viernes, 12 de marzo de 2010

EL GUARDIÁN DE TUS SUEÑOS

48 INTERIOR / CUARTO DE BAÑO / DÍA.
Ana limpia con una gasa la sangre de la nariz de Daniel.

ANA
Daniel… ¿tú eres feliz conmigo?

DANIEL
Sí.

ANA
¿Estás seguro?

DANIEL
Claro que lo estoy ¿A qué viene esa pregunta?

ANA
No es por nada… solo que anoche me puse a pensar que si yo tuviese que escribir sobre nosotros que partes de nuestra relación incluiría.

DANIEL
¿Y?

ANA
No encontré nada interesante durante estos últimos años.

DANIEL
¿A qué te refieres?

ANA
Pues eso, que no hay nada destacable en nuestra vida, en nuestra relación, entre nosotros.

DANIEL
Yo estoy bien como estamos.

ANA
Y yo… solo que no era consciente de la rutina diaria.

DANIEL
¿Rutina?

ANA
Sí.

DANIEL
Yo no lo llamaría rutina.

ANA
Llámalo como quieras, pero es así. Nos hemos vuelto unos aburridos.

DANIEL
¿Y qué propones?

ANA
No lo sé, quizás deberíamos intentar pasar más tiempo juntos…

DANIEL
Pasamos todos los días juntos.

ANA
No, tú te pasas el día metido en el estudio con tus historias y yo por el resto de la casa haciendo mis cosas. Y por la noche… ya ni siquiera dormimos juntos…

DANIEL
Ana, me estás acojonando.

ANA
No te estoy reprochando nada. La culpa de esto la tenemos lo dos.

DANIEL
¿La culpa de qué?

ANA
De la rutina diaria.

DANIEL
No sé qué quieres que hagamos.

ANA
Ni yo… y eso es lo que me asusta.

49 INTERIOR / ESTUDIO / DÍA.
Daniel escribe en el ordenador: RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA. RUTINA…

Continuará...

2 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Bueno, yo no diría que Daniel y Ana llevan lo que se dice una vida rutinaria, aunque ellos así lo sientan. Porque entre el insomnio de uno y las ausencias de la otra... Por lo menos no es una vida al uso. Pero estoy convencida de que se quieren. Veremos.
Un abrazo.

Luisa dijo...

Con la rutina hemos topado. La vida de un escritor (que dedique gran parte de su tiempo libre a escribir; se entiende) es bastante solitaria y no todas las parejas aguantan algo como eso. Un escritor necesita una cierta rutina, aunque después salga con los amigos, viaje, acuda a saraos, en fin. El caso de Daniel es que está tratando de sacar de su interior una historia que está enquistada. Eso trae consigo muchas horas vacías, sin fruto, mucho insomnio y lucha interior. Y la pobre Ana está en el ojo del huracán, aguantando estoicamente sus envestidas. Es normal (y más si ella no tiene ningún hobby con el que cubrir esas horas muertas) que recapacite sobre su rutinaria vida.

Dices tú de mili…

Un beso, Pepe.