viernes, 4 de diciembre de 2009

FRAGMENTOS

De regreso a casa, justo cuando pasamos por delante del tanatorio, un compañero de trabajo me comenta que por la mañana ha visto dos cigüeñas follando sobre la cúspide de la columna que preside la puerta principal del edificio. Mi compañero se lamenta por no haber tenido a mano su cámara fotográfica. Me enciendo un cigarro y miro hacia la columna en la que está inscrita verticalmente la palabra: TANATORIO. Me imagino la escena con las cigüeñas apareándose sobre la columna. Veo la foto en mi cabeza y le digo que es una pena lo de la cámara porque la instantánea realmente hubiera merecido la pena.

2 comentarios:

Begoña Leonardo dijo...

A mí me pasa muy amenudo que como tengo la suerte que vivir en una cuidad repleta de cigüeñas que antes nos abandonaban parte del año, pero que ahora no, me encanta observarlas y son tan cariñosas y fieles que deberíamos aprender un poco de ellas.

Cariñitos.

Begoña Leonardo dijo...

Yo de nuevo, pásate por el blog cuando puedas... La verdad es que no tenía esta idea, pero... Cuando lo leas lo entiendes, gracias.

Te achucho.