lunes, 28 de diciembre de 2009

A LA BRASILEÑA (Capítulo 5º)

La sangre empezaba a empapar parte de la toalla. Pensó que lo mejor era llamar a una ambulancia y así lo hizo. De la centralita le dijeron que la ayuda llegaría en breves minutos. Regresó al dormitorio, (el teléfono estaba en el salón). Ella seguía desmayada sobre la cama con la toalla manchada de rojo cubriéndole las vergüenzas. Parecía la escena de un crimen sexual. Entonces se dio cuenta de que tendría que dar unas cuantas explicaciones cuando llegase el personal médico. Trató de discurrir lo que les diría. Decidió que contaría los hechos tal y como habían sucedido. Se encendió un cigarro con la intención de calmarse un poco. Como estaba desnudo optó por vestirse. No tenía claro si apartar la palangana y el resto de útiles que había utilizado para la depilación o dejarlo allí, al final resolvió que lo mejor era dejar todo como estaba. Eran pruebas que apoyarían su testimonio. Además estaba el hecho de que ella tenía su vagina a medio depilar, otra prueba más a su favor. Ese pensamiento le dio un grado de seguridad. Volvió a acercarse a ella y comprobó su respiración. Lo que le seguía alarmando era el flujo continuo de sangre que salía del pequeño corte. Tal vez le había seccionado una arteria, aunque albergaba serias dudas de que una arteria pasase justamente por ahí.

Continuará…

5 comentarios:

jens peter jensen silva dijo...

esperando ansioso.

Mercedes Pinto dijo...

Sigo pendiente de tu historia. Me tienes intrigada. No se te ocurra tener algún percance y dejarla así.
Volveré. Un abrazo.

Mercedes Pinto dijo...

He vuelto a ver si... Pero no, vendré después.
Venga, hasta luego.

Mercedes Pinto dijo...

Esto sigue sin avanzar, volveré en otro momento.
Hasta luego.

Begoña Leonardo dijo...

Qué sangría, espero más...
Besos.