martes, 27 de abril de 2010

LA PUTA

Clara intentaba colocar un condón en el descomunal pene de un rumano. Lo hacía desde el asiento del copiloto de un escacharrado cuatro por cuatro hasta arriba de mierda. Había docenas de latas de cerveza vacías tiradas por salpicadero, suelo y asientos traseros.
A Clara le hubiera gustado ser una de esas putas de lujo que cobran una barbaridad y que son pretendidas por apuestos empresarios con muchísimo dinero. Pero su físico no daba para tanto, como mucho para rondar una esquina peleada a otras putas en un desangelado callejón al que acudía la peor calaña, un arrabal nauseabundo que muy pocos se atrevían a frecuentar… Clara no era guapa. De hecho, era más bien, fea. Pero lloviese a cantaros o hiciese un calor sofocante, cada día acudía a su esquina, demostrando que era una auténtica profesional, una mujer con el temperamento, las agallas y la disciplina necesarias para seguir defendiendo su negocio año tras año. Se imponía unas estrictas ocho horas diarias y muy rara vez faltaba a su compromiso, tan solo cuando su hija de siete años con síndrome de Down padecía algún problema de salud.
Era el tercer condón que rompía intentando enfundar aquel enorme pene caucásico. Nunca antes había visto algo semejante. Volvió a intentarlo con un cuarto profiláctico. El rumano empezaba a mosquearse. Clara no quería problemas y puso todo su empeño en que esta vez no se rompiese…

Para seguir leyendo el relato pincha en la siguiente dirección:
http://www.scribd.com/doc/25305453/Putas-de-Pepe-Pereza

3 comentarios:

Buscas Libros.com dijo...

Hola, perdón por escribirte por este medio, somos una red de librerías de usados www.buscaslibros.com y estamos recopilando información sobre blogs literarios para publicarlos en nuestra página. Ya hemos registrado tu blog para compartirlo con nuestros usuarios dentro de poco. Saludos y si buscas libros agotados, raros, etc, te esperamos por allá!

Mercedes Pinto dijo...

Sabes, tus relatos de prostitutas,aunque son duros y directos, vivos hasta sangrar, me producen una inmensa ternura. Conocer más a estas mujeres a través de ti ha hecho que las respete en lo más profundo.
Buen relato.
Un abrazo.

Ángel Muñoz dijo...

oye pepe, este relato creo que te lo dije pero es muy bueno, la pobre chica, el enorme miembro, y el dramatismo de la escena, acojonante amigo.