró mi hijo -Hola mamita ¡¡¡-
Traía olor a frío. El menor de mis hijos es como el mar, siempre en movimiento, sube y baja, se estrella en sus emociones, como las olas en el espigón, pero enseguida rearma su masa y allá va, a encontrarse con la vida.
Ese día tenía que ir a mi dentista, se me hacía tarde, yo que siempre llego media hora antes a todas mis citas, el taxi no llegaba, -Vamos viejita, te llevo - Ante mi cara de, "vos estas demente", el pícaro me acicateó - Mamita me extraña de una amazona como vos, es igual que un caballo, vamos¡¡¡ -
Ya tenía la máquina rugiendo, -Dale ma ¡¡ voy despacito -
Subí, el viento pegaba en mi cara, como cuando trepaba las cumbres acaballo, -Te gusta ma?- Prendida a la cintura de mi niño, como una jovencita, grité -Si, está bueno-
Al dentista no llegamos, nos fuimos a cabalgar los etanos, hicimos una parada, donde invité al "chófer", unos bocados y gaseosas, a mis sesenta descubrí que la moto, igual que el caballo, es la libertad.
Regresamos, mis nietos ya esperaban la cena, entro apurada a ponerme el delantal de cocina, cuando uno de ellos me dice - Abu, tenes los pelos como si hubieses andado en moto-
Los niños tienen penado subir a ese "aparato", sin decir nada, corrí al baño a peinar mis cabellos, que a mí también me sorprendieron, parecían miles de bracitos levantados dando hurras.
Antes de sentarnos a cenar, conminé a Federico, nada de historias jocosas en la mesa, nada como disfrutar de la comida y la familia, justo cuando cortaba la carne del más pequeño, llegaron sus padres a buscarlos, mi otro hijo, Facundo, con su voz de juez dictando sentencia dice - Mamá eran mi hermano y vos, quienes se adelantaron a mi auto en la ruta, hoy a la tarde?- Mis nietos dejaron los cubiertos y atentos esperaban mi respuesta -Si - respondí, con voz de juramento, fuerte y clara.
Fue una explosión de risas y bromas, suspiré aliviada, ahora todos querían verme, en mi familia, es inútil guardar secretos....
Publicado por La abuela frescotona
http://abuelafrescotona.blogspot.com/
Escuché la enorme moto subir al garaje, como un viento que barre las hojas de otoño, así entró mi hijo -Hola mamita ¡¡¡-
Traía olor a frío. El menor de mis hijos es como el mar, siempre en movimiento, sube y baja, se estrella en sus emociones, como las olas en el espigón, pero enseguida rearma su masa y allá va, a encontrarse con la vida.
Ese día tenía que ir a mi dentista, se me hacía tarde, yo que siempre llego media hora antes a todas mis citas, el taxi no llegaba, -Vamos viejita, te llevo - Ante mi cara de, "vos estas demente", el pícaro me acicateó - Mamita me extraña de una amazona como vos, es igual que un caballo, vamos¡¡¡ -
Ya tenía la máquina rugiendo, -Dale ma ¡¡ voy despacito -
Subí, el viento pegaba en mi cara, como cuando trepaba las cumbres acaballo, -Te gusta ma?- Prendida a la cintura de mi niño, como una jovencita, grité -Si, está bueno-
Al dentista no llegamos, nos fuimos a cabalgar los etanos, hicimos una parada, donde invité al "chófer", unos bocados y gaseosas, a mis sesenta descubrí que la moto, igual que el caballo, es la libertad.
Regresamos, mis nietos ya esperaban la cena, entro apurada a ponerme el delantal de cocina, cuando uno de ellos me dice - Abu, tenes los pelos como si hubieses andado en moto-
Los niños tienen penado subir a ese "aparato", sin decir nada, corrí al baño a peinar mis cabellos, que a mí también me sorprendieron, parecían miles de bracitos levantados dando hurras.
Antes de sentarnos a cenar, conminé a Federico, nada de historias jocosas en la mesa, nada como disfrutar de la comida y la familia, justo cuando cortaba la carne del más pequeño, llegaron sus padres a buscarlos, mi otro hijo, Facundo, con su voz de juez dictando sentencia dice - Mamá eran mi hermano y vos, quienes se adelantaron a mi auto en la ruta, hoy a la tarde?- Mis nietos dejaron los cubiertos y atentos esperaban mi respuesta -Si - respondí, con voz de juramento, fuerte y clara.
Fue una explosión de risas y bromas, suspiré aliviada, ahora todos querían verme, en mi familia, es inútil guardar secretos....
Publicado por La abuela frescotona
http://abuelafrescotona.blogspot.com/
3 comentarios:
La pera esta Abu. ¡Qué intrépida! En mi familia todos están loco por las motos y yo me he negado en redondo a montar en una, ni cuando tenía veinte años. Habrá que esperar a tener esa edad en la que todo ya está perdido, hasta el miedo.
Muy simpático el relato.
Un abrazo.
Amalia: No entiendo nada, no me refiero al relato, sino a que dice el nombre de Pepe Pereza como propietario del blog y que al parecer vive en España.
La verdad me quedé desorientada.
Respecto al relato, te diré que yo evito mucho viajar en auto con mi hija mayor o con mi nieto, ya que meten el acelerador a fondo y siempre llego a mi destino con el corazón en la boca. Ya ni que decir que NUNCA me subiría a un aparato de esos. Para mi, las motos las inventó el demonio.
Saludos cariñosos: Doña Ku
Dora, que quede claro que este relato no está puesto a mi nombre. está con el de su autora, que no es otra que Amalia Mosca alias La Abuela Frecotona. Me une un a amistad virtual con ella y de vez en cuando compartimos relatos y poemas. Que esté en mi blog no quiere decir que me lo apropie.
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