Lejano y bello, se veía tu rostro, inclinado en suave deleite, acariciando las cuerdas de la guitarra. Buscabas la nota que leyera el sentimiento... En vano buscabas, hay amores que solo dan la melodía al corazón que los creó. Ese amor que hace llorar tu guitarra, ya no reconoce tu música, no tañe tus cuerdas. El se fue, dejando en silencio, tapiado tu corazón.
Publicado por La abuela frescotona
http://abuelafrescotona.blogspot.com/
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