Escribía, y se empapaban en cada letra cada uno de sus sentimientos, escribía, y sus deseos, saltaban de una palabra a otra, a veces revueltos, otras veces emocionados, frágiles, valientes, o desdichados.
Escribía solo porque nunca pudo dejar de hacerlo, y la tinta recorría el papel, en una suave caricia, y la tinta dibujaba aquellas curvas tan llenas de todo, y a veces tan carentes de significado.
Escribía cuando era feliz, escribía cuando estaba triste, cuando soñaba escribía, escribía para sentirse libre.
Eran sus letras, simples trazos sobre un papel, eran sus letras su esencia entera, era ella, y ella eran sus letras, cada detalle de su corazón lo había escrito, cada sentimiento nuevo lo describió, escribía porque nadaba entre las letras que su corazón dictaba, porque necesitaba empapar aquellos sentimientos, porque al escribir se realizaba.
Nunca importó quien leyese aquellas líneas, aunque siempre pensó que triste destino sería ser palabra escrita para nunca ser leída, pero eso ahora no importaba, porque ella, simplemente escribía.
PUBLICADO POR CALIPSO
8 comentarios:
Qué bien contado el oficio de escritor. Es tal y como lo dices, se escribe a pesar de todo, en los buenos y en los malos momentos, quieras o no quieras. Es como un veneno que te controla. El escritor no solo escribe porque le gusta, sino porque es elegido, sin opción a réplica.
Un abrazo.
Qué placer visitar esta casa, y encontrar palabras con tanto sentido, que tanto me hacen sentir.
Besitos a los dos y gracias por lo que me dais.
PAZ, por sí misma es poesía.
Pepe, es un honor estar aqui entre tus lineas.
Muchas gracias y un besazo!!
pues vamos a echarle una visita....
que bueno ver a paz por aki.
Gracias a todos en nombre de Paz y en el mío propio por la visita.
Miles gracias Pepe, por traerme aqui, a tu casita, de vez en cuando, y a todos vosotros que habeis visitado a Pepe, y me habeis visitado a mi.
Un abrazo
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